Bad Boy, Innocent Girl

30: Contención

Capítulo Treinta: Contención

*Song Nih Nah*

Domingo 13 de octubre, 2013

Mi cuerpo está temblando y a pesar de que intento dormir solo puedo mantener mis ojos muy abiertos esperando a que el bus se detenga y digan que hemos llegado a Seúl.

Jay intenta darme fuerza con una mano sobre mis hombros y a la vez sosteniendo a Ryu, no entiendo cómo está pudiendo ser tan fuerte, pero si en realidad él no estuviera yo ya hubiera tirado la toalla y me hubiese entregado a Frank.

Jay me hace fuerte, pero también débil.

—¿No puedes dormir? —lo escucho susurrar en mi oído.

—No, mi cuerpo no puede parar de temblar —respondo intentando buscar calor en su cuerpo.

Suspira pesadamente y deja un beso sobre mi frente.

—Cuando lleguemos podrás descansar —dice con tranquilidad. —Acabas de regresar y ha sido todo un caos —susurra apretándome más junto a él.

Trato de creerle, realmente lo intento, pero cuando recuerdo cada cosa que presencié y viví estos 3 meses, todo el miedo se me sube y la seguridad de que me encontrarán parece lo más real que cualquier otra clase de opción.

*

Lunes 14 de octubre, 2013

Cuando llegamos frente a su departamento son las 4 de la madrugada y me sorprende el hecho de que tenga que tocar el timbre para que alguien salga a abrir.

—¿Ya no vives aquí? —pregunto sorprendida mientras él acomoda a Ryu en su cuello.

—Emm, no me fui hace un par de meses.

—¿Por qué no vamos donde has estado viviendo? —él me mira preocupado y antes de que pueda responderme la puerta se abre mostrando a Barom refregando sus ojos.

—¿Jay, Nih Nah? ¿Qué hacen aquí? —cuestiona tratando de enfocar sus ojos.

—Solo estamos de pasada —dice Jay entrando.

Lo sigo por detrás con la mirada asombrada de Barom sobre mí, me toma del hombro y me mira un tanto extrañado.

—¿Quién eres tú y que hiciste con Nih Nah? —tiro de golpe su agarre zafándome y continuando para entrar, no tengo tiempo para esas estupideces.

Jay se adentra a los pasillos y lo sigo sin decir nada, de a poco cada chico va saliendo de su habitación refregando sus ojos y rascando sus cuellos por despertar a media madrugada.

—¿Qué demonios está pasando? —pregunta Simon y Hero al mismo tiempo.

Me quedo en el marco de la puerta observando como Jay acomoda a Ryu en su cama, coloca almohadas a sus costados para que cuando se mueva no caiga y una vez más tranquilo se vuelve hacia la puerta saliendo conmigo.

Observa a sus amigos y me toma la mano para caminar hacia el living otra vez.

—Necesito su ayuda, por favor, vengan, necesito contarles algo —dice mientras camina.

Todos los chicos salen de sus cuartos extrañados y soñolientos mientras nosotros nos sentamos en uno de los sillones, me siento como si Jay fuera a pedir mi mano frente a mis padres, siendo observada por 4 chicos bastante imponentes con tatuaje y músculos por doquier, sus aspectos de chicos malos me podrían intimidar, pero creo que ya he pasado por esta etapa de mi vida en que algo me sorprenda.