Ámame hermano (Gru x Dru)

Capítulo 12: Malestar

Había pasado aproximadamente tres semanas desde que Dru vivía con los minions. La semana pasada decidió retornar con su creación del rayo pero habían veces que sus ánimos de continuar se caían a pura depresión y soledad que muy internamente en su pecho sentía.

Se encontraba sentado en el sofá de la sala viendo la televisión, con él estaba varios botes de helado vacíos en el suelo. Phil, quien tenía puesto su traje de empleada doméstica, pasaba una y otra vez al sitio que estaba el rubio para limpiar la montaña de botes vacíos que tenía alrededor. Aquel minion no era el único que se sentía preocupado por Dru sino también los demás, Mel organizo una vez una mini fiesta con música en vivo para animar al adulto, lo cual, le resultaba un fracaso al final.

Así pasaron unos días más, ya era cansado para aquellos seres ver al rubio sentado y comiendo todo el día y algo de la noche. Mel estaba sin ideas pero no se rendiría, decidió ir donde el adulto y ponerse en frente tapándole la vista de lo que que Dru veía.

—Mel... Quítate, por favor —habla todo desanimado. El minion cruza de brazos y le negó con la cabeza—. ¿Qué quieres? —bufa.

—Felicidad —responde señalándolo, queriendo indicar que lo que pide es que él sea feliz.

—¿Mi felicidad? —alza una ceja—. No sabes lo que estoy pasando.

—¿Po-ka? —pregunta un poco confundido.

—Créelo, yo... —Agacho su cabeza y procedió– no me siento bien, me duele mucho aquí. —Señala el corazón con su dedo índice— no se qué me sucede pero de verdad, me siento vacío... Me siento solo...

—P-pero... Tulaliloo ti amo —dijo acercándose hacia él y darle un abrazo.

Los demás salieron y también le dieron un abrazo a Dru, todos en coro dijeron «tulaliloo ti amo» porque en verdad le tenían aprecio y afecto. El rubio sonreía de a poco pero luego se quedo estático, su mente le traiciono y volvió a una triste como siempre.

—Iré a pasear... Ya regreso —dijo levantándose del sofá y caminar. Los minions le dieron espacio para que avanzara y se dirigiera a la puerta principal—. Gracias por su amor, en serio —les dio una leve sonrisa—, pero aún lo extraño. No importa cuanto tiempo ha llevado desde que se fue pero ya con un día sin verlo me siento hueco por dentro. —Abrió la puerta y se retira con la mirada en el suelo.

Mel entendía al igual que sus compañeros, ellos ya lo saben y por eso se quedan callados ya que es un tema delicado el amar a tu propio hermano de una manera distinta. Todos volvieron a sus labores y prometieron guardar lo sentimientos de Dru.