11. Festival de Iwatobi [parte 1]

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—Sousuke, vístete. Nos vamos a Iwatobi.

Ni siquiera abría los ojos y ya estaba recibiendo órdenes. Sousuke parpadeó varias veces y se estiró sobre la cama, soltando un bostezo.

—¿Para qué?

Rin sonrió por su apariencia; cabello desordenado, ceño fruncido y ojos cansados.

—Nagisa nos invitó al festival de fin de curso.

Aunque los planes para Sousuke de dormir y descansar de los entrenamientos durante el domingo fueron arruinados, no perdería una oportunidad de estar con Rin.

No pasaron ni 20 minutos y ellos ya estaban saliendo de la academia Samezuka dirigiéndose a Iwatobi en metro.

—No te vayas a alejar de mí —avisó Rin—, ya que tienes un horrible sentido de orientación, capaz y te pierdes.

Sousuke bufó decepcionado, ya se había montado sus fantasías.

Llegaron finalmente a Iwatobi, estaba repleto de estudiantes y puestos de comida. Había mucho ruido y no alcanzaban a ver a ninguno de los chicos del club de natación. Rin intentaba rastrearlos pero no daban con ellos.

—¡Onii-chan!

Era la voz de Gou, que llegó a empujones y apartando gente del camino. Se alegró al verlos a ambos.

—Si buscan a los chicos, están en la sala de teatro. ¡Van a interpretar una obra!

—Ellos tienen suerte... —murmuró Rin al recordar el festival del año anterior, donde se tuvo que vestir de maid.

—Vamos entonces.

La pelirroja los tomó de la muñeca y los guió hasta unos asientos en una de las primeras filas del teatro, podrían ver cómodamente la obra desde ahí. Se sentaron los tres, Rin en medio de Sousuke y Gou.

—¿A qué hora comienza? —preguntó Sousuke.

—En unos diez minutos, llegaron a buena hora.

Pasaron unos cinco minutos antes de que las luces se apagaran y muchos más estudiantes llegaran

—Oye, tengo hambre —dijo Rin.

—Yo igual, pero ya es muy tarde para ir, ya va a empezar.

—¿Piedra, papel o tijeras? —retó con un sonrisa.

Sousuke aceptó.

Rin perdió.

Salió a regañadientes y, una vez afuera, buscó el puesto de comida más cercano y con buena pinta. Regresó con dos bandejas de takoyakis justo a tiempo. Se sentó y, unos segundos después, una voz se escuchó por todo el teatro, anunciando la obra.

—¡Damas y caballeros! Sean bienvenidos. Como celebración de fin de curso, los estudiantes de tercer año de Iwatobi tendrán el honor de interpretar una obra, por favor, ¡disfruten del espectáculo!

Todos se callaron. Las luces señalaban el centro del escenario donde se encontraba de pie una hermosa chica de cabello negro y ojos azules, vestida con un top morado y unos pantalones ajustados con decoraciones que simulaban una cola de sirena.

SouRin Whatsapp™ [PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora