Capítulo 1: Mi primer día

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No me puedo creer que esté aquí, en la universidad por fin…es un sueño hecho realidad. Ya me veo siendo una escritora reconocida en todo el mundo.

No seas optimista…que luego vienen las decepciones.

Cállate, maldita sea…yo soy optimista y punto.

Estaba delante de la puerta que daba la entrada a la universidad. Se llamaba Alfonso X, y es la mejor universidad de Madrid. Lo malo es que me tenía que quedar a dormir allí, como en América, con una compañera que seguro que es insoportable.

Vaya…tu optimismo se fue por la borda, eh.

Cállate de una vez. Madre mía, todos los días dentro de mi cabeza y en mi contra.

Entré decidida, pero despacio. Cuando de repente noté una ola de agua por todo mi cuerpo. Miré hacia arriba, y me encontré en el tejado a cuatro chicos riéndose mientras me señalaban.

Maldita sea, serán capullos…

Tenemos que subir a ese tejado y darles su merecido…

No, no puedo, tengo que registrarme en recepción y colocar las cosas en la habitación que me asignen, conocer a mi compañera, tengo que ir a recoger mi horario de clases… ¡Porque mañana tengo clase!

Empecé a correr como si la vida me fuera en ello hasta llegar a recepción. La chica me miró mal y me dio una hoja para que pusiera mis datos personales, etc.

Empecé a rellenar la hoja con toda la prisa que pude y se la di en unos cinco minutos.

La  chica asintió y me dijo:

-Así que… ¿Ashley, no?-Me preguntó mirándome de arriba abajo.

Yo asentí.

-Sí, ya te he encontrado. Habitación doscientos doce en el edificio dos-Me espetó la chica mirando el ordenador.

Me entregó las llaves y el horario, y me fui más tranquila hacia el edificio.

Las chicas me señalaban por los pasillos, aunque yo ya estaba acostumbrada a que me tuvieran envidia, además llevaba una maleta de marca. Y los chicos me miraban y me sonreían pícaramente. Eso me incomodaba, y siempre me va a incomodar.

De repente cuatro chicos con un cubo vacío de agua pasaron por mi lado corriendo, pero se pararon en cuanto me vieron.

-Hola preciosa-Dijo unos de ellos.

-Vaya…no sabía que ibas con un vestido blanco. Que sepas que te queda mucho mejor mojado-Me dijo el del medio mientras me sonreía.

Me miré y ahora lo entendí todo. El vestido era blanco, con lo cual al mojármelo con  agua se me transparentaba el sujetador y las bragas, además que se me pegaba al cuerpo.

Muy lista, yo ya me había dado cuenta, peor prefería que pasaras vergüenza.

Si claro…

Me adelanté un paso más cerca hacia el chico del medio y le di un guantazo.

-Eso por mojarme, y va por todos vosotros-Les grité mientras me alejaba.

-Encantado, yo soy Jorge-Dijo el chico al que le había dado un guantazo.

Por fin llegué a mi habitación, gracias a dios mi compañera todavía no había llegado. Rápidamente abrí la maleta y me cambié el vestido blanco por unos pantalones cortos morados y una blusa blanca.

Somos apasionadas del blanco, yo creo que es en lo único que estamos de acuerdo.

Pues sí, eso es verdad.

Puse el vestido en el radiador para que se secase y me cepillé el pelo.

Empecé a colocar mi ropa en los armarios y elegí la cama que estaba al lado de la ventana. De repente la puerta se abrió y apareció una chica de pelo castaño y ojos verdes esmeralda, la verdad es que era guapísima.

-Hola, soy Victoria, pero me puedes llamar Vivi-Me saludó con una dulce sonrisa.

-Hola, yo soy Ashley-Le respondí seca.

-¿Has conocido a alguien interesante hoy? Yo he visto varios chicos que estaban para comérselos-Me dijo con una sonrisa tonta en su cara.

Ashley, esta es la típica chica putón que hay en todas las universidades.

Gracias conciencia, pero ya me he dado cuenta.

-Yo…bueno, me han tirado un cubo de agua encima cuatro chicos-La respondí resoplando.

-¿Cómo se llamaban?-Me preguntó.

-Emm…pues no lo sé, creo que uno se llamaba Jorge-La contesté dudosa.

-¿En serio? ¡Jorge! Madre mía, está para comérselo…es de segundo, pero aún así es el chico más popular y más guapo de esta universidad-Exclamó entusiasmada.

Yo revoloteé los ojos y suspiré.

Desde luego no podíamos haber tenido más mala suerte…primero nos tiran un cubo de agua encima, hacemos el ridículo mojadas por el pasillo, Jorge se fija en nosotras y por último nos ha tocado a la puta de compañera. ¡Muy bien!

Tienes toda la razón conciencia, desde luego que tengo muy mala suerte en la vida.

Pero no es momento de amargarse…puede que Victoria no sea como creemos que es.

-Victoria…-Intenté decir.

-¿Si?-Preguntó ella observándome.

-Siento haber sido un poco borde, pero es que estoy un poco nerviosa-Le dije mirándola a los ojos.

-No pasa nada, yo también lo estoy. ¿Quieres venir conmigo a conocer a nuestros vecinos?-Me preguntó ella divertida.

-Vale…-Le contesté yo un poco insegura.

Ella se abalanzó contra mí y me arrastró fuera de la habitación.

-¿Izquierda o derecha?-Me preguntó ella reflexiva.

-Izquierda-La respondí con una sonrisa.

Victoria estaba un poco loca, pero era muy divertida.

Empezó a golpear la puerta que estaba a nuestro lado izquierdo de nuestra habitación.

Abrieron la puerta y aparecieron dos chicas.

-Hola, somos vuestras vecinas. Yo soy Victoria y esta es Ashley-Dijo Victoria mientras esbozaba una sonrisa encantadora.

-¡Hola! Yo soy Verónica, pero me podéis llamar Vero-Dijo una chica muy alta con el pelo pelirrojo y los ojos castaños.

-Yo soy Colette, pero me podéis llamar Cloe-Dijo una chica con el pelo rosa y los ojos grises.

Nos presentamos y al final nos hicimos amigas. La verdad es que eran muy majas y coincidíamos en casi todas las clases.

Finalmente nos despedimos de ellas y Victoria empezó a golpear la puerta que quedaba a la derecha.

La puerta se abrió y aparecieron dos chicos totalmente conocidos. Eran Jorge y uno de sus amigos.

-Hola preciosa, nos volvemos a ver…no me has dicho como te llamabas-Me dijo con su voz seductora.

Victoria me dio un codazo y me hizo una señal para que le respondiera.

-Soy Ashley y somos vuestras vecinas-Le dije seca.

Jorge sonrió ampliamente y le susurró algo a su amigo que no paraba de mirar a Victoria.

-Yo soy Victoria-Se presentó.

-Y yo soy Marcos-Dijo el amigo de Jorge, que era un chico castaño de ojos azules.

En cambio Jorge era un chico rubio de ojos verdes…totalmente lo contrario.

-Os visitaremos con frecuencia-Dijo Jorge guiñándome un ojo.

Yo resoplé.

Genial, genial…no puede empeorar, eso está claro.

LA UNIVERSIDAD (PARADA TEMPORALMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora