Capítulo XXI [Mamá]

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POV Luna.

— Bien, ¿Qué quieres? — me crucé de brazos.

Matteo ya se había ido y ahora tenía que enfrentar a Sharon.

— ¿Esa es manera de dirigirte a mi? — cuestionó y bufé.

— Tienes razón. — sonreí. — ¿Qué mierda quieres, maldita vieja mal cogida? — apretó la mandíbula.

— Si no te doy tú merecido es porque me interesa más hablar ahora. — mencionó entre dientes, estaba molesta.

— Habla ya y corta el suspenso.

— Veo que por fin te dignaste a aceptar mi regalo. — sonrío refiriéndose a que había usado el auto.

— No, las llaves están arriba si quieres las bajo y te doy esa cosa. — propuse.

— No hace falta, solo necesito que...— antes de que pudiera completar la oración la puerta se abrió de golpe.

Una mujer de creo yo, treinta, morocha, esbelta figuró en el marco de la puerta. Tenía tacones pero se veía que era alta y dude en quién era, amiga de Sharon no creo, la vieja tienen como cincuenta y ella es demasiado joven.

— ¿Qué haces aquí? — apretó la mandíbula Sharon.

— Vengo a reclamar lo que es mío, mamá.

Mi boca se cayó al piso, ¿Sharon tenía una hija? Pobre chica.

— Luna vete de la casa. — ordenó Sharon y yo reí.

— ¿Qué? Estas loca.

— Son las tres de la tarde, regresas a la noche, adiós. — me corrió.

— ¿Luna? — los ojos de la chica se llenaron de lágrimas. — ¿Ella es Luna? — quiso acercarse pero Sharon se impuso.

— No te atrevas. — gruño Sharon.

— Luna, ¿me recuerdas? — al parecer la chica ignoró por completo a Sharon — ¡Soy yo, soy...!

— ¡Cállate! — gritó Sharon. — Luna vete.

No quería irme, esa chica ó señora, no sé qué decir, se me hacia muy conocida...

— No me volverás apartar de ella. — escupió con odio.

Trató de acercarse pero una vez Sharon se impuso y la empujo lejos de mi, casi pierde la estabilidad de no ser porque reaccionó y supo como mantenerse equilibrada.

— ¡Rey! — grito Sharon y este apareció a mi lado. — Saca a Luna de la mansión. — Sharon seguía dando órdenes pero en ningún momento apartó la vista de la chica.

Parecían dos fieras al asecho a punto de atacarse.

— Veo que Rey te sigue lamiendo las medias como hace diez años, ¿todavía se comen en secreto ó ya formalizaron? — sonrío maliciosamente la desconocida.

No sé quién sea pero me agrada, además ya confirmó Sharey, mi shipp fav.

— ¡Rey haz lo que te digo! — ordenó. — ¡YA!

— ¡No! ¡Ahora mismo me van a explicar quién es ella y que pasa! — grité cuando Rey trato de sacarme.

— Es igual que mamá. — sonrío orgullosa la chica.

Mamá.

Mamá.

Mamá.

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