Capítulo 7

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Val's POV:

Acabo de cerrarle la puerta en las narices a mi mejor amiga.
Madre mía, voy a volverme loca, me va a matar

-Ey-me giré hacia la voz- em, Val ¿te encuentras bien? ¿Esa es María?

Bufé sonoramente

-Sí, esa es María, y no, no estoy bien-me senté en mi cama con delicadeza- si tan solo le hubiera dicho algo sobre nosotros-me tiré del pelo- No pasaría esto

-Relájate-se sentó a mi lado y me abrazó-Todo va a salir bien

-Esque tu no lo entiendes, se va a enfadar conmigo, y no quiero, ¡es mi mejor amiga, Edu!

-Cálmate Val ¿quieres que hable yo con ella?

-¡Ni se te ocurra!- chille y me separé de su abrazo- ¿tu ahora de que te ríes?

-De que eres tremendamente adorable cuando te desesperas

-Para por favor, que me va a dar diabetes o algo- dije con una sonrisa. Él se acercó considerablemente a mi

-¿No te gusta?- preguntó con el ceño fruncido mientras me agarraba de la cintura

-No

-Tus mejillas no dicen lo mismo

-Mierda- me tapé con rapidez las mejillas comprobando que estaban calientes, a lo que él volvió a reír

-Vuelvo a repetir que eres tremendamente adorable- sonrió muy cerca de mí

Estábamos en un momento mágico, los dos teníamos esa sonrisa de idiotas enamorados en el rostro,nos mirábamos a los ojos fijamente y, sólo un suspiro nos separaba de rozar nuestros labios, y me sentí llena, feliz.
Tambien sentía algo en el estómago, no se si son las mariposas, que tengo hambre o son nervios por que iba a besar a Edu, mi amor de la infancia; es decir, le había besado un par de veces antes, pero solo él sabía besarme como si fuera la primera vez.

Su mirada cayó en mis labios, mi mirada cayó en sus labios. Se acercó un poco más a mí y...

Su teléfono sonó anunciando una nueva llamada.

Suspiré frustrada y nos separamos

¿Esque nada me va ha salir bien hoy?
Edu descolgó el teléfono

-Natalia- dijo con sorpresa en su voz

Y ahí fue cuando mi momento mágico se desvaneció completamente. Natalia, la chica que estaba loca por Edu.

-Si, me parece bien-dijo- ¿el martes a las 7?-silencio- genial, adiós Nat

Me crucé de brazos

-¿Natalia?-dije fría

El me observó

-¿Estás celosa?-preguntó divertido

-No me respondas con otra pregunta, Edu

-Es solo una amiga, Val, no te pongas así- me dijo con cariño

-¿Y para que vais a quedar el martes?- estaba a punto de reventar de ira

-Soy su tutor de física, la madre de Alberto me lo pidió el otro día- y con esto mi ira se disipó completamente

-Entonces...¿No te gusta Natalia?-soltó una sonora carcajada mientras se acercaba a mí

-¿En serio?¿Natalia? ¿por quién me tomas?

-Yo... No lo sé- dije rendida- supongo que lo siento

-¿por qué?- preguntó mientras nos poníamos a la misma distancia de antes

-Por ¿los celos?-dije no muy segura

-Te perdono- sonrió, y con esto, Edu unió nuestros labios finalmente

Maria's POV:

Fui hasta mi casa, que no quedaba muy lejos de la de Val, y cogí mis adorados patines. Saqué un casco de mi armario y me lo puse, y al rato, ya estaba dejándome llevar por las calles de mi vecindario. El clima acompañaba a mi situación sentimental, tormentosa, pero eso no me impidió seguir dándole vueltas al tema mientras entraba a una especie de parque con un precioso estanque y una cancha de baloncesto en su interior. Esto me relajaria

¿Estará ella enfadada conmigo?¿Habré hecho algo inconscientemete?¿Me debería enfadar yo con ella?¿Que hago?¿Le pregunto directamente?No, eso no seria buena idea ¿o si?¿Se enfadará más?¿Y si no esta enfadada? Definitivamente eso sería de lo mejor, pero si es asi, que lo dudo, ¿como empiezo la conversación con ell...

-¡Aaaaaaaaaaaah! -Si, esa era yo gritando, y si, me he caído al estanque y ahora que me acuerdo, no, no se nadar- ¡AYUDA!-Grité con todas mis fuerzas- ¡NO SE NADAR!- continué mientras la gente se paraba a mirarme.

Unos reían, otros me grababan, genial, otra vez en YouTube, otros me veían con preocupación, los de la cancha de baloncesto me imitaban y a los demás, simplemente, les daba igual

Ahora que me fijo, el que me esta haciendo burla me es familiar, ese no es...Alberto

Sorprendida y sintiendo que el corazón se me hacía trizas seguí chapoteando con lágrimas en las mejillas hasta que por fin sentí un brazo que me alzaba al exterior.
Después de unos minutos de angustia, pude ver la cara de mi salvador, y este era nada más y nada menos que Tomás Gómez

Hey, Blonde!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora