Capítulo 57

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- Buenos días dormilón.

- Déjame dormir.

Reí y le fui quitando el pelo despeinado que tenía en su cara. Él bufó y se dio la vuelta, volvía reír y le hice dar la vuelta, a continuación, le besé, despertándolo.

- ¿Y eso?

- Para que te despiertes.

Sonreí y tiré de su brazo intentando levantarlo de la cama. Al ser más fuerte, tiró de mí y caí encima de él en la cama. Sonrió victorioso y se hizo el dormido, empecé a reír y a intentar escapar de su agarre. Cuando hice más fuerza, me soltó y caí al suelo, él se asomó rápidamente viendo mi cara de pocos amigos.

Me levanté indignada con rapidez y me marché dando pisadas sonoras hasta la cocina. Desayuné escuchando como decía mi nombre y cuando iba a salir de la cocina choqué con su pecho al descubierto, por un momento creía que estaba en el cielo al verle tan cerca de mí.

- Perdona, no quise...

- Tenés entrenamiento, corréte de mi camino.

- Dale, no seas así yo no quise hacerlo.

- Sólo diré una cosa.- puse mi dedo en su pecho, él lo miró y después a mí de nuevo, sonriendo.- Andate a la mierda, Dybala.

Me escapé de él antes de que fuera a darme el beso y subí al piso de arriba, encerrándome en el cuarto para que no me pillara. Me vestí mientras aguantaba la puerta sabiendo que estaba en el otro lado esperando y cuando ya me cambié salí.

Escapé, sin saber muy bien cómo y bajé al piso de abajo, él no tuvo más remedio que vestirse para entrenar. Llamé a Joana y quedé con ella y unas amigas suyas, después salí de la casa sin decir nada, para que se molestara.

Llegué a donde ellas estaban y fui conociendo a cada una de ellas mientras paseábamos por las calles de Turín sin rumbo fijo, tan solo con la función de divertirse. Mañana volvería a Cataluña, volvería a ver a Lleò y no a Bianca, que ahora estaba viajando a Argentina y me volvía a entristecer pensar en lo que está pasando y pasará sin poder decírselo a mi hermano, por el dolor que eso acarrearía para los dos. Aunque todos sabemos que en cuanto le vea se lo contará.

- ¿En qué piensas?

- ¿Qué? En nada.

- ¿Qué tal con Paulo?

- Bien, todo va bien.- sonreí.- Es como un niño pequeño.

- Alves igual, siempre tienes que regañarle y aún así no para.

- ¿De dónde sacará esa energía?

- Son brasileños, así cualquiera.- reí.- ¿Tú eras de Argentina o de España?

- España, pero me crié en Argentina.

- Y conociste a Paulo.- la miré, ¿Cómo lo supo?- Dani Alves me contó, a él se lo dijo Higuain y a Higuian se lo dijo Paulo.

- Panda de cotillas.- reímos.- Sí, lo conocí cuando aún jugaba en el Palermo, tenía el pelo un poco más largo, eran sus principios en Italia.

- Pues vaya camino se ha hecho.

- Bueno, Dani Alves estuvo en el Barça, le gana en equipos con tan solo uno.

- La Juve es buena.

- Aunque no tanto como el Madrid.

Reímos y seguimos hablando de fútbol bajo las críticas de las demás, que decían que no éramos nuestros novios. Al final acabamos de hablar de fútbol y poco después, Alves llamó a Joana para que fuera al entrenamiento y decidió llevarnos a todas, de nuevo vería a Paulo que supongo que estará enfadado por como lo he abandonado.

Clarity (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora