La web de remates me persigue

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Sí, me separé y a pesar de todo lo que dicen, que para nuestra generación no hay cosas permanentes, que cuando algo no funciona damos media vuelta, lo sentí como un fracaso y había empezado con las señales de la depresión, de que nada tenía sentido, pero esos son lujos de gente que tiene la comida asegurada y un lugar para dormir. No lo digo yo, lo dijo un tal Maslow en su piramide de las necesidades humanas y no es por hacer un name dropping, viene realmente al caso. Yo no soy un gran lector. De ese tipo de material al menos, pero eran las cinco y media de la tarde, me iba del departamento de mi ex con una valija que se suponía me iba a acompañar a mis viajes de laburo por el exterior y ahora la estaba usando para quedar en la calle, así que me acordé de Maslow y pensé "no puedo sentirme así ahora, necesito un lugar" Una pareja de amigos me bancó la primera semana, pero tenían una nena chiquita y mi presencia había empezado a molestar, no me lo dijeron, pero me di cuenta solo, así que me fui al hotel que queda en frente al Shopping Abasto y publiqué mi notebook, una Lenovo X1 Carbon muy grosa por la web más conocida de remates, que ya en ese momento no admitía remates. Se vendió rápido, al primer día y la entregué en mi nueva oficina: el patio de comidas del shopping. El tipo era más grande que yo, tenía anteojitos, trajo el documento, me dio la mano, me calificó en el lugar desde el teléfono y lo vi desaparecer por la escalera mecánica. Después esperé y esperé, consultando la web con una vieja netbook Acer, pero la plata no se acreditaba y al fin me informaron que no me iban a pagar, que todo había sido un error, un fraude. Pensé que todo se iba a aclarar, que los llamaba por teléfono y que me iban a dar mi plata, pero no: a pesar de ser una mega super empresa - o era lo que pensaba yo hasta ese momento -, no publicaban ningún teléfono para comunicarse, ni siquiera un formulario, solo ofrecían pantallas y más pantallas con preguntas frecuentes. El comprador obviamente desapareció y yo me quedé con la cuenta del hotel a pagar, sin plata, sin casa y mientras me miraba al espejo del baño hice una promesa. Que ya no me iba a dejar pasar por arriba. Que esa plata la iba a cobrar y fue un momento de esos, un momento bisagra, donde todo está por cambiar. Donde me convertí en alguna otra persona. En alguien que durante los próximos meses iba a ser amenazado, perseguido y golpeado. Pero también en alguien que despertó. Despertó de ese sueño de tranquilidad que tiene la mayoría de la gente. Gente que confía en ir a votar, en la honestidad de las empresas y los gobiernos. Hoy estoy en la clandestinidad y tengo algo para decir. Algo para contarte. Algo que conozco de primera mano. Y estoy seguro de que vos tenés tu cuenta en la web de remates, que ya no remata casi nada. Salvo que te pongas en el medio y ahí sí... vas a conocer lo que puede pasar. 

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2019 ⏰

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El Mercado del Mal (MercadoLibre Argentina fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora