Parte 4 Todo Era Perfecto Hasta Que...

75 8 2
                                    


Esa había sido la mejor noche de Lucia. Verónica la despertó comiéndole a besos, Lucia se tapó los pechos con la sábana, los tenía al descubierto.

-Después de la noche que hemos pasado, te da vergüenza enseñarme tus pechos? – Le dijo Verónica sonriéndole, la destapó y la abrazó con fuerzas para sentirla desnuda – Tenemos que hablar...

-Dime... – Le dijo Lucia curiosa, acariciándole la cara.

-Que va a pasar ahora, con esto, no sé lo que tú quieres... - Le dijo Verónica mirándola a los ojos – sé lo que yo quiero...

-Vero, me gustas desde que te ví entrar por la cafetería, no había querido aceptarlo antes, porque es la primera vez que estoy con una chica y no me he sentido así con nadie. – Vero fascinó con las palabras de Lucia, porque era lo mismo que sentía ella. No esperaba que se sintiese igual. Antes de salir de la cama volvieron hacer el amor.

Se ducharon juntas esa mañana, pidieron para que les trajeran elalmuerzo, y siguieron en la cama aprovechando el tiempo, ninguna de las dos quería que terminara el día.

Después de pasar todo el día juntas, Verónica la acercó a su casa.

Lucia estaba de los nervios pensando en cómo explicar a su madre lo que sentía hacía una chica, pero al mismo tiempo tenía muchas ganas de contárselo todo, estaba feliz de sus sentimientos, porque estaba enamorada de Verónica.

Al abrir la puerta de la casa vio a su madre en el sofá del salón, viendo la televisión. Le dio dos besos y se sentó a su lado. Al principio le hablo de lo bien que se lo paso por la noche en a discoteca, se había hecho tarde y aprovecho para quedarse en casa de una amiga a dormir. Después hubo un silencio, a Lucia no le salían las palabras "cómo se lo digo?" pensaba. Llego el momento, se armó de coraje, le explicó que estaba enamorada de la chica que conoció en la cafetería, la madre abrió los ojos de par en par, mirándola asombrada no se esperaba que su hija le gustaran las chicas, siempre la había visto saliendo con chicos.

-Que dices Lucy?- Le dijo la madre, que no le salían las palabras.

-Mama que me gusta, que siento por esa chica, nunca he sentido esto por alguien. – Lucia se echo a llorar, la madre al verla tan emocionada la abrazó para tranquilizarla, le cogió de improvisto y la entendió.

-Si es lo que tú quieres yo te apoyo cariño, pero me la tendrás que presentar, quiero conocerla. – le dijo la madre dándole un beso en la frente. Lucia le explico a la madre como era Verónica, que le iba a encantar, porque era muy atenta con ella.

Verónica ya estaba acostada en su cama y pensaba en el día con Lucia, en esa cama donde ahora estaba sola, sin ella. Se arrimó a la almohada a la que Lucia había estado durmiendo, olía a la fragancia de su pelo. No aguanto las ganas y le escribió un mensaje esa misma noche.

Hola Lucy, estoy en mi cama pensando en ti, has dejado tu olor en la almohada, me encanta. Ya se lo has dicho a tu madre? Te adoro.

No tardo mucho en contestarle Lucia también estaba en su cama recién duchada y recordando todo lo que había pasado con ella.

Hola Vero, yo también pienso en ti. Sí se lo he dicho y quiere conocerte, estoy muy feliz que lo haya aceptado. Yo te adoro más.

A partir de ese día, Verónica iba más a la cafetería, cualquier excusa era buena para tomarse su café con dos azucarillos con su camarera preferida. Les encantaba salir y hacer cosas juntas.

Estuvieron tres meses geniales y pensaron que ya era hora de conocer a sus padres, decidieron hacer una cena los cuatro juntos. Simpatizaron tan bien que a partir de ese día quisieron hacerlo una vez al mes. El padre de Verónica era muy simpático, le encantaba gastar bromas y contar chistes era el alma de la fiesta, cada vez que salían. La madre de Lucia era muy cariñosa con Vero, le gustaba el trato que le daba a su hija. Todo era perfecto con ella, pensaban las dos.

Un día estaba Verónica en su casa ya era de noche, se despidió de Lucia por mensaje.

Buenas noches cariño, mañana tengo una reunión importante en la empresa cuando salga te aviso para ir a la cafetería.

Lucia ya se había acostumbrado a los mensajes de despedida por las noches y de los buenos dias por la mañana era tan cariñosa y atenta con ella.

Buenas noches cielo, mucha suerte mañana con la reunión. Espero tu mensaje mañana. Te adoro.

Esa misma noche Verónica estaba acostada en su cama y escucho el timbre de la puerta pensó en no levantarse de la cama por un momento. Pero le extrañaba la hora que era y decidió abrir la puerta, pero su sorpresa fue ver a Leila. Que hacia allí su ex novia.

-Que haces aquí? – Le preguntó Verónica. Leila entro tambaleándose, estaba borracha, llevaba una botella de cerveza en la mano.

-Quiero estar con...tigo – Le espetó Leila y se sentó en el sofá del salón. Vero se sentó a su lado, apestaba alcohol.

-Tú y yo ya no estamos, yo estoy con Lucy y estoy feliz. –Leila se acercó a la boca de Vero e intento besarla.

-Bésame... – Vero la apartó con la mano hacía atrás.

-Leila estas borracha y no sabes lo que dices, quédate a dormir pero por la mañana te vas, no te voy a dejar salir así como estas es muy tarde. –Le dijo Verónica preocupada por si le pasaba algo. - te preparare algo caliente y te duermes ahí.

- Vale. – Le dijo Leila a regañadientes.

Le preparo la cena, una sopa caliente, al llegar a la sala con la bandeja, escucho los resuellos de Leila, se había quedado dormida en el sofá. Vero le paso una manta por arriba y la tapó.

Vero se fue a su cama a dormir era muy tarde y mañana le esperaba un día duro, ya que tenía la reunión a primera hora de la mañana.

Por la mañana Vero se había quedado dormida, salió con prisas quedándosele el móvil en la mesa de noche de su habitación, después de la noche que le había dado Leila al llegar a su casa, se acostó muy tarde.

Lucia esperaba el mensaje por la mañana que no llegó, le extraño mucho de Vero, pero no le dio mucha importancia, hasta que llegó las dos de la tarde. Decidió llamarla.

Empezó a sonar y a sonar el móvil de Verónica, hasta que despertó a Leila. Abrió los ojos, le dolía todo el cuerpo y la cabeza, le costaba ponerse en pie e ir en busca del sonido. Se levantó lentamente y fue al cuarto de Verónica donde estaba el móvil y lo descolgó.

-Si...? – Dijo Leila con voz ronca.

-Donde está Vero? Y quién eres tú? – Lucia le preguntaba muy enfada, esa voz no era la de Vero.

-No lo sé, me acabó de despertar. Yo soy... - no le dio tiempo a decir nada más.

Lo siguiente que se escuchó fue la línea del teléfono. Leila dejó el móvil a un lado y se fue del ático.

Lucia y VerónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora