Detrás de tu mascara ★Hiccelsa★

la isla del cielo oscura (1/2)

El viento agito mi pelo mojado. Un gélido estremecimiento me recorrió la columna.Por extraño que fuera, poner el pie en aquella isla me había hecho tomar conciencia, por primera vez, del empleo que había aceptado y de puras duras condiciones.Pensé en Barcelona y en la vida que dejaba atrás. Aquel debía ser mi primer año de universidad, pues me había inscrito en Filosofía Inglesa.¿Que demonios hacia entonces en aquella fría y solitaria isla a mas de mil kilómetros de casa?Me acorde de que tenia una misión allí: ayudar a mi padre.Tuve que reconocer también que una parte de mi se sentía excitada y llena de curiosidad por lo que pudieran separarme los próximos meses.Por suerte había dejado de llover.

Llegue al puerto y baje del barco, me habían dicho que llegaría alguien. No había caminado ni cien metros cuando un carro por un magnífico caballo apareció ante mis ojos.

-Me llamo Jim. Y tu debes de ser Elsa -dijo mirándome fijamente. 

Asentí. Tras colocar mi bolsa en la parte trasera, Jim me ayudo a subir al carruaje.

-No te esperábamos hoy. El mar sigue muy revuelto.

-¿Y por que has venido a recogerme?

Mis dientes castañearon antes de toser.

-No he venido a buscarte a ti, pero ya que estas aquí, sera mejor que te lleve cuanto antes a Silence Hill -me miro de arriba a bajo- Enferma no servirás mucho a la señora Elinor.

-¿A quien esperabas?

-A tu amo. El señor Haddock.

-Querrás decir mi jefe...-lo corregí.

Jim no respondió , pero una sonrisa maliciosa curvo sus labios.

-¿Acaso no esta en el hotel? - pregunte.

-Va y viene de Londres, pero, excepto la señora Elinor y la cocinera, nadie sabe con exactitud cuando se dejara caer por Silence Hill. El señor Haddock es un hombre....

-¿Esquivo?

-Altivo - apretó los dientes al pronunciar la palabra-. Jamas se mezcla con los empleados ni con los habitantes de Sark. No los considera dignos de su posición. Es un hombre muy mezquino.

-A mi me eligió entre mas de cientos candidatas..

-Piensa lo que quieras luego estarás haciendo el camino inverso hacia el muelle.

-No me asusta el trabajo duro - replique convencida.

-¿Cuantos años tienes Elsa? - su voz se dulcificó.

-Diecisiete... Cumpliré los dieciocho el mes que viene.

-¿No eres demasiado joven para encerrarte en un hotel como Silence Hill?