Capítulo 7 (PARTE 2)

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Llegué a la casa de los White girándome de nuevo por si Eric estaba cerca de mí, pero no, ni rastro de mi mejor amigo imaginario

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Llegué a la casa de los White girándome de nuevo por si Eric estaba cerca de mí, pero no, ni rastro de mi mejor amigo imaginario. Luke estaba con el móvil y Brid estaba sentada en el bordillo de la entrada al jardín. Cuando estaba a pocos metros de ellos, ambos levantaron la cabeza y pusieron toda la atención en mí. Brid estaba sonriendo y él me dio una media sonrisa.

  — ¿Qué hacías por ahí sola, Mía? ¿No te da miedo? — rió Brid mientras se levantaba.

  — ¿Qué pasa? — pregunté de buenas. Luke miró a Brid y ella habló.

  — Tu madre te está buscando como loca. Y tu primo quería sacarte a bailar, pero ¡me cogió a mí! ¿No es fantástico? — reí mientras le saludé con dos besos.

 Nos adentramos a la casa de mi prima... Aún se me hacía raro llamarla de esa forma. Mamá se acercó rápidamente dándome una mala mirada por desaparecer así de repente y sin avisar. Aseguré estar sana y salva y que afuera no había ningún oso de tres metros con hambre. Papá se rió de mi comportamiento sarcástico y me besó la frente. Apestaba a alcohol y quise vomitar en sus zapatos. 

Mis padres me hicieron saludar a todo miembro de familia y no familia presentes en la boda. Tuve que contener mi risa cuando papá me presentó a Elisabeth como si no la conociera.

  — Ha bebido un poco.  — le aseguré riéndome. Elisabeth hizo una mueca de incredulidad.

  — ¿Hablas en serio? — exageró su forma de hablar y estallé a carcajadas cuando mi padre se posicionó en frente nuestra negando con la cabeza.

  — Chicas, no hablen así de mi marido. Él solo...  — mamá miró a papá en busca de sacarle algo bueno, pero de repente, se fue en busca de nueva compañía.— ¡Theresa!

Elisabeth y yo nos reímos y me fijé en un chico apuesto, alto y guapo vestido de novio.

— ¡Félix!— lo llamé cuando lo vi buscando a alguien con la mirada. Él me sonrió y se acercó corriendo a mí. Me abrazó. Y le dio un beso a su novia.

  — Gracias por todo, renacuaja.

Sonreí y me sacó a bailar. Reí cuando hizo un paso de robot. Desde luego que si nos apuntábamos a un concurso de talentos nos echarían por abuso.

 — ¿Me permites?— preguntó una voz detrás de mí. De repente pusieron una canción lenta, como si estuviese todo planeado. Félix me sonrió pero le dio una mirada a mi amigo que decía: Te estoy vigilando, como te pases, te mato.

Cogí la mano de Luke y me acercó a su cuerpo. A pesar de que él sí existía, no se sentía tan real como Eric. 

  — ¿Te pasa algo conmigo? — pregunté, aunque sonó más como una afirmación.

Él negó con la cabeza y me sostuvo de la cintura.

  — Esta noche estás preciosa, Mía.  — Creéme me lo dicen mucho. Quise decirle, pero por no sonar creída, no lo hice. Él también estaba bastante guapo, vestía un traje de chaqueta y su pelo estaba igual de revuelto que siempre, dándole un toque muuuuuy natural. A diferencia de todos los de esta fiesta. Estaban sobre todo preocupados por su aspecto para que fuera más fácil ligar con las mujeres. Imbéciles.— Después, ¿podrías acompañarme al jardín?

Mi amigo imaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora