➳ Dumbasses。〖BnB shits〗

❝Make me feel weeeird❞

Multimedia: no estoy segura.
N° de palabras: 1396 (one-shot).
Publicación: 19/O8/2O17.

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Make me feel weeeird

Corría el día de paga para los deficientes empleados de Burger World, la cadena de restaurantes de comida chatarra récord en mantener a su personal con el sueldo más bajo y miserable de todo Texas. Ambos perdedores solían ser recibidos en la oficina de la gerencia con un prontuario del mes, siendo descontados los días hábiles en los que no se presentaron y alguno que otro daño del espacio laboral. Obtenían su merecido sueldo en un grasiento sobre de papel y eran echados casi a patadas, luego de haber oído un extenso sermón sobre sus derechos y obligaciones como trabajadores entre pequeñas risas y miradas cómplices.

Aquel mes había sido bastante productivo, colando insectos en las frituras de la clientela y obligando al Departamento de Salubridad a clausurar el local por lo menos dos veces; sin duda tenían un trabajo muy sacrificado e importante. Con aires de grandeza salían por la puerta grande, saboreando un merecido día de descanso al son de los gritos de su superior, exigiendo que volvieran a sus puestos ya que la jornada no había acabado. ¿Qué más daba? ¡Era día de paga, viejo!

Al tiempo que se adentraban por las concurridas calles del centro de Highland City, la pequeña rueda de hámsters que tenían por cerebro comenzaba a girar buscando en qué gastar los primeros dólares.

No había nada mejor que ser económicamente independiente, o algo así.

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Volvieron a lo que llamaban casa al caer el sol, con un pilón de revistas para adultos entre brazos y una orden de burritos caseros para llevar que en el camino iba dejando un imperceptible aroma a comida. Reían sonoramente al compás de sus torpes pasos atravesando el comedor hasta la sala de estar, ninguno quería soltar lo que cargaba. A manos llenas, Butthead se sentó en el sofá y aventó el control remoto a su compañero, dejando que el más bajo lo encendiera.

—En las últimas noticias: se estima que la tasa de desempleo ha llegado a un punto crítico en lo que va del. . .

—Cambiale.

Sería otra gloriosa cena frente al televisor.

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Dada la medianoche, ya no tenían nada más interesante para exprimirle al televisor. Ambos muchachos se estiraban a lo largo del respaldo del sillón, vencidos por el aburrimiento; Butthead se tragó un bostezo con tal de no verse cansado, ¡debían seguir aprovechando aquel día libre!

Los recipientes de cartón y envoltorios de papel que quedaron se juntaron con una caja de la pizza del jueves pasado, a al tiempo que la pereza se unía al clima de encierro. Antes que se preguntaran siquiera qué harían ahora, dos lamparitas hicieron cortocircuito sobre sus cabezas. Rieron por lo bajo, rodando la mirada hacia el contrario de reojo.

—Hey, Beavis, vamos a echarle un ojo a las revistas.

—He, ¿sólo uno? Eso... Eso no tiene sentido.

No se dieron tiempo, mientras hablaban apartaron la basura que se encontraba cerca de su precioso oro impreso, procediendo a tomar un ejemplar de Horny girls cada uno. Sus risas se volvieron algo más audibles, presos de la inquietud, y tan pronto como las lujuriosas portadas se alzaron a su vista la temperatura de sus rostros fue en aumento. Mascullando alguna clase de mantra sexual entre dientes, el rubio abrió la revista con ansia voraz y pegó el rostro en sus hojas, casi literalmente. La mano de su amigo se posó en su muñeca derecha para detenerlo.