Capítulo 33

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— Por favor, Kyoko-chan, dame tres días más a tu lado... Yo te lo suplico —la tomó de las manos y las puso en su pecho para que ella sienta su alterado y temeroso corazón— Al terminar estos... Te lo diré y afrontaré si al final nos terminamos separando... —suspira afligido— Solo dame la oportunidad de tener recuerdos que rememorar cuando ya no me quieras ver de nuevo... —pauso y sonrió con tristeza— Cuando me odies.

Esa noche, con lágrimas en los ojos Kyoko lo jaló del cuello y por impulso rozó levemente sus labios con los de él, como una invitación a que él haga el resto... Y la invitación fue más que  aceptada. Él la besó con intensidad mientras ella lo jalaba, lo metió a su suit y cuando entraron cerró la puerta, y por supuesto... Sus labios en ningún momento de este proceso se separaron. Kuon y su Kyoko-chan solo dejaron de besarse cuando, ya estando a punto de entrar a la recámara de Kyoko, se quedaron sin aire y se separaron.

— Yo nunca podría odiarte, Corn, nunca...

Le decía ella mientras lo abrazaba con las lágrimas escapando de sus ojos, sin control, como un río caudaloso.

— Pero lo acepto, Corn... —él la mira sorprendido y Kyoko le responde con una sonrisa sincera y prosigue— Tómate el tiempo que necesites para decírmelo, no quiero que sufras presionado... —Pausa y con cariño desbordando su mirada le acaricia el rostro, de forma que  incluso se vería maternal— Pero, por favor, deja de pensar que te voy a odiar... Es imposible cuando te quiero demasiado.

Kuon sonrió triste, le beso los labios con ternura, le beso la nariz, la frente y la abrazó con fuerza.

- Yo te amo...

Kyoko asintió ante esto, y luego de un último beso en los labios por parte de Kuon, se despidió y se disponía a marcharse, cuando ella lo detuvo y le pidió que no la abandonara esa noche, porque tenía miedo de despertar y que todo haya sido un sueño. Entonces ambos durmieron juntos, abrazados, ella en su pecho con su pijama rosa de estampado de ositos, el que le regaló María-chan para usar una a juego en sus noches de piyamadas. Y a partir de esa noche iniciaron tres días, tres días que usó Corn, mejor dicho Kuon, para intentar conquistar a su amada... A su Kyoko-chan.
Y ahora era el último día, no matar a caballo, pasear juntos por la ciudad, caminar descalzos por la playa y pasar la noche bajo las estrellas, sí, fue bien... Pero Kyoko-chan aún no le decía si aunque sea había empezado a desarrollar gusto por él... Todo quedaba en un te quiero.
La última carta, iban a ir al acuario y luego a un festival de música en la playa, justamente cerca al hotel, al cual iban a asistir muchos artistas de diferentes nacionalidades, eso era algo a lo que Kyoko estaba muy emocionada por ir, no pone en sí le guste mucho la música electrónica, si no por curiosidad y ganas de probar algo totalmente nuevo para ella, por su parte Kuon tampoco era fanático de ese tipo de música ni era algo tan nuevo para él la idea parecía emocionante... Si es con Kyoko hasta el infierno.

Fueron al acuario, y Kyoko miraba a los peces maravillada, estaba totalmente feliz y Kuon por su alegría era me feliz aún... Gracias a eso pocas demonios sobrevivieron. Llegaron justo a tiempo ora él festival, pero en último momento se arrepintieron y les llegó una mejo idea. Kuon y Kyoko saltaban y bailaban sin sentido mientras se disparaban con pistolas de paintball en la azotea del hotel, ambientados con todo l escándalo de la música de festival de electro que llegaba claramente hasta ahí.
Jugaron bastante rato, casi toda la noche y cansados se tiraron en el suelo a mirar las estrellas y la luna.

--Ya llegó el momento...

Dijo Kuon, entonces Kyoko se levantó y se puso sobre él mirándolo fijamente.

Skip Beat: Luces, cámara y... ¡Amor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora