Capítulo 32. (Los amigos no se besan)

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Después de algunos minutos algo cómicos, en los que ninguno de los dos decía algo, solo nos sonreíamos y nos mirabamos, me invito a pasar.

- Ya es algo tarde. ¿no crees? -dijo.
- ¿Eh? ...¿A qué te refieres?
- A la hora. Son las 11:00.

Acaso quería que me fuera de su apartamento no entiendo nada. Olvidé que así era el, puede estarte sonriendo y al segundo te rompe el corazón.

- Si, tienes razón ya es algo tarde. Hmm. Solo quería decir.. ¡Gracias! Me gustó mucho el regalo.

Di la vuelta para marcharme, era obvio que no me quería ahí.

Escuché una risa. Su risa, irónica y divertida.

- Ya. Siéntate, ¿Ya cenaste?
- En realidad no. Oye no vine a cenar. Vine a.. - me interrumpió.
- A darme las gracias por el regalo, ya los has dicho.
- ¡No! Eres el tío más boluble, en la mañana me decías te amo y ahora eres cortante. ¿Tan rápido cambias de opinión? Claro lo olvidaba el día que dijiste que me amabas me dejaste, ¿Qué me puedo esperar verdad?

Se acercó a mí, lo suficientemente como para desear besarlo y tenerlo en mis brazos.

- Te quiero de verdad. -Dijo dulce y con sus ojos brillosos.
- ¿Entonces? Qué pasa. No estoy más con Anzel. Lo he dejado, es inútil intentar querer a alguien más. Todo mi amor lo tienes tú.

Me tomo de los cachetes. Estaba apunto de besarme, pero se detuvo. Era la segunda vez que hacía eso y comenzaba a dolerme. Antes nunca se hubiera detenido a besarme.

- ¿Ya no te gustó? Pregunté triste.
- ¿Qué? - soltó una risa finjida. Daniel eres el hombre de mis sueños, eres encantador, guapísimo, dulce, tus ojos, tu cabello, tu boca, tú cuerpo, todo en ti es perfecto. ¿Enserio crees que ya no me gustas?
- ¿Por que te alejas entonces?

Después de varios minutos contestó.

- Aún hay cosas que tengo que decirte, quiero hacer todo bien ahora contigo. Se que podemos hacerlo bien. No quiero arruinar lo, no quiero fallarte nunca más.- Dijo triste.
- ¡Hey! Mírame- le alce la mirada hacia mí. El simple hecho de estar juntos los dos, justo ahora. Es hacer las cosas bien.

Sonrió, el estaba sentado en el sillón sobre donde se colocan los brazos, y yo estaba parado junto a él.

Nos quedamos callados mirando nuestras bocas, hasta que roce sus labios. Y puedo jurar que sentí un mar de sentimientos en ese momento, nunca me imaginé anhelar algunos labios. Sus labios eran los más perfectos, cálidos y suaves.

No llevábamos ni cinco segundos, cuando el timbre nos interrumpió.

Leo me dijo, ¿Abres? Necesito cambiarme.
Vale, contesté.

Cuando abrí la puerta supe que la noche se había arruinado.

- ¿Qué demonios haces aquí?
- Yo pertenezco aquí.- Dijo José.

Me reí.

- Vete, no eres bienvenido.

Escuché pasos y la voz de Leo diciéndome

- Daniel, danos cinco minutos.
- ¿Qué?
- Ya oíste guapo. - Dijo José soltando una sonrisa victoriosa. Leo le miro mal.
- No me iré. -Dije.
- Daniel déjanos solos. - Dijo Leo mirándome serio.

Subí al cuarto molesto sin duda. Me senté sobre la cama, hace tanto no estaba ahí, recordé la nota, ese día, ese terrible día y ahora me encontraba ahí otra vez, sin saber que esperar de Leo. El abajo en la sala con su ex, ¿A qué jugaba? Lo cierto era, que esta vez estaba listo por si así fuera, que me dejara digo, cuando te han roto, sabes como romper. Si Leo y José tenían algo yo no me quedaría sentado. Gire mi vista hacia el pupitre y se encontraba el celular de Leo, gracioso tenia mensajes de José.

- ¿A qué hora llegas?
- Ya voy para allá, llegó en 15 minutos
- Dale, te espero.

Reí en falso para mí. Fue tonto de mi parte creer que esta vez funcionaría.

Luego llegó otro mensaje.. sin registro alguno.

- Leo. Mejor que te apures. Tienes dos días, sino quieres que todo se haga de la peor manera.

¿Qué rayos? no entendía nada. Baje y le arroje su celular a Leo. Y me diriji hacia la puerta.

- No. Dan no te vayas.
- ¡Estás mintiendo me! ¿Por qué clase de tonto me tomas?

Y por primera vez José no interrumpió y dijo: yo los dejo solos. Y se fue.

- Qué estoy harto Leo. Que si solo regresaste a hacer lo que dices que te obliga tu padre. Mejor que lo digas.
- No, dan..
- ¿Solo eso me dirás? A José le dices todo. Que no soy tonto que entre tú y José hay algo. Además el chico de tu foto y los mensajes, que me es imposible confiar en ti. ¿Qué tienes que hacer en dos días? ¿El fraude? ¿José es tu cómplice y de paso amante? - Reí sin mostrar los dientes. - Se a cabo Leo.

Y salí. 5 segundos después sus brazos me detenian, no me resistí.

- La única forma en la que pude volver fue diciéndole a mi padre que lo haría. José me está ayudando a tenderle una trampa. José y yo no tenemos nada, solo es así de fastidioso cuando no conoce a alguien, losé debí contártelo. El chico de mi foto, es tu cuñado, río. Y los mensajes creo que se explican por si solos.

Quedé con cara de bobo por varios segundos. Todo lo dijo tan tranquilo y sincero o yo estaba realmente embobado por él, o simple, las dos cosas.

- Que tienes que confiar en mí. Que yo confío en ti un mil por ciento. Que ni tú ni nadie de tu familia saldrá herido. Siempre te protegeré de quién sea incluso si es de mi. Solo dame dos días y todo acabará. Estaremos juntos y haremos las cosas como debimos hacerlas, bien.. con cena en familia hablo de la tuya claro. Bueno, podemos quedar un día con mi hermano y a mi mamá sería increíble ¿Verdad?

Nunca lo había escuchado así, tan emocionado. Le creía y anhelaba un futuro con él.

- ¿Por que no puedo ayudar? Le diré a papá que me quedaré con Evan y me voy contigo.
- No, no, no. No te voy a exponer.

Miro su celular.

Lo siento Dan, te llevaré a casa ya son las 12:30.

- ¿Qué has dicho? - Mi cara se arrugó de lo desconcertado que estaba.
- De hoy en adelante haremos las cosas bien. -Me miro serio y quizá demasiado enamorado.

Cuando llegamos a casa nos bajamos del autoquedando recargados en el.

- ¿Seguro que ya no hay nada más que decir? - Dije algo intranquilo.
- Si hay algo, aún..

Junte las cejas, que más podría haber detrás..

- Que.. Te Amo. -Su mirada fija en mis ojos, los suyos hermosos sus pecas apenas se notaban y sus ojos brillaban a pesar de lo oscura que estaba la calle.
- Que yo también. Le sonreí.
- ¿Qué tú también que? - Me reto con la mirada y más se acercó.
- También te quiero.
- Uhhhh. - Fingió que se le había roto el corazón e hizo un puchero bastante gracioso.
- Te amo. - Dije y era una palabra corta.

El suspiro y sonrió mostrándome los dientes.

- Me doy por servido, te veo en dos días dan..

Se acercó para besarme cuando me quite.

- Alzó las cejas. ¿Qué es lo que haces?
- Haremos las cosas bien. ¿No es así? Los amigos no se besan.
- jajajaja ¿Qué? Pero si ya nos besamos hoy.
- Buenas noches amor, te veo en dos días. Dije mientras me alejaba.

Subió a su coche, y me regaló una gran sonrisa.



Mejor Juntos [COMPLETA] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora