8- ¿Pasa algo con Lorenzo?

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•Gabo

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•Gabo

—Debo... Debo irme— Le respondo a Lorenzo. El deja de llorar, pero lo rojo de sus ojos no desaparece.

Se me queda viendo mientras me voy.

Sinceramente no supe que responder, jamás he visto al nueve así, tan vulnerable. Pero ¿y si es otra de sus trampas? No puedo creer todo a la primera cuando se trata de Lorenzo.

Solo quiero ir a mi habitación, debo asimilar esto con calma.

Sin embargo choco con dos personas en el trayecto. Son Ricky y Dedé.

—Hola Gabo ¿Dónde andabas?— Me pregunta el mexicano.

—Si, te estábamos buscando.— Le sigue Dedé.

Suelto un suspiro. No sé si contarle esto a mis amigos.

—Solamente fui... Por una bebida con Pulpo.— Ambos me miraron confusos.

—¿Y la bebida?— Pregunta Ricky.

Cierto. De la impresión, olvide mi jugo. En este momento no me importaría si Lorenzo decide tomárselo.

—Ya me lo acabé.

Se hizo un silencio sepulcral. Pero solamente unos segundos.

—¿Gabo te encontrás bien?— Dedé me toca el hombro.

—Si, si ¿Por qué... Lo decís?

—Es que parece como si hubieras visto un fantasma.

—Aja mira.— Ricky pone su mano en mi mejilla. —Estas pálido. ¿Pasó algo en el Hall?

—No, nada grave.— Mentí.

Aún con todo lo que el goleador hizo, siento que no es correcto decir a los cuatro vientos que lloraba a mares, porque es Lorenzo, el aparenta no ser vulnerable. De alguna manera creo que sería una traición, aunque él nunca me pidió que no lo contara.

—Ricky, hay que hacer como que le creemos y vamos ya a la habitación que estoy cansado.— El mexicano le sonríe.

Caminamos a dicho lugar.

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Durante la noche estuve analizando todo lo que pasó con Lorenzo. No pienso que sea otro de sus planes, porque como dije, él ya estaba llorando cuando yo llegué, incluso me suplicó, eso no lo hace Lorenzo, es... Es como si hubiera estado con otra persona.

Ahora es el receso, les acabo de decir a mis amigos que debo hacer una cosa importante.

Me dirijo hacia la oficina del director deportivo.

Toco un par de veces la puerta.

—¡Pase!— Grita desde adentro. Abro la puerta.

—Hola, disculpa ¿puedo hablar con usted?— Después de unos segundos, accede.

En la cancha | O11CEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora