Dame un solo motivo. Sólo uno.
Dame un solo motivo para seguir con todo esto. Para luchar por lo que se escapa de las manos, y no me refiero a cosas, sino a esas personas que pierdes y que creías que iban a permanecer siempre a tu lado. Un motivo para no llorar cuando siento que me ahogo y nadie parece darse cuenta. Sólo un motivo para creer que soy algo imprescindible en la vida de alguien.
Palabras y más palabras que se lleva el viento, lo que permanece esta en el corazón. Y lo que yo tengo aquí dentro parecen cuchillos afilados dispuestos a clavarse en mí las veces que haga falta. Dame un motivo para intentar quitármelos y seguir como si no pasara nada.
No quiero seguir así. Nada merece la pena cuando las cosas que te importan de verdad empiezan a perder importancia y sientes que tu también la pierdes. No necesitas dejar de respirar para sentirte ahogada, puñaladas invisibles se clavan en mi espalda y mi sangre cae en forma de lágrimas sin poder remediarlo.
Por supuesto que llorar no sirve de nada, ¿pero que puedo hacer? Si ya no puedo seguir luchando por nada. Son dos cosas las que me hacen seguir aquí: mi familia y mis pasiones. Y que hacer si lo segundo empieza a perderse...
Hay motivos para seguir y motivos para rendirse. Depende de mí. Y creo que no es momento de rendirse.
Pero necesito más motivos. Y menos puñales.
