Capítulo 11

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"Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia"

Proverbios 3:13, RVR 1960.

Sólo había algo en mi cabeza: ¡EL MEJOR CUMPLEAÑOS! Claro, típico de mí, algo que entra ahí es difícil de que no piense en eso. Llamé a Eliezer para reunirnos en el Café Camacaro.

– He llegado un poco tarde, pero heme aquí – Dijo al llegar. Tomó asiento.

– Hola ñoñito. Necesito tu ayuda – Le comenté.

– Vale, ¿para qué soy bueno? – Preguntó.

– Necesito ayuda para hacerle una fiesta de cumpleaños a Joshua.

– ¿Fiesta de cumpleaños? ¿A Joshua? – Preguntó extrañado.

– Sí – Asentí –. Este sábado será su cumpleaños, y tenemos que hacerle una fiesta.

– ¿Y desde cuándo yo soy bueno haciendo fiesta?

– Eh... para ser sincera, no sé – Admití –. Pero eres mi mejor amigo, así que cuento contigo, y también tienes una mente brillante. De seguro me darás ideas.

– No lo sé – Titubeo y se rascó la cabeza –. Además, no conozco muy bien a ese chico.

– Vamos Eli, no seas así, ayúdame por favor – Puse ese típica cara conmovedora que ningún chico ñoño puede resistir.

– Pues... – Me miró y puso los ojos en blanco – vale, está bien. Aunque, odio admitirlo, en serio, pero si necesitamos a alguien que anime una fiesta, Elizabeth es la indicada.

Tenía razón, Eliezer era muy abuelito para las fiestas, pero Elizabeth era el alma de la fiesta, y necesitaba a alguien como ella para lo que quería hacer.

Eliezer salió un momento del local para llamarla. Emanuel llegó hasta mi mesa para traerme un batido.

– Gracias – Dije.

– ¿Te estás preparando para la fiesta de San Lorenzo? – Me preguntó, usando fiesta refiriéndose a un juego de palabras debido al gran evento que habría.

– Eh... sí, aunque ahorita estoy trabajando en otra fiesta.

– ¿Ah sí? – Tomó asiento – No me digas que tienes una vida fiestera en secreto.

– Ja, ja, ja... tonto, claro que no – Respondí –. Es que hay un nuevo chico que asiste a nuestra congregación, y estudia conmigo en LUDCEM, y pues, quiero hacerle una linda fiesta de cumpleaños para que sienta que tiene el apoyo de la iglesia.

– Interesante – Contestó –. ¿Y por qué no hablas con Cristal, o con Christian? Recuerda que ellos son líderes de jóvenes, y apoyan toda esta clase de actividades.

– Sí... – Pensé por unos segundos – es que quería hacerlo por mi cuenta. Además, Christian debe estar ocupado con su novia y no creo que esto le sea de gran interés.

– Bueno, quizás Chris está un poco raro por su relación con Luisa, pero dentro de sí sigue siendo un chico comprometido. Y estoy seguro que si quieres hacer algo como esto, necesitas ayudas de los chicos de la iglesia.

Lo miré por un instante, y supe que tenía razón, así que terminé asintiendo.

El sábado en la tarde estaba afuera esperando a mis cómplices junto con Eliezer, lo cual tenía una mochila con su laptop adentro y una cámara colgando de su cuello. Cristal dejó a Abril encargada para las coreografías mientras hacía esta misión conmigo.

El Dolor que me llevó a tu CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora