Amor Doloroso.

Prologo.

Mi padre preparó el desayuno y nos llamó a mi hermana y a mi para bajar a desayunar.
-¿Cómo se sienten con la mudanza? Dijo mi padre tomando asiento.
Mi hermana me miró sonriente y respondió.
-Genial estoy feliz por conocer nuevas personas y comenzar una nueva vida.
-¿Y tú Coraline?
Sólo miré a mi padre y comencé a desayunar ignorando la pregunta.
Al terminar el desayuno mi padre comenzó hacer revisión para que no olvidaremos nada.
-Bien niñas se nos hace tarde tenemos que irnos.
-Esto apesta.
Dije mientras tomaba mi mochila y subía al auto.
-Vamos hija se que te gustará ya verás.
Mi padre subió al auto y mi hermana también.
Fueron unas largas horas en carretera pero llegamos al vecindario.
Las personas del auto de mudanzas ayudaron a llevar las cosas al interior de la casa.
Mi hermana Aileen gritó.
-¡Pido la habitación más grande!
Mientras entraba a la casa.
-¡Oh no, no la tendrás si llegó yo primero!
Grité mientras corría detrás de ella.

Subimos por las escaleras  y al fondo del pasillo se encuentra la habitación principal la que viene siendo la habitación grande. Tomé a mi hermana de la blusa que traía y la empuje para atrás, tomando ventaja y me lancé a la habitación logramando entrar y cayendo al mismo instante.
-Eso fue injusto me empujaste.
Dijo acomodando su blusa.
-La vida es injusta.
Sonreí.

-Niñas quiero que desenpaquen.
-¡Ya vamos papá!
Gritamos y bajamos por nuestras cosas.

Al terminar de desenpacar y terminar de amueblar la casa.
Subí a mi habitación y entre al baño para tomar una ducha.
Cuando entre mi hermana gritó.
-¡¿Por que demonios tu habitación tiene baño y un armario genial y el mío sólo tiene un baño?!
-No lo se Aileen yo no diseñé la casa.
Reí.

Terminé de ducharme me vestí.
Baje a la cocina y sono el timbre.
-¡Aileen llaman en la puerta!
-¡Abre tu estoy ocupada!
-¡Yo también lo estoy a sí que abre esa maldita puerta!
-¡Ajá estas tan ocupada comiendo!
Dijo dirigiéndose a la puerta.
-Sabías que si no me alimento podría morir.
Dije acercandome con Aileen.
Aileen abrió la puerta y en la entrada estaba un chico y su madre.
-Hola ¿Qué tal?
Dijo Aileen.
-Hola soy la señora Smith y el es mi hijo Alex, Bienvenidas al vecindario les he traído una torta espero y les guste la cocine yo misma.
-Mamá.
Susurró aquél chico.
-¡Comida!
-Coraline comportate.
Dijo Aileen tomando la torta.
-Gracias Señora Smith no se hubiera molestado.
-No hay de que.
Dijo la señora Smith retirándose junto con su hijo Alex.
-Coraline notaste que ese chico no dejaba de mirarte.
-Por favor Aileen no digas tonterías.
Dije mientras salía de casa.
-Iré a caminar no tardaré.
-Cuidado con los Zombies.
-Si claro Zombies.
Reí y salí de casa.

Y desde ese día sabría que toda mi vida cambiaría.