Trabajando con los hermanos 2

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Cuando desperté, mi cara se sentía renovada, busqué por la casa a Lola, pero no estaba en ningún lado. Me vi en un espejo y pensé que sería mejor hacerme un corte de pelo para mi cita. Salí a una peluquería, busqué una por mucho tiempo, ya que nunca iba a arreglarme el pelo. También compré un traje nuevo, me hacía mucha falta.

¿Cómo una mujer como ella podía salir con un mecánico como yo? Son los misterios que la ciencia aún no puede responder.

No sabía si llamarla para confirmar la cita, o esperar a mañana en la mañana, aunque probablemente estaba en el jardín de niños. No podía ir porque tenía examen en la tarde en la universidad, y en la mañana siguiente tenía examen en la primera hora.

Me quedé viendo al papelito por mucho tiempo, pensando en si estaba listo para volver a amar. Escuché música para despejarme, pero todas las letras se referían a amar, por alguna razón no cambié ninguna canción.

Lola volvió y se sentó en el sofá, había salido por demasiado tiempo sin avisarme, tal vez ya era demasiado grande para pedir permiso para algunas cosas.

─ ¿Te sientes mejor? ─me preguntó dejando las compras en la mesa, sacó unas galletas de la bolsa del supermercado y me las dio, ella se quedó con otro paquete.

─Sí, gracias. ─contesté mientras ella se sentaba a mi lado del sofá. Empezamos a comer dejando que la música nos hiciera compañía.

─ ¿Ya le llamaste? ─me preguntó tomando el papel de mis manos. Negué con la cabeza y reviró los ojos. En eso, pasó una canción que nos gustaba mucho a ambos, empecé moviendo mi cabeza al ritmo de la música y ella mascaba al ritmo de la voz.

Comencé a simular que yo tocaba una batería, ella fue por la escoba de la cocina y lo usó como micrófono. ─Así no se hace. ─le regañé mientras tomaba el control de la televisión y empecé a simular que cantaba más sensualmente que ella, ya que la cantante era una mujer.

Papá entró en ese momento, y ambos tiramos las cosas lejos para que no sospechara, apagué la música y él sólo rio.

─Es bueno saber que se llevan bien a pesar de todo. ─dijo calmado, y ayudó a Lola a desempacar las cosas de la mesa. Me sentía tan bien en ese momento que decidí llamarle a Judy.

─ ¿Aló? ─contestó y un escalofrío corrió por mi cuerpo.

─Hola, soy Charlie, el del jardín de niños y la mecánica. ─hablé nervioso, Lola corrió en mi ayuda con un marcador y una libreta, escribía todo lo que decía para que no lo echara a perder.

─0h, no reconocí tu voz. ¡Hola! ─saludó, su voz se oía un poco distorsionada también.

─Estaba pensando que... ─acerqué más la libreta de Lola, su caligrafía era horrible cuando escribía rápido. ─Podríamos hacer algo diferente que ir a cenar.

─Sí, a veces es muy monótono que te inviten a hacer la misma cosa siempre.

─ ¡Bien! Podemos ir a dónde tú quieras, sino te decides yo ya tenía preparadas algunas ideas. ─leí nervioso, mi mano temblaba, no podía saber qué expresión ponía ella, ¿estaría disgustada? ¿Pensaría que estoy desesperado? ¿Qué tal si no le gustan las ideas que le propone Lola?

Lola escribió: Parque Acuático, Aguas termales y playa.

Alcé mi cabeza para hacer un gesto de duda.

─Dime qué tienes preparado. ─habló Judy. Lola escribió: "porque no puede usar maquillaje".

Aparté el celular de mi oído y le dije: "Eres diabólica". ─Si mis ideas no te gustan, puedes escoger otro lugar. ─la animé. Ella masculló algo que no pude entender, tal vez mi teléfono estaba fallando. ─Podemos ir a la playa, a un parque acuático o aguas termales.

─ ¿Desde la primera cita ya quieres verme en traje de baño?

Me envolví en pánico, volteé a ver a Lola asustada y ella me miró con los ojos entrecerrados y una sonrisa demoniaca.

La iba a estrangular. Lola corrió a su habitación, dejó su cuaderno con la palabra "pervertido" escrito al trancazo.

─No, no, no... ─dije muchas veces rápido. ─No quiero que pienses eso de mí, mi hermana menor me dio las ideas y pensé que sería buena idea.

─Sí, claro. Bueno, ¿qué te parece ir a un karaoke? ─propuso con una voz gélida. Suspiré cansado.

─Me parece perfecto.

Era una terrible idea, iba a ir borracho para soltarme un poco más, esperaba que le gustara Caravan Palace, porque si no estaba dispuesto a dejarla ir. Ella llevó a dos amigas, yo llevé a Lola y a Marv (que también estaba borracho).

La mayoría de la tarde me la pasé bebiendo, y cuando la vi, la vi más hermosa de lo que recordaba, sospechaba un poco, ella aún no se desenvolvía mucho conmigo, pero yo puse todas las canciones que me sabía de memoria con Lola y las canté sin que me importara perderla.

Los tres pasamos un gran rato riendo y haciendo las coreografías, (la de Single Ladies) no podía faltar. Judy y sus amigas, cuyos nombres me importaban un carajo, se reían a carcajadas, no cantaron ninguna canción por apáticas.

Hubo un momento en donde tuvimos que salir los 3 al baño porque a Marv y a mí nos dieron ganas de vomitar, Lola nos esperó afuera para prestarnos chicles si los necesitábamos. En el baño, después de lavarme la boca, ocurrió aquel incidente:

Marv me abrazó por atrás y me arrimó su parte sexual muy excitado, me asusté muchísimo, así que lo empujé y chocó con la pared del otro lado, el sonido fue tan fuerte que Lola entró asustada y lo vio tirado, me volteó a ver paranoica. Corrió con Marv, pero no despertaba por más que le hablara o lo moviera.

Mi cabeza daba vueltas, todo fue muy colorido, hasta que después se oscureció.

Desperté en el hospital, no tenía que abrir los ojos para saber que Lola y mi padre se encontraban ahí esperando a que despertara, Lola tomó mi mano y desperté. Me contó todo lo que había pasado después de ese incidente. Judy y sus amigas manejaron hasta el hospital y nos dejaron a ambos ahí. Judy no volvió a llamar, ni estaba en el hospital, y Lola no había visto a Marv, aunque estuviéramos en el mismo hospital.

Mi padre estaba muy decepcionado de mí, no lo dijo, pero se veía en su cara.

Lola seguía buscando a Marv por todo el hospital, incluso metiéndose a cuartos que estaban prohibidos, pero lo que ella no sabía es que esa sería la última vez que vería a Marv. No estaba en el despacho mecánico, nunca lo volví a ver en la universidad a pesar de que estábamos a punto de salir, y mucho menos en su casa.

Charlie y LolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora