Lucia no podía creer que la hubiese engañado con Leila, como podía ser, pero era su voz, ella cogió su móvil, y le dijo que se acababa de despertar en la cama. Se sentía defraudada, utilizada y engañada.
Verónica llego a su casa, ya Leila no estaba, menos mal pensó, fue a su cuarto y su móvil estaba en la cama, miro la pantalla y vio las llamadas perdidas y mensajes de Lucia. Le escribió.
Cariño se me quedo el móvil en casa, me voy a duchar y voy a tu casa.
Lucia lo leyó.
-Que hipócrita. –dijo en alto mientras lo leía. No la quería ver ni hoy ni nunca.
Lucia llamo a Virginia, le contó todo lo que pasó, necesitaba su ayuda. Virginia le dijo que iría a su casa. Lucia escucho el motor de su moto, enseguida bajo abrirle la puerta a su amiga, se sorprendió al verla, porque Virginia se había cambiado de look, un color rojo en el pelo y se había hecho un tatuaje en el brazo desde el hombro hasta el codo, le gustaba ir llamando la atención. Lucia la abrazo fuerte y se puso a temblar.
-Cálmate, a lo mejor todo tiene una explicación. –le dijo Virginia con una sonrisa. Subieron al cuarto de Lucia, se sentaron en la cama.
-No quiero escuchar la explicación que tenga que darme. No la quiero ver Virgie. Si viene dale cualquier excusa. – le dijo Lucia resollando.
-Porque no lo hablas con ella, las dos tranquilas, y que te explique.
-Que me explique cómo se acostó con su ex... -le dijo sarcásticamente Lucia.
Lucia no daba el brazo a torcer, pero era verdad lo que le decía su amiga tenía que enfrentarse a ella en algún momento. En ese momento tocaron el timbre.
-Es ella. –le dijo Virginia asomándose por la ventana y viendo el deportivo aparcado afuera.
-Yo voy.
Lucia bajo las escaleras y abrió la puerta.
-Lo siento cariño, pero se me olvido el móvil en mi casa y llegue tarde del trabajo. –le dijo Verónica acercándose para darle un beso.
-No me toques. –Lucia se alejó –no quiero saber más de ti. Quiero que te vayas de mi casa, no quiero volverte a ver.
-Pero por qué? No entiendo nada. –Verónica se estaba irritando.
-Tú sabrás lo que hiciste anoche con tu puta ex. –le dijo Lucia indignada.
-Vino a mi casa...
-Lo sabía, confiaba en ti, Vero. –Lucia no le dejo hablar, se le saltaron las lagrimas. –vete de aquí, no quiero volverte a ver.
Verónica la intento abrazar para consolarla, pero Lucia se aparto de ella y le abrió la puerta de su casa.
-Vete. –le dijo Lucia gritándole.
Verónica salió de la casa, no la dejo explicarle la situación. Subió a su coche y se fue a toda velocidad, sabía a dónde tenía que ir a buscar explicaciones.
Llego a un edificio grande, aparco en la puerta, miro en su bolso en busca del móvil y busco en la agenda: Leila. Apretó la tecla de llamar.
-Hola cariño. –le dijo Leila con voz sensual.
-Estás en tu casa ahora? – le pregunto Verónica muy seca.
-Si claro para ti siempre estoy disponible.
-Subo. –le dijo Verónica y colgó.
Salió del coche como alma que lleva el diablo, subió en el ascensor. Al llegar a la planta salió del ascensor con cara de pocos amigos y toco en la puerta. Abrió a los pocos segundos.
-Que agradable sorpresa... -le dijo Leila con una sonrisa y abriéndose el escote de su camisa.
-Que le has dicho a Lucia? –le dijo Verónica entrando a la casa, cerrando de un golpe la puerta.
-Solo le dije que me acababa de despertar, no me dio tiempo a decirle ni mi nombre... -le dijo Leila riéndose.
-Eres una estúpida, no tenias que haber cogido mi móvil. Será mejor que no vuelvas borracha a mi casa, porque me dará igual dejarte votada en la calle. –le dijo Vero acercándose a ella y agarrándola de los dos brazos.
Verónica se fue del apartamento de Leila, esto no podía estar ocurriendo pensó. Llamo a Lucia pero seguía sin cogerle la llamada.
Al día siguiente se presento Verónica en la cafetería, iba con unas compañeras de trabajo. Pero no le quitaba ojo a Lucia según entro. Después de tomarse los cafés, las compañeras se fueron y se quedo Verónica en la mesa. Verónica le hizo un gesto para que se acercara.
-Me vas a dejar explicarme? –le dijo Vero susurrándole.
-Ya se explico tu ex, por ti. De todas formas este no es sitio, este es mi trabajo y no lo quiero perder.
-Vale, pero dime un sitio y lo hablamos. –le dijo Vero.
-Ya te avisare. –le dijo Lucia muy seria.
Habían pasado dos semanas, Lucia no se había puesto en contacto con Verónica. A Vero le extrañaba, tanto tiempo sin recibir noticias. No podía esperar más, se acercó a la casa de Lucia. Tocó la puerta y le abrió la madre.
-Hola señora Alicia, se que te habrá contado Lucy lo que ha pasado, pero no ha sido así, todo a sido un mal entendido. –le dijo verónica empezando a llorar.
-Pasa cariño. –le dijo Alicia, la madre de Lucia.
Pasó a la sala, se sentó en el primer sillón que vio. Poniéndose las manos en la cara, llorando como una niña pequeña.
-Tranquilízate Vero, todo se solucionará. –Alicia le puso la mano por detrás de la espalda. –cuéntame que ha pasado. –le dijo consolándola.
-Leila vino una noche a mi casa borracha, no se mantenía en pie, era muy tarde no la iba a dejar que se fuera, la deje dormir en el salón y por la mañana me fui rápido porque tenía una reunión, se me quedo el móvil en mi casa. Tu hija llamo y Leila lo cogió, se pensó que había ocurrido algo entre las dos pero no paso nada. –se limpio las lagrimas y la miró a los ojos. –se lo juro, no paso nada Alicia.
-Vero... -Alicia se tomó su tiempo. –te tengo que decir algo que no te va a gustar.
-Le ha pasado algo a Lucy?. –enseguida se preocupó.
-Lucy se ha ido a vivir fuera unos meses.
Verónica se vino abajo, siguió llorando desconsoladamente. Alicia le prometió que hablaría con su hija, que le explicaría el mal entendido.
Verónica se fue de la casa de Alicia, llegó a su ático, fue directa al mueble bar, cogió la primera botella de ron que vio y la abrió.
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Lucia y Verónica
RomanceLucia una chica que no tiene claro lo que le gusta, conoce a Verónica muy clara en sus gustos e impulsiva. Le ofrece vivir una historia de amor, que no olvidará.