Capitulo #2

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Desperté y mire a Liam dormir. Me empuje un poco para arriba y besé a mi hermoso novio en los labios.

Me levante de la cama y busque mis pantuflas de garras de oso. Estas pantuflas son realmente cómodas y lindas.

Bajé directo a la cocina. Busque la caja de waffles y los calente. Servi tres en un plato, tres en otro y en el otro solo dos. Tome la miel, las fresas que estaban ya en rebanaditas y un bote de helado.

Subi corriendo las escaleras hasta mi cuarto y salte encima de Liam.

-Despierta hombre!-Grite. Comence a moverlo, y daba saltos como un niña pequeña.- Hice el desayuno.- Me avente para abrazarlo y caimos al suelo.- Oh! Mi amor! ¿Estas bien?

-¿__?-Preguntó adormilado. -¿Tu, estas bien?- Seguia sobre él.- Al parecer, amortigue tu caida.

-Eso es cierto. Lamento hacerte caer. Creo que dormiste bien.

-Creo que tu cama es demasiado comoda para mi.-Me dijó.

-Jajajaja.-Rei. Liam se sentó y apoyó la espalda en la base de la cama.

-Es en serio. Siempre que duermo en ella, pasa lo mismo. Duermo profundamente.

-Me he dado cuenta.-Dije y volvi a reir.

-Te amo.-Me dijo. Sinceramente, cada vez que él me dice que me ama de la nada, siento esas mariposas en el estomago. Aunque esas mariposas son como miles de murcielagos a los que alumbran con una linterna y salen de su cueva a velocidad de la luz.

-Te amo también.-Dije. Y tenia planeado pararme pero Liam tomó mi cintura y de nuevo me sentó en su regazo.

-¿A donde? -preguntó. Reimos.

Me acerque lentamente a su rostro, lleve mis manos a sus mejillas. Roce mis labios con los de él, luego lamí mis labios y debido a que estábamos a menos de diez milímetros, mi lengua tocó sus suaves labios.

-Oh. Sabes que adoro que nuestros besos sean románticos, pero es muy temprano. Y aun no termina nuestra sesion de besos mañaneros.-No dijo más y corto cualquier tipo de distancia que habia entre nosotros. Comencé a mover mis labios, sintiendo los suyos muy tibios. Nos separamos por falta de aire. Pero tan pronto como llenamos muestros pulmones de oxigeno, volvimos a besarnos.

Y luego escuche su estomago rugir. Rompí el beso. Me puse de pie y le di la mano para que se levantara.

-Pienso que nuestra sesion de besos mañaneros puede esperar pero tu tripa no.

-Tienes razon.

Luego de terminar de desayunar, Stephan fue a comprar algunas cosas para la casa. Liam y yo estabamos lavando los trastes, yo fregandolos y el los secaba y acomodaba, y me hacia reir por cualquier estupidez, luego le dio por cantar super extraño, parecia una foca.

-Amor, por favor, se cuidadoso. No vayas a romper algo-Estaba enjuagando un plato de vidrio cuando escuche el horrible sonido de un vaso rompiendose.- Mierda!-Exclame mientras daba un saltito para que ningun trozo de cristal se encajara en los pies.

-Cariño.-Reprendió él mientras me lanzaba una mirada asesina.

-Ya. Ya. Lo sé, pero carajos. Me asuste.

-Las señoritas no se ven bien maldiciendo.

-Ya sé, pero ¿Como carajos quieres que deje de maldecir? Se me hace imposible.

-No es imposible.-Liam se acerco a donde yo estaba.-Ay mierda!-Dijo.

-¿Ves? Tu las dices.

-Pero soy un chico. Es parte de mi vocabulario.-Gruño. Y se sentó en la silla del comedor.-Auch. Me duele.

Pregnant? |L. P|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora