Prólogo.

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Bajó las escaleras con un ritmo calmado. no tenía prisa, iba satisfecha con el día de hoy. mientras repasaba mentalmente la compra que debía hacer en el supermercado, un niño salió del edificio y se escondió tras una columna de mármol enorme, que solo dejaba ver media zapatilla de aquel chaval y medio rostro que se asomaba curioso. La anciana, que sin girarse ya se había percatado de su presencia, siguió su camino.

- Esas historias...-dijo el chico casi susurrando.

-¿si?- dijo la señora Sparks.

- ...¿son reales?-dijo el niño saliendo de su escondite.

Tendría unos diez años, su cabello brillaba cual oro y le caían unos tirabuzones por la frente. Sus ojos lucían curiosos y aventureros, eran de un color verde esmeralda que siempre, a la señora sparks, le habían llamado la atención. se quedaba observándolos durante ratos eternos; intentando descifrar aquella mirada rebelde que no le quitaba el ojo todos los jueves que iba a aquel orfanato a contar sus historias a los huérfanos. Ese chaval siempre le había llamado la atención, siempre estaba apartado del grupo con un cuaderno desgastado y que la escuchaba con especial interés.

Sus historias no trataban de príncipes que cruzaban mar y tierra por salvar ala princesa que se escondía secuestrada en una torre custodiada por un dragón o por una bruja. que va, esas historias estaban muy vistas.

-¿Cómo te llamas hijo?- dijo la anciana mientras volvía a analizar su mirada.

-Jhonson señora, Will Jhonson-dijo mientas sujetaba su cuaderno con fuerza.

-veras Will, que no lo veas no significa que no esté ahí. Ahora chaval debo irme o perderé el autobús. -dijo la señora Sparks retomando su camino.

Dicho esto, la mujer salió del orfanato mientras Will la seguía con la mirada. la señora Sparks sintió especial interés por aquel chaval y cuando se giró para ver donde estaba lo vio corriendo hacia el interior del edificio y ya se temía que iba a hacer. entonces vio como la luz de su habitación se encendía y vio por la ventana como cogía un pincel y sus acuarelas y se ponía a trabajar en aquellas ideas y sueños en aquel trozo gastado de papel. Eran las ganas las que dibujaban para él, la huida perfecta al país, que construía cada vez que la señora Sparks dejaba el orfanato, a manos del pincel.

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⏰ Last updated: Jul 24, 2017 ⏰

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A manos del pincel.Where stories live. Discover now