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2. Sehun necesita un entrenador para calmar a dos lobos primos.

Un mes después de la llegada de Luhan.

Sehun se preparó.

Una camisa blanca –que podía ser confundida con una casual si la marca no mostrara lo contrario– se deslizó en su formado torso antes de abrocharse. El pantalón ya lo tenía puesto, se arregló el pelo una última vez en el espejo.
Ahora era el turno de la corbata.

Sabía que nunca, a sus 28 años de edad, nunca aprendió a atarla, y eso lo frustraba cada vez que lo intentaba, todas sus corbatas ya estaban listas –cortesía de su criada– él sólo tenía que pasarla alrededor de su cuello y acomodarla.

Así que después de ponerse la corbata, se dirigía a su chaqueta dándose rápidamente una última mirada en el espejo. Satisfecho con lo que veía, salió de su habitación y de su casa después de tomar las llaves de su lujoso coche.

Luego venía un largo viaje aburrido.

Más debido al tráfico lento que el camino en sí mismo.

El tráfico lento que molestaba tanto al CEO que seguramente tendría un ceño todo el día.

El tiempo también era una mierda, llovía realmente fuerte mientras el cielo de las 7 de la mañana era de un gris profundo.
Gris como los ojos de un pequeño rubio cuando volvían a su color normal. Como el día de su entrevista.

El Sr. Oh suspiró mientras miraba hacia el cielo, sintiéndose vacío. Pero continuó su viaje sin preocuparse de esa habitación vacía en su corazón justo como lo había hecho en los últimos 10 años.

Condujo silenciosamente al edificio de donde él era el CEO.

En el estacionamiento se quedó un momento, pero no para pensar en estúpidas futilidades, ni para prepararse mentalmente acerca de estar mojado de la cabeza a los pies una vez que saliera de su coche, nada de eso, sólo se quedó porque un olor familiar llegó invadiendo sus sentidos. La misma esencia que olió semanas atrás, el día de la entrevista de cierto rubio. Un olor que pensaba que nunca volvería a oler en los últimos 10 años.

El director general volvió la cabeza hacia la ventana a tiempo para ver la figura de un pequeño hombre corriendo para poder pasar por la puerta del edificio sin tener que estar más mojado de lo que ya estaba. El corazón del CEO se aceleró sólo por vislumbrar al pequeño omega y se maldijo a sí mismo por ser un idiota.

Con paso firme, se dirigió a la secretaria y le preguntó algunas cosas sobre su día antes de dirigirse al ascensor.
Era escandaloso cómo su mañana era tan igual y aburrida como el infierno.

Podía dar un giro en 'U' y hacer algo más con su día que sentarse todo el día en una silla diferente para mirar alguna presentación o tener una reunión para una propuesta de asociación que realmente no necesitaba, pero estaba un poco obligado a quedarse ahí .

Quería el dinero de su padre, pero el dinero no llegaba sin las responsabilidades que le correspondían.

Mientras subía, levantó su dedo índice para presionar el piso 67, pero se detuvo al mirar el ya brillante botón 24.
Sonrió mientras dejaba caer la mano a su lado, dejando subir el ascensor al piso 24.

Asintió como un saludo a algunos de los empleados del piso 24, viéndose más entusiasta de lo que estaba hace un minuto. Estaba un poco...emocionado. Realmente había pasado mucho tiempo –sólo dos semanas en realidad– que no habló con él ni siquiera lo había visto; no podía evitarlo.

"¡Oh, Dios mío, Xiumin, sí!" gritó una voz familiar que llamó la atención del CEO –quien había olvidado dónde estaba la oficina de su objetivo y luego se alegró de que su presa se manifestara.

Mr. Oh~Omegaverse[Traducción ESP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora