Parte Única

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Harry tomaba un atajo por uno de los tantos callejones de esa ciudad, estaba algo temeroso, pues era de noche y no se podía ver más que la abrumadora oscuridad.

Al escuchar un ruido se detuvo inmediatamente, sacó su celular y alumbró con la linterna de este. Casi al instante se escuchó una protesta.

—¡Hey! ¡Apaga esa cosa, me llega directo a los ojos! — parecía la voz de un chico mayor, aunque su voz era algo aguda —.

Harry apagó la linterna del celular y para poder ver utilizó la pantalla de este. Con la tenue luz pudo divisar a un chico (quizás de su edad) de baja estatura. Tenía el ceño fruncido y la comisura de los labios algo levantados.

—Uh, perdón — balbuceó con torpeza —, pensé que podría haber sido un gato o algo así... — mintió —.

—¿Cómo te llamas? — preguntó el chico, mirando una ventana algo dañada. Era de una casa que se podía ver al principio del callejón y hacía posible que este estuviera allí —.

—Harry, me llamo Harry. ¿Y tú? — dijo, casi en un susurro mientras avanzaba lentamente —. Por cierto, ¿Qué haces...aquí? Es tarde, podría pasarte algo si sigues a estas horas por estos lados... — dijo mientras miraba por sus costados y por encima del hombro —.

El chico rió suavemente, dando a ver unas pequeñas arrugas a los lados de sus ojos, y respondió:—Me llamo Louis, dime Lou si así lo quieres — miró a Harry y se apoyó en un contenedor de basura metálico —. Y, H, estoy aquí porque es bastante pacífico. Además, creo que la oscuridad me ayuda a pensar mejor. Aclarar ideas.

Harry asintió y estaba comenzando a caminar nuevamente para dirigirse a su casa, pero Louis le detuvo sosteniéndole de la manga de su suéter.

—¿Qué pasa? — preguntó mientras se volteaba para ver al más pequeño —.

Louis le pidió ayuda para que lograra meterse a la casa mediante la ventana que había estado mirando hace unos momentos.

Ambos pasaron la noche ahí, se hicieron amigos y solían ir algunas veces para, simplemente, charlar o hacer tonterías.

En uno de los tantos días que quedaron para juntarse en el callejón, Harry demoró mucho en llegar. Era algo muy inusual, pues él era quien siempre estaba antes de la hora acordada (para restregarle a Louis en la cara que llegaba primero que este y hacer algún tipo de chiste malo). Algo debía andar mal.

Después de varios minutos (en los cuales Louis ya estaba desesperado) llegó Harry. Al verlo llegar soltó un suspiro de alivio y se fue corriendo a darle un abrazo.

Harry soltó un quejido e intentó separarse de Louis, pero, este, con más razón se aferró a él.
Lo tomó por los hombros y con voz suave le preguntó:—¿Qué sucede?

Harry sorbió por la nariz y sacando su celular se alumbró a si mismo. Louis horrorizado vio el rostro de Harry, lleno de moretones y con un corte en el labio.

—Descuida — dijo Louis tomando la cara de Harry entre sus manos —, yo te protegeré — terminó por decir y le dio un pequeño beso en la mejilla —.

Pasaron varios días después de eso, Louis iba a la casa de Harry para pasar por él e ir a la casa abandonada, en el callejón. Así lograba erradicar bastantes palizas que le podrían dar a Harry.
Harry era bastante alto y muy grande, pero no era de aquellos que podrían defenderse. No haría daño aunque se lo hicieran a él. Louis era lo contrario, pero aún así no podía salvar a Harry de las palizas que se ganaba en la secundaria.

Harry ya no parecía tan radiante y sonriente como cuando Louis lo conoció. Incluso, el brillo que veía en sus ojos estaba desapareciendo.

Un día no fueron al callejón como siempre, en lugar de eso Louis invitó a Harry a un restaurante. Obviamente no era un restaurante lujoso y elegante, pero tampoco era tan cliché y simple como un McDonals.

Estar Sin Ti - Larry OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora