"Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud"
Proverbios 5:18 RVR 1960.
Eran las nueve y media, Cristal hablaba sobre la fuente de vida la cuál era Jesús, y si le buscamos, él llenará el vacío de todos aquellos jóvenes que se sentían vacíos. A continuación, hizo un llamado para que aquellos que necesitaban ser llenados por Jesús puedan pasar al frente para orar por ellos. Joshua, después de terminar en la cocina fue y se bañó y entró al salón. Lo que me sorprendió es que pasó al frente, sin necesidad de que yo le dijese nada. Su corazón se inquietaba en buscar a Dios, y me alegraba, lo estaba ayudando, si él tenía un supuesto dolor sabía que Jesús lo podía sanar, yo sólo quería ser un canal que lo conectara a Él.
Muchos jóvenes estaban frente al escenario. Cristal, oraba por ellos y ministraban sus vidas mientras Elizabeth cantaba Ven señor de Christine D'Clario. Se sentía un ambiente hermoso, un ambiente de liberación, la presencia de Dios fluía.
Los jóvenes lloraban, se arrodillaban, otros caían. Yo desde atrás levantaba mis manos en dirección a ellos y oraba. Sin duda alguna, una noche muy especial.
Los chicos terminaron con un concierto, y al final, salimos del salón y fuimos al comedor del club a cenar, nos esperaban esas deliciosas pizzas hechas por Joshua y los demás chicos que estuvieron en la cocina, y vaya, Elizabeth no mentía cuando dijo que la salsa de tomate que hacía Joshua era deliciosa. Tomé asiento en una mesa al lado de Eliezer, ya que Joshua estaba repartiendo pizzas por todas las mesas.
Noté algo raro, Eliezer no había dicho nada en buen rato, y no sólo eso, hace días estaba así.
– ¿Te pasa algo ñoñito? – Le pregunté mientras comía mi trozo de pizza.
– Sí, digo no, bueno, es que es complicado – Me comentaba nervioso.
– Eres mi mejor amigo, tienes que decirme.
– Esta bien – Suspiró –, tengo que confesarte algo – Abrí los ojos con curiosidad –. Liseth, estoy enamorado.
Lo miré, luego me reí.
– No gracias, no me gustan los ñoños, aunque puedes seguir siendo mi amigo – Le dije de broma.
– No de ti tonta – Me espetó –. De otra chica.
– Uf, que alivio – Bromeé –. Vaya, vaya. Eliezer Valencia se vuelve a enamorar – Repliqué con emoción –. ¿Quién es la dichosa?
– ¿Te acuerdas de las entrevistas? – Me preguntó.
– Pues claro – Dije.
– Aquel día que me viste en tu facultad, iba a hacerle una entrevista a Verónica Cidman y...
– ¡Te gusta Verónica! – Exclamé interrumpiéndole. Él me siseó.
– ¡No! Digo sí... pero no lo grites por favor.
– Ups... lo siento – Dije un poco apenada por mi imprudencia –, ¿y cómo pasó?
– Aquella tarde estábamos charlando en una cafetería a la intemperie. Ahí fui conociendo poco a poco su forma de ser, me comentaba que era una chica muy reservada, sobre todo con sus amistades, que tenía una vida muy bonita como para dejar entrar en ella personas que la vayan a estropear. Primera vez que tuve una conversación tan fluida con una chica. Ella reía con mis comentarios, a pesar de que eran de nerds, y quedé con ganas de más, aunque ya tenía que irse a su clase, al igual que yo.
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El Dolor que me llevó a tu Camino
Genç KurguAlegre, sabia y querida, esas eran tres palabras que definían a Liseth, una jovencita de dieciséis años con el sueño de convertirse en una gran Psicólogo para ayudar a muchas personas. Siendo hija de pastores, quería servirle a Dios y llenars...