Parte Única 💮

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Dentro del respetable recinto de la Policía Militar de Konoha, Izuna Uchiha se encontraba un tanto nervioso mientras permanecía sentado en una solitaria banca esperando el despacho oficial de la jornada.

Se mordía el labio inferior y miraba de un modo muy concentrado sus pies, los cuales se movían de forma intercalada a un ritmo pausado pero constante de arriba hacia abajo, como si estuviera caminando en el aire. Se sentía preocupado e inquieto, pues un pensamiento en particular no había dejado de torturarle en todo el día, aunque conocía perfectamente la razón de esos indeseables sentimientos, o más bien al causante de ellos.

Kagami Uchiha le tenía los nervios de punta, su peligrosa cercanía con el segundo Hokage le molestaba, ya que de cierta forma le hacía creer que su puesto especial como escolta de éste le había sido arrebatado por un compañero del mismo Clan, y eso le causaba un ardor casi imposible de ignorar en su pecho. Su orgullo Uchiha era el principal herido en esa contienda silenciosa, pues durante meses había sido el favorito de Tobirama pese a que, en realidad, se llevaran como el perro y el gato, como el agua y el aceite, y demás comparaciones así de opuestas.

Pero aquello no era un impedimento para su extraña relación, porque hacía de ella algo digno de lo absurdo e increíble. Una aventura bizarra quizás, y una verdadera historia de amor y desamor desde su punto de vista, muy parecida pero menos perfecta a la historia de su hermano y el primer Hokage.

    — Ya te puedes retirar, Izuna —le habló su comandante después de salir de la oficina con unos papeles en la mano, haciéndole despertar de su notable ensimismamiento—. Has hecho un buen trabajo hoy. Aunque claro, no se puede esperar menos del hermano menor de Madara-sama. Sigue así, muchacho. ¡Enorgulleces a la institución!

    — Oh, vamos, señor, no es para tanto —dijo con algo de modestia y un tanto ruborizado, aunque por dentro festejaba como si no hubiese un mañana que esperar—. Yo sólo soy eso, el hermano menor de Madara —le sonrió amablemente.

Se levantó de su puesto e hizo una respetuosa reverencia hacia su mayor, para después retirarse del lugar.

Cuando salió era de tarde. El crepúsculo se aproximaba y el sol empezaba a esconderse detrás de las montañas que rodeaban cierta parte de Konohagakure, tiñendo el cielo y los paisajes de unos cálidos colores anaranjados, muy opuesto a los gustos de él, quien amaba por sobre todas las cosas los colores y ambientes fríos.

Regresaba a su casa de pie, observando cada esquina de Konoha por si llegaba a toparse con Tobirama, cosa que le pareció absurda tomando en cuenta que el Hokage no saldría de su oficina a no ser que sucediera algo de suma importancia, algo que requiriera de su presencia inmediata.

Suspiró y se burló internamente de su inocencia en ese sentido, pero su momento de relajo se vio interrumpido por el pensamiento de que probablemente, en la oficina del Senju, estuviese el idiota de Kagami ayudándole con sus deberes, tal vez riendo y contando chistes para calmar el ambiente de trabajo mientras le servía una taza de delicioso té verde.

Sus puños se cerraron y una obvia expresión de fastidio se dibujó en su rostro. Por un instante se imaginó ahorcando a su compañero y quemando vivo a Tobirama frente a todos en la aldea con un Katon de proporciones bíblicas, sintiendo con ello una perturbadora satisfacción. Frunció sus labios y cerró sus ojos con fuerza para contar hasta tres, con claras intenciones de calmar sus instintos asesinos, los que estaban a flor de piel producto del estrés laboral y, por qué no decirlo, emocional.

Al llegar a su casa, un desalentador silencio le dio la bienvenida. Se despojó de su uniforme y se vistió con una cómoda yukata azul al tiempo en que se preparaba algo para tomar. Se sentó en la orilla del piso de madera que daba hacia el jardín trasero de la vivienda para observar con tranquilidad la pequeña fuente con peces que allí había, la única compañía reconfortante dentro de ese solitario espacio llamado hogar.

Una y Quizá Más | TobiIzu (OneShot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora