Capítulo 1.

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- Mano. -Me llamo.

Ni siquiera lo escuche. Estaba demasiado ocupado soñando.

- Manooo. -El muy desgraciado empezó a brincar en mi cama.

No le pare. Tal vez así me dejaría quieto.

- ¡COOOOÑOOOOETUMADREEE PARATEEEE!

No aguante y me empece a reír. Muchacho gafo. Siempre se desesperaba por nada.

Me limpie los ojos y voltee para verlo.

- ¿Que quieres chamo?

- ¿Coño hoy no es que íbamos a ir a la fiesta en casa de Alejandro?

Se me había olvidado. Ni siquiera lo recordaba. Ni siquiera sabia que día era hoy.

- Es Sábado pajuo. -Verga que raro. - Te dije ayer. Te lo dije. "Mano mañana es la fiesta. Va a ir la que frao'. Y la mía también. Vamos" pero nunca me paras bolas.

- Bueno pero si se me olvido. -Me termine de levantar y fui al baño.

Como siempre, orinar era un problema en las mañanas. Trate de apuntar bien y descargue. Me cepille los dientes y fui a ponerme una camisa.

- ¿Que hora es? -Le pregunte.

- Las dos de la tarde. Tu mamá andaba arrecha allá abajo. Me dijo que te despertara y que bajaras ya.

Ya me va a regañar ya. Ya va a empezar otra vez.

- Quédate ahí. Ahorita subo.

Baje las escaleras y mi mamá estaba en la cocina fregando los platos.

- Bendición. -Le dije cuando fui a abrir el microondas para buscar la arepa.

- Dios te bendiga.

Cuando me senté en la mesa ella se me quedo mirando. Como siempre que hacia cuando me paraba tarde.

- ¿Y a que hora llego ayer si se puede saber el señorito de la casa? -Obviamente andaba molesta por eso.

- Llegue a las doce Ma.

- Que a las doce. Llegaste a las tres de la mañana porque yo sentí cuando abriste la puerta. -Bien. Toda excusa que tenia se me había ido a la mierda.- Me levante y ni siquiera podías subir las escaleras. Tuve que llamar a tu papá para que te ayudara. Una gracia eso ¿verdad?

- Ay Ma por Dios. Tenia tiempo que no salía y llegaba a esa hora. Ni que hubiese hecho que.

- Y eso es un orgullo debe ser. Llegar a las tres todo borracho y sin poder caminar. Quien sabe que habrás hecho. -Se volteo otra vez y siguió fregando.

En realidad no había hecho mucho. Estábamos en la casa de Jhon bebiendo y escuchando música. Lo que paso fue que todos nos volvimos mierda y no me dí cuenta de la hora.

Termine de comer y lentamente le puse el plato al lado.

- Ah por que tampoco puedes fregar. Es muy difícil.

Le dí un beso rápido en el cachete antes de que me diera un golpe en el hombro y subí.

Carlos estaba sentado en mi cama viendo televisión cuando entre al cuarto.

- ¿Le dijiste? -Me pregunto.

- ¿Le dije a quien? -Lo mire con extrañeza ¿A quien le iba a decir que?

- Coño pero definitivamente cuando la gente recién se levanta y pasa la pea' se pone gaaaaafaaaaa. -Se me quedo viendo por un raaaaatoo. - CHAMO LO DE HOY. LO DE LA FIESTA. EL PERMISO. LA VAINA.

La Vida Diaria de Adolescente VenezolanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora