¡Soy Inocente!

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Toque de queda. ¿Conoce usted su significado?

En el caso que no sea así me permitiré darle una breve definición: el Estado, para simular algo de orden, impone una regla para que las almas de la noche se resignen a no manifestarse. ¿Está claro? Si su respuesta es afirmativa prosiga con la historia, por favor. De lo contrario continúe de todas formas, pero recomiendo que use un diccionario durante su lectura.

Que estoy siendo cortante, frío, pensará usted. No se equivoca, querido lector; como toda persona tengo una serie de antecedentes, ninguno bueno. No he sufrido, no me han herido, nada similar, de hecho. Entonces, se preguntará usted, ¿A qué se debe todo esto? ¿Por qué está usted leyendo una queja personal? ¿Es este texto, en efecto, dicha cosa? ¿Por qué fue escrito? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿A santo de qué? Las preguntas nos sobran, las respuestas nos faltan. Quizá debamos comenzar con algo más sencillo, por ejemplo, una historia, ¿Le parece bien?:

"- ¿Tiene el fiscal algún otro argumento a presentar?

- No, su Señoría.

- De ser así puede sentarse.

Siguió un momento de silencio.

- ¿Cómo se declara el acusado?

Todos dirigieron su mirada hacia mí

- Culpable. - Dije sin pensar."

El campo de la justicia siempre ha sido un misterio. Quienes hacen parte de él dicen que es un oficio honorable, que requiere transparencia, conocimientos éticos y morales y un entendimiento total de lo que es la justicia. Y, sin embargo, son estos mismos quienes, siempre y cuando se les pague bien, protegerán por igual a inocentes y criminales de forma totalmente imparcial y sin dudarlo. Con su permiso haré un comentario algo subjetivo, quizá escandaloso (está usted avisado): toda esta idea de la honestidad y la justicia impuesta por títeres y corruptos me parece una bien llamada escoria.

En efecto, lo he dicho. Si está usted de acuerdo o no con mi opinión no es en realidad algo de mi incumbencia. Tengo una justificación, después de todo. Resulta ser que me encuentro en contra de la doble moral o bien la "Letra Pequeña" de las leyes. Jugaré de nuevo al diccionario: el Estado permite Libre Pensamiento (con mayúscula para simbolizar énfasis) a cada ciudadano, pero al momento de plantearse una idea potencialmente en contra del Estado se es un criminal. Y es esto a lo que osamos llamar "justicia".

Cambiando un poco de tema y con la esperanza de que todavía no se haya aburrido me gustaría mencionar la forma como se aplica la "justicia" que acabamos de definir. Como bien sabrá usted. el método básico es la interrogación, acompañada a su vez por el juicio. ¿Entiende usted? Interrogar y juzgar son dos acciones ligadas una a otra, aunque en muchos casos el juicio comience mucho antes de que se plantee siquiera la primera pregunta.

"- Entre a la patrulla. Tiene derecho a guardar silencio. Todo lo que diga o haga podrá ser usado en su contra en el tribunal. Tiene derecho a un abogado que le acompañe y, de ser usted indigente, le asignaremos uno. - Dijo una gigante mole marrón que vestía un uniforme de policía a la vez que me empujaba dentro del auto de la misma forma como se empuja esa última camisa que no quiere entrar en la maleta cuando ya debe irse al aeropuerto.

- Soy inocente, oficial. - Siseé.

- Sí, sí... Eso dicen todos. - Replicó el hombre y me dio un último empujón que me envió contra la ventana del lado opuesto del auto."

"Eso dicen todos". ¿Había escuchado usted esa frase? Posiblemente, pero no por la misma razón que yo; como ya sabrá es una de las frases estrella que recibe quien impone una afirmación de inocencia en el cine Hollywoodense.

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