Disculpa que te moleste, tal vez lo que vengo a contarte, no te interese. Tal vez te suene a aburrido, a insignificante o simplemente indiferente, pero vamos, te lo quiero contar y te lo quiero explicar...
Ya son varios los días, que al despertar, me gusta pensar en ti.
No, tranquila, no me voy a enamorar ni te voy a montar un drama por no contestar, pero tengo ganas de decirte que disfruto de lo mucho y de lo hasta poco que a veces hablamos: de lo mucho porque me encanta y de lo poco porque aun me entran más ganas.
Me alegra cuando me dices que te lo pasas bien y me jode cuando no contestas pero siempre me sorprendes cuando de nuevo, eres tú la que me escribe.
También me encanta recordar las noches en la playa que hemos tenido y esas despedidas que han sido con dos besos y supongo que ambas hemos querido que hubiesen sido con tan solo uno. A veces imagino ese primer beso y me cuesta imaginar más que eso. No me veo desnudandote, besándose, arrancandote las bragas y haciéndote el amor que te cagas ( tenía que hacer la rima).
No me lo imagino porque contigo tan solo me dejo llevar, aunque claro, me gusta soñar y sueño con poquito y el poquito es besarte y hablarte y cenar y desayunar juntas y hasta comer en el mismo día y todo eso con cervezas y con risas y hasta en ciertos momentos deseando protagonizar un anuncio de perfume o uno de cerveza mala pero con un spot genial.
Pero bueno, lo dicho, suena ridículo porque no te conozco, aun no estás en mi vida y dios sabe si algún día lo estarás, pero espero y deseo que en algún momento eche la vista atrás a este post y te pueda dedicar aquello que iba sin amor.
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