Kerin y los dos hombre que estaban en el rincón se giraron y vieron a Wilihath, Mirnom, Én y Kric.
-¿Cómo dices?- Preguntó Kerin con curiosidad.
-A Prábalu- Respondió la mujer.
-Gracias, cariño- Interrumpió Wilihath- pero yo puedo hablar por mi cuenta.
El hombre y la mujer miraron a Kerin y éste les hizo una seña con la mano para después salir de la tienda.
-Muy bien- Dijo Kerin- hablen.
Los cuatro se acercaron más a Kerin y lo mismo hicieron los dos hombres en el rincón.
-Estos tres hombre- Comenzó Wilihath- estaban listos para partir del Burro Borracho contigo pero regresaron por mi ya que estaba durmiendo- Wilihath miró de reojo a Kric que lo miraba con un poco de enojo ante la mentira que dijo- cuando vimos ya nos habían abandonado. . .
-No tenía todo el día- Repuso Kerin.
-Y no te culpo,- Gruñó Wilihath- fue por eso que decidimos seguirte, y fue demasiado fácil. El problema fue que el campamento de Prábalu nos capturo. . .
-¿Y vinieron aquí?- Gritó Kerin; los cuatro hombres se hicieron para atrás.
-Sí- Contestó Wilihath levantando las manos para calmarlo- pero nos ofreció un trato: Lo guiáramos al tesoro y te mataba después.
Kerin se acercaba más a ellos y éstos se alejaban, al decir verdad él les inspiraba miedo.
-Es algo bueno,- Dijo Wilihath, desesperado- cuando estemos en el tesoro tú serás el que se oculte, junto con tu grupo, para que ataques desprevenido a Prábalu. . . Tú lo odias ¿Verdad?
-Bueno, la verdad es que tenemos historia- Contestó Kerin más calmado.
-Kerin- Llamó uno de los hombres del rincón y los tres se juntaron al otro lado de la campaña.
Paso un rato hasta que Kerin y los otros dos se dirigieron a los cuatro hombres.
-¿Qué necesitas?- Preguntó Kerin a Wilihath.
-Necesito saber donde esta el tesoro- Respondió este.
Kerin señaló una mesa pequeña que se encontraba en medio de la campaña. Wilihath se acercó a ella y vio unos mapas, los tomó y se dio cuenta, por fin, en donde estaba el tesoro.
-¡Es en una cueva!- Dijo Wilihath al momento que giraba para ver a los demás.
-Exactamente- Exclamó Kerin.
-Cuando entremos a la cueva cargaremos todo el oro, después cuando Prábalu entra lo atacamos y por último nos iremos con todo el oro.
-¿Y cómo harás que Prábalu entre cuando carguemos todo el oro?- Preguntó Mirnom.
-Yo estaré afuera de la cueva para avisar cuando entre- Respondió Wilihath.
-Vaya, creo que es una suerte que estés aquí- Dijo Kerin- ¿Cuánto quieres del oro?
-La mitad- Contestó Wilihath.
-¿La mitad?- Preguntaron al mismo tiempo los dos hombres del rincón.
-¡Silencio!-Gritó Kerin.- Druti- Uno de los hombres del rincón dio un paso enfrente- dile a todos que no vamos- El hombre salió de la campaña y empezó a fritar ordenes.
Wilihath se dirigió a Kerin y dijo:
-Piensa que no es solo el oro sino también la venganza.
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INCROVA
FantasíaTras escuchar una leyenda Wilihath Ranwhin decide ir tras la espada de Incrova, que tiene el poder de destruir a Unmordok, uno de los hechiceros más poderosos en su momento. Esta espada posee la magia de los once Migthins, los aprendices de Unmordo...