🪶PARTE I: Historias🪶

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CAPÍTULO 1: Él regresó del príncipe hada

El sonido de la música inundaba el gran salón del palacio, y por primera vez, después de tantos siglos, los reinos se habían unido de nuevo, para conformar solo uno. Los seres sonreían, bromeaban, como si las preocupaciones se evaporaran de su cuerpo, olvidando que se encontraban en medio de una guerra.

A excepción de un ser, el cual contemplaba todo con interés, en especial los líderes de los reinos, analizando sus comportamientos, en busca de traidores. Ese era el verdadero objetivo de organizar esta fiesta, que anunciaba su regreso.

—¿Qué se siente ser el único linaje real aquí? —pregunto la naturaleza.

—Recuerdo bien no haberte enviado una invitación —murmuro como repuesta. Por lo que el joven curvo sus labios en una sonrisa.

Matis no era idiota, podía percibir la presencia de otro ser real, quizá no era puro, pero por sus venas seguía portado la sangre real. Cuando ubico de quien venía la energía, la miro con interés.

—Parece que la has encontrado —dijo la naturaleza, al seguir la mirada de Matis, la cual estaba sobre la última descendiente de la realeza de los lux animae.

—¿Qué quieres?, no encuentro otra razón para que estés aquí.

—Tus palabras suenan tan llenas de fastidio que en serio me duele, pensé que eramos amigos.

Matis le volteo a ver.

—Mi hija está en riesgo por tu culpa.

—No, quien tuvo la culpa está allá riba —señala al techo, refiriéndose a la imagen de los arcángeles entre las nubes.

—Piensas que sigo siendo aquel ingenuo chico que te creía inocente a todo acto o decisión que tomaban —expone.

—Sé que no eres el mismo niño, has dejado de ser torpe y convertido en despiadado, pero créeme cuando te digo que nunca fue mi intención poner a Calix en riesgo, intente mantenerla con vida, a salvo, pero ambos teníamos planes para ella, la diferencia es que ellos la querían muerta y yo viva —confiesa.

—¿Por qué?, ¿Por qué tiene tanto interés en mi hija?, es solo la princesa hada, porque le han arruinado la vida que tenía, no es justo para...

—La vida no es justa alteza, y usted más que nadie lo sabe, pero Calix no solo es la princesa, es la reencarnación de Azul, una reencarnación que no fue decisión celestial. Azul rompió muchas reglas durante su vida, y su peor error fue reencarnar. Porque en los planes de mi padre no estaba predicho.

—Puedo preguntarte el porqué de tus palabras, pero que no me lo dirás, pero te dejaré algo claro —gira su cuerpo para quedar frente a frente—. Ella es mi hija, no la veo como Azul, tampoco como tu elegida para cuidar de este mundo cuando tú regreses al paraíso, por lo tanto, si ella muere en esta estúpida guerra entre tú, los arcángeles y mundo oscuro, te juro que desataré el infierno sobre cada uno de ustedes, y tú más que nadie sabe que puedo.

—¿Me estás amenazando? —pregunto divertido.

—Por supuesto —aseguro, y la sonrisa burlona de la naturaleza se borró.

—Eso no sucederá, te lo prometo, y aunque ahora me deteste, te sigo guardando cariño y respeto por los viejos tiempos. Pero tengo mis motivos para ocultarte cosas y actuar de manera extraña, llevando a cabo planes que parecen suicidad, pero créeme cuando te digo que no permitiré que tu hija salga lastimada, no al menos si está en mis manos evitarlo. Buenas noches, príncipe hada, me retiro —le hace una reverencia, para seguido marcharse.

Matis lo ve salir por la gran puerta de madera.

—¿Todo bien? —pregunta Rubí, acercándose a él.

Al ver que no le responde ni mira, toma su mano. Él la voltea a ver, por lo que dedica una sonrisa.

—Estaremos bien, la encontraremos —murmuro, por lo que él asintió—. Vamos, los líderes te quieren saludar —tira de su brazo y guía al pequeño grupo.

🪶🪶🪶

La pequeña Luz corrió por los pasillos, sin temer de caer ante lo largo de su vestido, mientras su corazón golpeaba con fuerza su corazón. Cuando logro alcanzarlo, lo sujeto del brazo, por lo que él se detuvo y la miro.

—Ella volverá ¿verdad? —le preguntó.

La naturaleza le miro, sin entender.

—Mintió, le mintió el príncipe hada —murmuro —Calix, mi mami... —antes de que pudiera terminar, rompió en llanto—. No quiero estar sola —sollozo.

La mirada de la naturaleza viajo por el pasillo, sin saber qué hacer, para seguido inclinarse, para ponerse a su altura.

—Oye, no llores —dijo, pero la niña no dejo de llorar—. Les los pensamientos, ¿verdad?, eres capaz de atravesar incluso los escudos —Luz asintió —. Entonces, escucha mis pensamientos.

—Tienes miedo —murmuro, sin dejar de llorar.

—Sí, porque no sé qué pasara, porque como has visto, los planes se escaparon de mis manos, pero recuperaré el control, haré que Calix vuelva contigo, ¿bien? —sostiene su pequeño rostro entre sus manos, limpiando las lágrimas con sus pulgares—. Por ello prométeme que no le dirás a nadie lo que has escuchado en mis pensamientos, este debe ser un secreto entre tú y yo, hasta que llegue el momento en que el resto se entere —él se aparta un poco y enseña su meñique —. ¿Promesa de meñique?

Luz contempla su mano, con duda, pero al ver lo sincero que era, estiro su mano y entrelazo su meñique con él.

—Lo prometo —limpiando su rostro.

Ambos dirigieron la mirada hacia el fondo del pasillo.

—Parece que te buscan, es hora de que regreses —ella asintió, y avanzo de regreso.

La naturaleza se puso de pie y soltando un suspiro la vio alejarse. Esto se estaba complicando más de lo debido. Él realmente era astuto, había creado a los títeres perfectos, y engañado a Miguel, quien, en vez de ser otro bloque en su camino, termino siendo la escalera para ayudarlo a cruzar la barrera que había creado. Pero si no pensaba salir de las sombras, lo obligaría hacerlo, y conocía perfectamente, como o mejor dicho, quien podía hacerlo salir. 

GRACIAS POR LEERME

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Mi Secreto: Entre Luz y Tinieblas. (Libro III) ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora