Somos Fénix's

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Día 1 del nuevo C.A.S.E.

En la organización reinaba el desorden: niños corrían y gritaban mientras los Bord intentaban calmarlos antes de que llegaran los Arcadios y los echaran en su 3º día de trabajo.

-Cálmense- Gritaba Clifford, un Bord, que intentaba que un grupo de niños dejara de llorar. Se paso las manos por el cabello y recordó que Montrachet le dijo que podía asustar a los niños, pero solo un poco- Miren- Saco de atrás de su pantalón algo parecido a un arma de electrochoque. Similar a una picana eléctrica solo que esta era un mango que cuando lo sacudió quedo como un palo del que salían pequeños destellos de electricidad.-se utiliza principalmente para debilitar a las personas que no obedecen- Se volvió al grupo que estaba detrás de el- ¿Alguien aquí no nos va a obedecer?-

Todos en el salón negaron rápidamente cuando los demás Born sacaron el mismo aparato de electrochoque.

-Tenemos 3 reglas, un poco difíciles por su edad, pero que necesitamos que cumplan en la mayoría de lo posible- Guardo el arma con la que había asustado a los niños, juntó sus manos detrás de su espaldas y habló con una voz que se escuchaba hasta el último rincón del salón- Número 1: No hacer ruido

Número 2: No hacer preguntas sobre el porque y el como llegaron aquí antes de que se les llame

Número 3: En la medida de lo posible traten de acatar las normas de los Arcadios lo mas rápido que ustedes puedan, sabiendo esto, y lo que les pasara si desobedecen, necesito que se formen en dos filas. Niñas a mi derechas y niños a mi izquierda ¡Ya!

(...)

Después de que los niños fueron separados por su sexo se les llevo a un salón totalmente blanco, tanto que a Chad le dolían los ojos de tanta claridad. Cuando sus ojos, y de la mitad de los niños, se acostumbraron al color pudo ver que dentro de la estancia se encontraba la mujer que lo fue a visitar el día anterior , pero no se encontraba sola. La acompañaban dos hombre, que parecían ser gemelos, otro un poco mas canoso y otra mujer, un poco mas alta que ella, rubia. En eso se fijo Chad, Rhenny, por su parte, se extraño que la estancia estuviera alumbrada por velas ¡Por Dios! Hasta ella tenia electricidad en el orfanato y el equipo de seguridad con el que sellaron su ventana no era del típico seguro con la barrita. También se dio cuenta que en realidad no todo dentro del salón era blanco, las mesas y sillas que estaban dentro de el eran de un color negro pálido que la irrito¡TODO EN ESE LUGAR ERA NEGRO Y BLANCO! no tenían que ver su cuarto, su baño y su armario con su ropa para asegurarse. El orfanato era gris y de colores deteriorados y este era negro¿todo en su vida seria en esas tonalidades?

Abrill, por otro lado, se quejaba con Axhell de que habían pasado la mitad de la mañana parados y que cuando ella le pido al guardia que la llevaran su habitación, este la miro con una cara de muerte y la apunto con el arma de elctrochoque.

-La verdad- Dijo Axhell- Es que no tengo ni idea de porque te miro de esa forma- Se volvió para verla y la tomo de los hombros- Si tu voz no es nada detestable y odiosa.

-Mi voz no es detestable.-

-Pues entonces cállate, niña-Volvió a mirar al frente- Si tu quieres morir electrocutada, por mi bien, pero no me arrastres contigo.

-Sera mejor que tu también te calles, Axhell.- Una niña de ojos grises, un poco mas baja que el, voltio a verlo con el ceño fruncido para después volver su mirada al frente. El niño no recordaba a la niña del todo, pero le era familiar. Pudo que la recordara de alguna clase en su pabellón en el orfanato o tal vez había visto esa coleta castaña demasiadas veces. Nunca se llegó a interesar demasiado en como se veía físicamente y seria un error que le pasaría la factura con la vida de otros.

Los renacidos del fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora