Canción para Jolee

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Hermosa y distante, inalcanzable para alguien como él. Deseo impuro y latente recorría su ser ante la presencia de su dama virgen, aquel ángel condenada por un demonio. Tanto que decir, todo ese fervor por las definidas curvas del pequeño cuerpo de mujer, ella lo sabe ahora que lo comparten. Pip trata de restarle importancia, es obvio que alguien como ella inspire todos esos pecaminosos pensamientos en un hombre, pero la incomodidad de Seras es tangible. Sabe que está mal, ella es tan pura e inocente, pero no puede negarse a su naturaleza obscena. Dos almas en un solo cuerpo, dos mentes distintas, tan desiguales e incompatibles. Él no es más que una sombra en la luz que emana su draculina.

~Espero que un día me perdones y me liberes~

Cada intento de sobrellevar las cosas no hace más que empeorar su situación. Sabe que ella se esfuerza, pero sigue tan ingenua, negándose al placer que su naturaleza de vampiro le incita. En medio de la oscuridad no hace más que esperar, observar la lenta evolución de Seras, impotente ante la sombra de esa hermosa luz pálida, la misma en la que se pierde la esencia de su amada. Las discusiones disminuyen, ahora le sigue el juego con sucias palabras e insinuaciones, está maravillado y excitado, pero algo en él le dice que eso no es lo que amó. Tanta fue su obstinación que terminó destruyendo bajo su insistencia a la pura avecilla que lo atrapó. Lo ha seguido al tortuoso sendero de la depravación, cada caricia, cada murmullo, lasciva arpía que dejó una carta a los ángeles, negándoles un último vuelo a la luz.

~Siempre me recordarán que estoy herido y triste~

Efímeras noches de seducción y deseo carnal, la toma para él, reclama su ansiado trofeo. Pero algo no va bien, el rojo en su mirada le es tan indiferente, ajeno al cristalino azul que tanto le gustaba, su reflejo ya no se plasma en esa bella expresión. El sonrojo de sus mejillas y la cantarina voz, todo se ha perdido bajo el manto de su cama, ella lo mira desde el lecho de su desfogue, la hermosura de una diosa que se entrega a sus más oscuros placeres. Sonríe y se abalanza como un depredador una vez más, se aman una y otra vez, más algo en él ha muerto, sus besos voraces no son como aquellos con los que fantaseaba, ya no hay inocencia en su seño, esa victoria le sabe amarga.

~Lo siento, no puedo detener la hemorragia~

El daño está hecho. Un frío e inerte cuerpo descansa sobre su pecho, ambos buscan un inexistente calor en la presencia del otro, un confort que ninguno siente. Ella lo busca, reclama sus labios, él le corresponde, buscando en su interior aquel deseo que lo carcomía y que ahora se niega. La herida inicial de nuevo se abrió, saborean la pérdida del sentimiento que llegaron a compartir, aquel secreto que los unía, cuando él era solo un hombre acosando a una inocente mujer. ¿Cuándo empezó a morir su amor? ¿Acaso fue cuando él se sacrificó? ¿Cuándo ella al fin bebió del prohibido elixir que terminó su transformación?

~Estoy llorando y todo es por ti~

Basta una mirada al espejo para saber la verdad, fue él y su cansina obsesión, cada uno de esos pecaminosos deseos, la insistencia en sus frívolos anhelos. Fue él quien consumió la tenue luz que tanto amó, una simple sombra que se expandió, devorando todo, destruyendo los cimientos que mantenían la inocencia de su relación. Ahora ya no sabe que es real y que es una ilusión, ¿ellos se aman? Siempre creyó que serían felices, amándose por una eternidad, pero la belleza de las cosas radica en su perecibilidad. Ella ya no es ella, una burda imitación de la Seras que una vez deseó. La inocencia que emanaba de su ser era lo que le hacía vivir, añorar un encuentro, obsesionarlo con un simple beso. Entregó su sangre sin saber que destruiría al objeto de su ferviente amor.

~Daría la eternidad por verte una última vez~

Tanto tiempo atrapado en las sombras, indiferente a la pequeña silueta que yacía a sus espaldas. Presta atención a ese lamento, una niña llora, ajena a su tormento. La ve y su cuerpo se estremece, el azul en sus ojos es el mismo que adoraba, su cabello color del sol alborotado en su cara, con mejillas sonrosadas y mirada asustada. Su princesa estaba atrapada con él, consumidos por la corrupción del vampirismo, ahora todo es claro, hay esperanza para recuperar a la chica que amó, la verdadera mignonette. Dio su vida por su amor y lo haría una vez más, reza a un benevolente dios para que le permita admirarla una última vez, ese ángel que le evitó la condena al infierno, con su pureza e ingenuos deseos.

~Seguiré escribiendo a los ángeles para que estés a salvo hasta que nos encontremos~

Herido y triste, sabe que no hay paso atrás, la herida se ha abierto de nuevo y llora por ella. Él es oscuridad y su amada la luz en la que se quiere perder, no pueden existir ambos a la vez. Un último adiós, definitivo esta vez, hasta que ella termine su ciclo y se vuelvan a ver. Una última mirada al espejo para ver a través de esos ojos tan llenos de deseo, rojos como la sangre que hace tiempo emanó de su cuerpo. Le entregó su vida y ahora la reclama para él, su camino debe continuar. Una vorágine de emociones abruma a la draculina, tanto pesar en su pequeño amor. Ahora sabe que es real y que una ilusión, ha recordado quien era, la pura mujer que se enamoró de su superior. La hemorragia no puede detenerse, está llorando y todo es por él, esa despedida la aterra, grita su nombre con reclamo, pero la furia cede ante el miedo y la resignación. Un fugaz vistazo a su reflejo, el azul en sus orbes ha vuelto igual de intenso que antes. Su amado se sacrificó por ella en más de una ocasión, ella le quitó la vida y él a cambio le devolvió su humanidad, aquella que creyó pérdida. Llora por él, le agradece en silencio, besa su reflejo, como si él pudiese sentir una vez más su afecto. ¿Lo ha visto? Ella ha vuelto, no más ecos vacíos, Seras es  Seras, de nuevo la ingenua mujer atrapada por la condena de los no muertos. Quiere creer que en algún lado, su amado sonríe y agita su mano, esperando paciente el momento en que se reúnan de nuevo, esta vez sin maquillaje ni falsedades de por medio.

Song for JoleeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora