Desde que llegamos a casa papá empezó a refunfuñar sobre que era mala educación coquetear frente a los Fray, que no debí hacer eso "Qué pensaran de nosotros"; pero él solo trata de ocultar sus celos paternales detrás de esa excusa.
Me quedo viendo mi teléfono esperando una llamada o texto. En la noche mientras nadie veía le entre mi número en su chaqueta, sin que él se diese cuenta, junto a mi nombre. Solo espero que lo vea pues yo no voy a llamarlo, le he puesto todo demasiado fácil.
Bueno, ahg, apagaré ese estúpido celular ya le di demasiado tiempo, ese niño quien se cree me rechaza! O tal vez sólo esta en el trabajo. Me siento muy cansada así que me arregle para ir a la cama, entre a mis redes hasta que sin darme cuenta me quede dormida.
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En la mañana decidimos que sería un buen día para bailar, papá salió eso nos daba algo de privacidad. Me puse un short, un brassier deportivo y mis tenis, baje las escaleras hasta llegar a la sala, conecte el amplificador a mi celular y llame a las chicas.
Cuando estábamos todas abajo, puse la música a reproducir.
Empezamos a movernos como si no hubiese fin, bailábamos bien, teníamos sangre latina después de todo la abuela Griselda no le gustaría que su hija y sus nietas perdieran la esencia caribeña que nos inculcó.
Sonó canción tras canción y la verdad estaba feliz, tenía tiempo que no bailábamos con la tía Enya. Todo estaba bien hasta que oigo que llaman mi nombre y no es ninguna de las chicas a mi lado. Me volteo y veo algo que no esperaba mi padre... Y tres personas más, un hombre y los chicos Fray.
Sentí que mi cara ardió, apagué la música.
— Lo siento, pero tenemos que subir, un gusto.
Caminamos rápidamente a mi habitación. Cuando llegamos no pude reírme de la cómica situación. Luego se me unieron y empezamos a reír como desquiciadas.
— Sólo a nosotras nos pasa algo así.
— No lo dudo tía Enya.
— Creo que ese hombre, el desconocido, la tía Enya le causo una buena primera impresión.
— Me voy a bañar para bajar, sude mucho para mi gusto.
— Tal vez para el gusto de ese chico Fray, Kurt.
— ¿Que hay con él? Seguro tiene novia, y te aseguro no me estaba mirando.
— Eso sería como decir que el otro no le estaba mirando el trasero y el abdomen a Emma, pero como quieras creer nena.
— Bueno, es cierto Jonathan estaba mirando a nuestra Emma como si no hubiese otro pedazo de carne como esa. Pero no es cierto que el chico ese, Kurt, me estaba mirando. Lo dudo. Las dejare con su gran imaginación.
— Es que no hay otro pedazo de carne como esta.-dijo Emma mientras me guiñaba un ojo.
Me reí, cogí mi toalla y entre al baño.
Tome una ducha rápida de 10 minutos y salí. El pasillo estaba vacío y silencioso. Seguro se estaban bañando, eso era una de las muchas ventajas de que cada habitación tuviera su propio baño.
Me vestí con unos short's negros y una blusa gris que me llegaba debajo del ombligo.
Baje a intentar encontrar a alguien pero sólo encontré a Kurt, el chico Fray. Me miro y sonrío hacía mí, estaba apoyado en la cocina con una manzana en la mano.
— Sabes moverte Tess.
— En serio? No tienes nada mejor que decir chico Fray.
— Soy Kurt, nena, no chico Fray.
— ¿Donde están todos?
— Salieron a no sé que cosa. Estamos solos, toma asiento.
Lo mire raro pero obedecí.
— Por qué tu familia se mudo aquí?
— Queríamos un nuevo entorno.
— ¿De donde vienen?
— Nueva York ¿y tú? ¿Siempre has vivido aquí?
— Si, pero viajamos mucho.
— ¿Cuál es tu favorito?
— He estado en tantos países pero igual mi favorito siempre será Islandia. ¿Por qué ayer traían armas en la cena? Fue muy descuidado de su parte.— Diversión.
— ¿Diversión? ¿Qué tiene eso de divertido niño Fray?- dije airada.
— Tess que tú no sepas que es divertirse no significa que todos estemos igual. Y no soy un niño, no me tientes Tess te quejarás cuando te quemes.
— Entonces por qué actúas como tal? Oh cariño la diferencia entre tú y yo es que yo si soy madura, no una niña con déficit de atención que necesita que todos crean que es un chico malo cuando en realidad es un bebé asustado. No creo que me quemé con una llama tan pequeña.
Lo mire despectivamente y él estaba sin duda enojado, quería ver su reacción. Se levantó de la silla camino hacia mi, se acerco tanto que pude oír su respiración, mire hacia arriba era muy alto incluso para mí que mido 1'79 casi 1'80.
— Quieres probar que tan pequeña es la llama, niña.- su tono había cambiado era más oscuro y estaba susurrando.
— No tengo miedo de los pequeños trucos de un bebé si a eso te refieres.- le sonreí.
Me agarró de la cintura quedando aún más pegados y...
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Cazadores de vampiros
مصاص دماءEn las oscuras calles de Sphantom han ocurrido extraños asesinatos que esta despertando la curiosidad y miedo de muchos, han encontrado cuerpos sin una gota de sangre y las personas de esta ciudad no tienen ni la menor idea de lo que pudo haber sid...