Me advirtieron de él.
Me contaron tantas crueldades de él.
Me contaron que no tenía que dejarme llevar por una cara bonita...
Sin embargo, me acerqué y conocí a el demonio en persona...
Me quiere llevar al infierno con él, me dice que es un lugar muy hermoso.
Nadie puede controlarte... nadie puede detenerte... no dependes de nadie para vivir...
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Es realmente curioso que quieras sacar a un demonio del infierno y este te quiera arrastrar a el.
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Mi mente ya no piensa con claridad ¿Qué es realmente el infierno? ¿Cuándo comencé a dudar si existía realmente?
Dudas que nunca se resolverán, ya nadie me escucha cuando pido ayuda, ¿Cuando pedí realmente ayuda?, ¿Será el día que de pequeño me caí de la bicicleta ó será ese día que pensé que reprobaría el semestre? No, ahora pido ayuda... libertad.
Quiero llorar al recordar que cada día volveré a ver a ese demonio.
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Mi cordura se está perdiendo, mi paciencia también, ¿Cuándo empecé a pensar que la muerte era mejor que sufrir pero seguir vivo? No lo sé.
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No tengo idea de cuando comencé a tratar mal inconscientemente a las personas que me amaban.
No tengo idea de cuándo empecé a tenerle miedo a una persona.
No tengo idea de cuándo, en silencio, pedía a gritos ayuda.
No tengo idea de cuando elegí el mal camino.
No tengo idea de cuándo me suicidé, ni tampoco de cuándo me enamoré de un demonio...
Pero tú, que leerás mi historia, podrás saberlo.
Pero... no juzgues mis acciones... porque me arrepiento de cada una de ellas.
Mark Lee