5 Rumbo a la espada P.2

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Kerin y los dos hombre que estaban en el rincón se giraron y vieron a Wilihath, Mirnom, Én y Kric. 

-¿Cómo dices?- Preguntó Kerin con curiosidad. 

-A Prábalu- Respondió la mujer. 

-Gracias, cariño- Interrumpió Wilihath- pero yo puedo hablar por mi cuenta. 

El hombre y la mujer miraron a Kerin y éste les hizo una seña con la mano para después salir de la tienda.

-Muy bien- Dijo Kerin- hablen. 

Los cuatro se acercaron más a Kerin y lo mismo hicieron los dos hombres en el rincón.

-Estos tres hombre- Comenzó Wilihath- estaban listos para partir del Burro Borracho contigo pero regresaron por mi ya que estaba durmiendo- Wilihath miró de reojo a Kric que lo miraba con un poco de enojo ante la mentira que dijo- cuando vimos ya nos habían abandonado. . . 

-No tenía todo el día- Repuso Kerin.

-Y no te culpo,- Gruñó Wilihath- fue por eso que decidimos seguirte, y fue demasiado fácil. El problema fue que el campamento de Prábalu nos capturo. . . 

-¿Y vinieron aquí?- Gritó Kerin; los cuatro hombres se hicieron para atrás.

-Sí- Contestó Wilihath levantando las manos para calmarlo- pero nos ofreció un trato: Lo guiáramos al tesoro y te mataba después. 

Kerin se acercaba más a ellos y éstos se alejaban, al decir verdad él les inspiraba miedo.

-Es algo bueno,- Dijo Wilihath, desesperado- cuando estemos en el tesoro tú serás el que se oculte, junto con tu grupo, para que ataques desprevenido a Prábalu. . . Tú lo odias ¿Verdad? 

-Bueno, la verdad es que tenemos historia- Contestó Kerin más calmado. 

-Kerin- Llamó uno de los hombres del rincón y los tres se juntaron al otro lado de la campaña. 

Paso un rato hasta que Kerin y los otros dos se dirigieron a los cuatro hombres. 

-¿Qué necesitas?- Preguntó Kerin a Wilihath. 

-Necesito saber donde esta el tesoro- Respondió este. 

Kerin señaló una mesa pequeña que se encontraba en medio de la campaña. Wilihath se acercó a ella y vio unos mapas, los tomó y se dio cuenta, por fin, en donde estaba el tesoro. 

-¡Es en una cueva!- Dijo Wilihath al momento que giraba para ver a los demás. 

-Exactamente- Exclamó Kerin.

-Cuando entremos a la cueva cargaremos todo el oro, después cuando Prábalu entra lo atacamos y por último nos iremos con todo el oro. 

-¿Y cómo harás que Prábalu entre cuando carguemos todo el oro?- Preguntó Mirnom. 

-Yo estaré afuera de la cueva para avisar cuando entre- Respondió Wilihath. 

-Vaya, creo que es una suerte que estés aquí- Dijo Kerin- ¿Cuánto quieres del oro?

-La mitad- Contestó Wilihath. 

-¿La mitad?- Preguntaron al mismo tiempo los dos hombres del rincón. 

-¡Silencio!-Gritó Kerin.- Druti- Uno de los hombres del rincón dio un paso enfrente- dile a todos que no vamos- El hombre salió de la campaña y empezó a fritar ordenes. 

Wilihath se dirigió a Kerin y dijo: 

-Piensa que no es solo el oro sino también la venganza. 

INCROVAWhere stories live. Discover now