Cap. 1

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"Hasta luego mami, te amo y siempre lo haré". Es algo que lo más probable pude haber dicho alguna vez en mi vida, en mis ya largos 46 años. Pero no, nunca lo he hecho, ni lo haré.
Solo pienso en mi "mamá" una vez al año, curiosamente en mi cumpleaños. Festejo por ella, y ¿por mi? Bueno, festejar es algo que no me llena en lo absoluto, sabiendo que a esta edad no me alegra mucho el cumplir un año más de vida.
Festejo por ella, por su muerte.
Por haberme dado la más acogedora bienvenida al mundo, dejándome solo junto a mi papá. Desde el día 0.
Me ha ido bien, eso supongo, siendo sincero, excelente, no me quejo, pero... ¿Es deber el sentirme vacío, en busca de algo inconcluso? Ni idea, pero soy humano, soy hombre, y me debo el ser vulnerable.
-Tierra llamando a Giam, ¡hey! Cariño -decía Rose mientras llamaba mi atención agitando su palma ante mis ojos.

-Eh Eh aquí estoy ¿Que sucede? -respondí perdido.
-¡¡Feliz cumpleaños, mi amor!! Te amo, y quiero pasar todos los que vengan junto a ti, mi vida. -acto siguiente, me beso intensamente.
-Gracias Ro, yo también te quiero mucho bebé.
Rose Wild, mi novia, es el sueño y la razón de todas las pajas de mis amigos y compañeros de trabajo. Da asco pensar en ello, pero me sube el ego, no lo niego.
Es alta, pelirroja, y su cuerpo hecho una carretera lleno de curvas. Es dentista, y una de las mujeres más hermosas que he visto jamás, y es mía.
La quiero, no lo niego, pero desde mi adolescencia que no me vuelvo loco por un amor. Pero así estoy bien... no se debe de ir por ahí dejándose maltratar por las desdichas del amor, el dolor y la emoción.
El padre de Rose, Dante Wild, es mi jefe, algo que no me intimida en lo absoluto por el hecho de que soy su mejor vendedor, y de mi han dependido los mayores éxitos financieros de la empresa los últimos 8 años.
Dante, es un tipo que realmente sabe vivir su vida. Alguien que se ha ganado mi total admiración y respeto.
Nada que ver con que sea mi jefe y además suegro.
Sino, por la forma tan efectiva y afectiva en que anima a mi receptivo ánimo en momentos críticos.
-"El trabajo con fin de cosecha, y el éxito son los que te mantienen en pie día día, lo sé, pero, rehúsate a ver tu vida social, y sentimental ante ti. Mejor a tus pies, que acabando con tu cabeza". -me dijo alguna vez cuando aún era joven en la empresa.

Lo cierto es que no soy contador, no estudié derecho comercial, administración de empresa o cualquier profesión ligada a los números y el hambre por la venta... estudie psicología. Pero en esto, en la venta, en jugar con la emoción del comprador, en hacerme rico en base de mi buen habla, y en el vivir por la comodidad ajena, está lo que amo.
¿Que vendo? Casas, edificios, departamentos, todo tipo de inmueble. Y sueños, e ilusiones también. Por si desean.
Es simplemente, el arte de conectar con quien deseas, o debes, y obtener lo que mereces. Y desde luego que la psicología me ayuda bastante en este trabajo, claro, no voy por ahí haciéndoles psicoanálisis a mis clientes, ni ayudándoles. En diferencia a mis colegas en la ciencia, me importa una mierda la vida de los demás.
Pero definitivamente he encontrado su conexión. Más que haberla encontrado, pueda que   la haya creado.

Mis planes son embriagarme en casa con mi dulce y hermosa bebida. Y mi novia si desea. Como dije anteriormente, ya a mi edad, no es algo por lo que tendría que celebrar, añadiéndole la pena estupida que me hace acordarme del no importante sujeto llamado mi madre.

Ya les he contado mi vida ya casi completa, por lo largo y espeso de mis viajes mentales. Hundido en mis pensamientos.

De camino al trabajo, donde Rose se dispuso a llevarme hoy. Recibo la típica y hartante llamada diaria, de mi ex esposa obsesionada, María Eugenia.

-Buenos días, bombón. ¡Feliz cumpleaños! Te amo -me decía.
-Gracias Mariu, nos vemos, bye. -colgué.

Me llama diario dos veces al día, y aunque le puse una orden de restricción, no cesa. Después de múltiples problemas entre ella y Rose, la misma Ro, me ha convencido de dejarla en paz, de tomarle las llamadas aunque solo por 15 seg. Y mantenerla tranquila, nunca se sabe que psicopata te matará.
Intentó suicidarse dos veces cuando nos divorciamos, y la internaron por 6 meses en un psiquiátrico. Es una completa enferma mental, que hasta el momento nunca ha intentado hacer algo que me perjudique. Pero me preocupa, sin embargo, en definitiva no me molesta en lo absoluto que este así quizás "por mi". Puede que haya hecho ciertas cosas para contribuir pero para nada es mi culpa. Gracias a Dios nunca tuvimos un hijo...
Y efectivamente, a mis ya hoy 46 años no tengo hijos. Debería, pero me es indiferente, no rechazó la idea tampoco. Nunca se sabe.
María Eugenia me recuerda mucho a Violet y lo que hizo cuando éramos jóvenes...

-Mi amor ya llegamos. Hoy tengo muchas citas y puede que llegue un poco tarde a casa, pero espérame ¿Si bebe? -me dijo Rose mientras me dejaba frente a la torre donde trabajo, "SuperTramp Home".

-"Buenos días, Señor Hernández"-
-"Feliz cumpleaños, Señor Hernández"-
-"Buen día, Licenciado"
-"¡Feliz cumpleaños Licenciado!"-
Así me saludaban secretarías, compañeros de trabajo, seguridad, mis jefes, y mis empleados. La verdad me llevo bien con todos, desde limpieza hasta el presidente y dueño de SuperTramp Home, Dante Wild.
Al llegar a mi oficina vi un montón de regalos, los puse a un lado y me dispuse a empezar mi trabajo. Venían y se iban centena de personas que me felicitaban.
-"Buenos días, Licenciado Hernández, felicidades por su cumpleaños, ¿como se encuentra el día de hoy? (Con un mapa) venía a decirle que el ingeniero Wild lo llama a su oficina". - vino a decirme la persona más irritante de toda la torre.
- ¡oh claro! Ya voy -conteste-.
Después de unos cinco minutos organizando todo el trabajo para el día, lo deje a la mitad y me dirigí a la oficina del ingeniero Wild.
Me dirigí hacia la secretaria -Me dijeron que el ingeniero me llamo- me dijo que podía pasar.

-¡EL TIPO! -me gritó en cuanto puse un pie en su oficina.
-¡EL TIPO! -contesté.

Tipo es como nos llamamos entre nosotros, pero solo cuando estamos en ambiente familiar o a solas. Nunca le llamo así delante de los demás empleados ni el a mi, por cuestión de respeto y condición de trabajo.
"El tipo" y yo hicimos bastante empatía desde el principio, tanta que en cuanto le pedí su aceptación para el noviazgo entre Rose y yo, no lo dudo ni un segundo. Jugamos al tennis, bebemos juntos, nos ayudamos, y trabajamos con bastante armonía. Una relación un tanto rara para otros.
Con su esposa, la mamá de Rose, Octavia de Wild, me llevo bien, pero al principio no era su candidato favorito y aún sigo sin serlo contando con que aún no le pido matrimonio a su hija. Es bastante protectora al igual que Dante, y de vez en cuando me dice -"espero algún día mi hija despierte"- refiriéndose a que no soy el indicado, ni la trato como debería. Sin embargo, ¡lo hago! Le doy todo lo que desea, aunque no es tan difícil como suena sabiendo que es millonaria desde que nació, y le va perfecto en su trabajo.
Desde mi juventud que no enamoro, que no me vuelvo loco por una persona. Desde que Dania salió de mi vida.
Dania ha sido mi único gran amor, de quién me vi perdidamente enamorado, por quien en mis esfuerzos de demostrarle mi amor, la perdí. No sabía cómo soportar un amor puro y me dejó. Más, le agradezco por ser quien soy hoy, un hombre que no se deja manipular por las catástrofes de los sentimientos y las desdichas del sufrir.
Pero siempre hay algo que duele, y algo que no...

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⏰ Última actualización: Jul 25, 2017 ⏰

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