Capítulo único: Solo eres un espectador

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Clasificación: Mayores de 18 años
Género: Erótico.
Advertencias: Lemon. Parafilias (No me hago responsable de posibles traumas).

Por: Haruka Eastwood

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Era un poco tarde cuando miras tu reloj y te das cuenta que van a dar las ocho de la noche, maldices interna y externamente a tu mejor amiga, quien se tuvo que ir desde las tres. Chasqueas la lengua con fastidio al recordar su expresión de perrito abandonado bajo la lluvia, mientras te pedía el favor del siglo: resulta que te ha encargado todo su trabajo pendiente. ¡Es una puta montaña de expedientes que clasificar y archivar! Lo peor de todo, es que crees que no puedes dejar nada pendiente porque el jefe te lo ha pedido. Aquel hombre alto, guapo e imponente te inspira el respeto suficiente como para quedarte a hacer horas extras y terminar todo lo que tienes sobre tu escritorio.

Claro que después de permanecer más de ocho horas sentada necesitas estirarte, por lo que te recargas en la silla no sabiendo si sentirte aburrida o molesta por hacer algo que no te toca. Lo meditas durante unos instantes antes de sentirte frustrada; comienzas a visualizarte frente al televisor con algo para picar en compañía de tu gato. Oh, tu amado gato, es el único que te extraña en casa, solo por él sales a trabajar... ¡Vaya vida!

Inhalas y exhalas con la clara intención de arrojar el teclado contra la pantalla, (la cual has decidido apagar en un arranque de molestia) pero te contienes por si aun hay alguien igual de loco que tú trabajando horas extras. Simplemente no quieres asustar a nadie, mucho menos que te digan algo por hacer tremendo alboroto en la oficina.

Suspiras pesadamente y en un intento por distraerte te levantas yendo hacia la maquinita de jugos. No tardas ni diez minutos pero, ha sido el tiempo suficiente para darte el valor necesario para volver a tus labores. Estas inspirada, pero un leve portazo te saca de tus pensamientos e instintivamente te escondes tras el ordenador, rogando que no te vean como si estuvieras haciendo algo malo. ¡Todo lo que haces es trabajar! Aun así contienes la respiración cuando vez salir de su oficina a tu jefe, de quien no tenias ni la más mínima idea de que seguía ahí.

Itachi Uchiha, aquel hombre malditamente sexy, peligroso y sensual por el que todas las mujeres de la oficina suspira al verle pasar, pero claro que no es de extrañar, cualquier fémina con un poco de sentido común, babearía por él. Con su metro ochenta de altura; sus intrigantes ojos negros, que te hacen perderte en su enigmática mirada; su cuerpo de dios griego... perfecto, delicioso e intocable. Aunado a su seductora sonrisa ladina que te derrite, haciéndote sonreír como una completa idiota. Todo en conjunto con aquel porte y elegancia que no hace otra cosa más que enamorarte perdidamente, postrándote a sus pies; te derrites y humedeces de solo imaginarlo, cerca, muy cerca de ti.

Claro que a eso hay que sumarle el perfecto traje negro que porta, mismo que has arrancado con un salvajismo que ignorabas poseías, para después despojarlo con tus dientes de aquellos bóxer tan ceñidos a su cuerpo... todo en tus más perversos y ardientes sueños. En donde disfrutas recorrer esa blanca piel con tus manos al momento en que te empotra contra la pared, haciéndote jadear y gemir del más puro placer con cada potente estocada: salvaje, brutal y excitante; te hace llegar al séptimo cielo de Itachi Uchiha, de una forma que no creías posible.

Es más que claro que lo deseas, deseas tenerlo dentro de ti, llenándote por completo, que te diga cosas sucias al oído al momento de llevarte al más exquisito orgasmo... lástima que no te atreves ni a mirarlo de frente cuando está a unos escasos pasos de tu persona. Sin embargo eso no te impide disfrutar de su embriagante aroma cada que llega a pasar a tu lado, y aquella ronca y sensual voz es una caricia a tus sentidos.

DominanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora