Capítulo 1

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Era sábado por la mañana, mi madre entró a mi habitación sin la intención de tocar.
Este fin de semana terminaría mi gran período vacacional, digamos que durante éstas vacaciones no había hecho muchas cosas; además de que hace unas cuantas semanas había sucedido la muerte de mi padre, yo no quería entrar al colegio, pero no es mi decisión, era mi madre la que lo hacía.

-Despierta Maddie, estas ya no son horas de dormir- me dijo con voz molesta.

-Pero si hoy es sábado- le respondí aún dormida.

-Tienes que hacer muchas cosas el día de hoy, así que tienes que levantarte ya y comenzar, y mañana será lo mismo; así que levántate y date un baño porque vamos a ir a desayunar a casa de los abuelos-.

-Si mamá- dije y rodé los ojos sin que ella me viera.

Me levante de mi cama y me dirigí al baño, algunos minutos sólo los pase debajo del agua pensando en lo que era mi vida. Al salir me vestí lo más sencillo posible e inmediatamente bajé a la cocina para ir directo a casa de los abuelos.

En el camino, decidí usar audífonos y escuchar música, a mi madre no le importaba, ya que ella tenía sus "preocupaciones". Hicimos unos cuarenta minutos, la casa de los abuelos no estaba muy cerca ni muy lejos de la nuestra. Al llegar automáticamente mi abuela me recibió con un gran abrazo, ella era la única que se preocupaba acerca de mi estado y la que realmente se daba cuenta como me sentía.

-Hola abue- le dije con una sonrisa.

-Maddie ¿cómo has estado?- dijo tocando mis mejillas suavemente.

-Bien abuela- vuelvo a sonreír.

-Sólo está vez te creeré Mad- si, las personas más cercanas a mí la mayoría de las veces me llamaban así, era mi único apodo. Después de saludar a la abuela, el abuelo me regalo una sonrisa y un corto abrazo.

-Hola abuelo-.

-Hola panquecito- río al decir el apodo, antes adoraba que me llamara de esa forma, pero al crecer le dije que parara de hacerlo; hasta la fecha lo sigue haciendo.

-Ya te dije que no me llames así- reí.

Mi madre y yo entramos a la casa y la abuela nos dijo que el desayuno estaba listo, pasamos al comedor, comenzamos a desayunar y los abuelos estuvieron cuestionando a mi madre acerca de sus actividades últimamente. Durante todo el desayuno me quede callada, sin hacer ningún tipo de comentario.

Un par de horas después mi madre decidió marcharnos, recién me avisaba que tenía un par de cosas por hacer en su trabajo; me pasó a dejar a la casa y ella se fue hacia su oficina.

Estuve algunas horas acomodando mi habitación, mi madre aún no llegaba, lo que a mí no se me hacía nada raro. Después de la muerte de mi padre, ella se volvió una persona fría, no era la misma madre que me crió todos estos años, sé que a ella le afectó igualmente que a mí lo de mi padre; pero ya ni siquiera cuento con su apoyo, pienso que ahora que mi padre no está, deberíamos ser muchísimo más unidas, pero es lo contrario, todo mi alrededor hace lo contrario.

Tomé un descanso, mi habitación era un desastre. Había decidido que el día de mañana acomodaría todas mis cosas para el regreso al colegio. Hoy tenía planeado escribirle a Lucy, mi mejor amiga; para platicar un rato y quedar de acuerdo que pasaría el lunes en el colegio, esperaba que me respondiera.

¡Lucyyyyy! ¿Tienes planeado hacer algo hoy? M.

¡Hola Mad!, tengo algunas cosas que hacer. Pero tengo toda la tarde libre. ¿Nos vemos?.

Sii, ¿vienes a mi casa por la tarde?. Creo que mi mamá no estará. :)

Si Mad, nos vemos por la tarde.

Después de recibir el último mensaje de Lucy, me limité a ver mi serie favorita. Tendría que llamarle a mi madre para saber si vendría a comer o tendría que comer yo, sola, lo que encontrara en la cocina. Unos minutos después me llego un mensaje de ella.

Maddie, por favor toma algo de la cocina o ve a comprar algo para que comas; llegaré por la noche.
Mamá.

Ok, ya veré qué hacer. Gracias por avisar.

Baje a la cocina y me puse a buscar algo de comer. Una hora después ya había terminado de comer y de arreglar la cocina.

Subí a mi habitación e inmediatamente entró una llamada a mi celular, era de Lucy.

-Hola Lu- le dije feliz.

-Mad, voy llegando a tu casa. Ábreme ya por favor- río.

-Ya voy, espera. Ahorita nos vemos- le dije comenzando a bajar las escaleras y cortando la llamada.

Abrí la puerta y unos segundos después Lucy ya estaba apachurrándome con sus brazos y sonriendo.

-¿Cómo estas Mad?¿Lista para el lunes?- río emocionada, mientras yo cerraba la puerta de entrada.

-Bien. ¿Qué tal tu Lu?. Pues creo que estoy lista- sonreí, intentando creer en mi respuesta.

-Bien, tenemos que arreglar la ropa que usaras- me tomó de la mano y tiró de ella hasta llegar a mi habitación.

-Pero Lu, yo no quiero...- me interrumpió.

-Nada de que no quieres Mad, volverás a ser la mismísima Maddie Adams -Yo jamás volvería a ser la misma Maddie de antes.

-Está bien, sólo te dejaré hacerlo porque soy buena amiga- rodé los ojos y ella río levemente.

-Vamos Mad, será un gran cambio para ti. Y no será para mal, al contrario- elevó sus comisuras mostrándome una de sus mejores sonrisas.

-Está bien Lu, sólo esta vez te dejaré hacerlo-.

Unas horas después de platicar, que Lucy escogiera mi outfit para el lunes, y ponernos de acuerdo para estar listas para el regreso a clases; ella se marchó dejándome sola en casa. Mi madre aún no llegaba, y suponía que no llegaría pronto, así que decidí ir a mi habitación, leer un poco y después intentar dormir. Aunque después de muchos intentos, no lograba hacerlo, era imposible no pensar en mi padre, pero me había prometido no hacerme daño por lo mismo; al no lograrlo, tendría que encontrar una forma para hacerlo.

Al final del día, caí en un profundo sueño, intentando no pensar en el asco que se había convertido mi vida.

Broken Hearts- A.I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora