Capítulo 4: Rey Thomas Sangster.

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Elizabeth miró al rubio con asombro, esperaba que aceptara llevarlo consigo al palacio, reconocerlo como su hijo, pero ¿nombrarlo como su legítimo heredero?, eso si que la había tomado por sorpresa.

–Dime algo Lisa.

–Cuida de Dylan. –susurró y cada vez que pronunciaba una palabra su voz disminuía–Dile que lo amo y que siempre estaré para él. –dijo en un hilo de voz y sus ojos fueron descendiendo poco a poco.

–¡Lisa!, ¡Lisa! –inmediatamente el rey la tomo entre sus brazos agitándola levemente–¡Lisa!, no me hagas esto. ¡No ahora por favor! –sollozó.

Los tres chicos en aquella sala corrieron inmediatamente al escuchar los gritos y sollozos del rey, el joven O'Brien fue quien corrió rápidamente y se adentró a la habitación, sus ojos se llenaron de lágrimas instantáneamente al ver a su madre con los ojos cerrados y más pálida de lo normal entre los brazos del rey empapado de lágrimas.

El joven corrió a un lado del rey y tomo la mano de su madre la cual aún era sostenida por el rey.

–¿Qué ha pasado? –preguntó Dylan entre sollozos.

–Estábamos hablando y simplemente no resistió. –habló en un sollozo el rey.

–Es mejor que salgan para revisar el cuerpo. –habló el doc.–Lo siento Dylan, era una gran mujer.

Aris tomo a Dylan y lo abrazo sacándolo de la habitación de su madre, el joven no paraba de llorar en el hombro de su amigo y dejo que sus brazos lo rodearan en un cálido abrazo brindándole protección que era lo que más necesitaba.

El rey salió del cuarto limpiando sus lágrimas con la manga de su traje, miro a los jóvenes abrazados y decidió acercarse, toco el hombro de su hijo y lo abrazo cuando este volteo a verlo. El mayor se sintió raro, estaba abrazando a su hijo, lo hacía sentirse feliz e increíblemente nervioso al mismo tiempo. El menor por otro lado se sentía pleno, protegido, aliviado, se sentía como en casa.

–Tenemos que irnos Dylan. –susurró el rey en su oreja sin deshacer el abrazo.

–¿A dónde? –susurró de igual manera.

–A casa conmigo.

–¿Al palacio?

–Si Dylan al palacio.

–Pero...

–Eres mi hijo y ahora que Lisa murió no puedo dejarte aquí solo, te necesito a mi lado, te voy a enseñar a ser de la nobleza.

–¿Por qué hace todo esto?, puede dejarme aquí e irse.

–Quiero tener a mi hijo a mi lado, además, quiero que seas mi descendiente al trono, mi heredero.

–Eso es demasiado mi rey, no por ser su hijo significa que voy a gobernar después de su reinado, es una locura. Solo soy un bastardo.

–Pero eres mi hijo, a fin de cuentas, además Dylan como dije antes, nunca hay que contradecir a un rey.

Esa noche el rey salió en compañía de Thomas hacia el palacio, no quería dejar al joven solo esa noche en aquella casa, pero tampoco podía quedarse más tiempo pues no quería discutir con su mujer. Dylan se despidió de Aris mientras Thomas hablaba con el doc. para que se hiciera cargo del funeral junto a Aris.

Sin decir nada más, Dylan abrazo a Aris por última vez y subió dentro del carruaje, el rey le dedico una mirada al doc. y subió al carruaje.

El camino era silencioso y era porque no había nada que decir, aunque ambos necesitaran desahogarse sentían que aún no era momento de compartir tanta intimidad entre ambos. Dylan tenía muchas dudas, quería hacer infinitas preguntas, pero no sabía ni como empezar ni si el rey las contestaria y aclararía. En cambio, Thomas tenía más curiosidad, quería saber acerca de su hijo, de su vida en el pueblo, sus amigos, sus romances, lo quería saber todo sobre él, quería saber si era feliz o había vivido un tormento al igual que Lisa.

"Bastardo Dylan O'Brien." [Dylmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora