"La Ultima Luna"

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Verano de 1999 Mura, España.

¿A qué hora llegaras hoy del bar cariño? -Preguntaba el moreno sentado en la cama mientras bebía el café diariamente su esposa le preparaba.

Supongo que hasta el ultimo cliente se vaya - Decía la sensual mujer suspirando mientras peinaba su cabello en una coleta.

¿No crees que ya deberías cerrarlo? Digo desde que eres un niña estas ahí... - sabia perfecto que proponerle esto a mi esposa era peligroso.

¿Otra vez con eso? A ver Damian... -tenía que hablar más lento- tu más nadie sabes lo que significa ese lugar para mi, prácticamente me crié ahí - ahí venían las lagrimas- Me recuerda a mi padre y pues la verdad no me pesa estar ahí al contrario.

Entonces no hay nada más que decir - encaminado a su esposa a la puerta.

A veces Isabel no sabía si sentirse mal o agradecer la total indiferencia con la que se tomaba su esposo las cosas con respecto a ella. Aunque trataba de no tomarle importancia no había día que no se preguntara ¿Cuándo acabaría su rutina? A excepción del bar todos los días por la noche, en su vida no había nada aparentemente interesante. Su esposo trabajaba 8 horas por la mañana y ella 6 por la noche a y penas tenían tiempo de verse.

Bar "La Ultima Luna"

No lo puedo creer- Limpiaba mis lagrimas de tanto reír mientras servía una Copa de vino a un cliente de edad mayor que me contaba historias de su infancia- Eres barbaro ¡No cambias Camilo!

Isabelita sírvame otra y esta va por usted -Gritaba un Cliente notablemente ebrio del otro lado de la barra.

Aquí la tienes y esta va por mi cuenta- le dije amablemente.

Y esto era de todos loa días en "La Ultima Luna" cada noche era una vida. Isabel se enteraba de todo lo que pasaba en el pueblo gracias a sus clientes que más que eso eran sus amigos, la mayoría de ellos eran de al rededor de 60 años pocas veces eran las que iban Jóvenes al bar. Ella llegaba cada madrugada con la ilusión de contarle detalladamente a su esposo todo sobre su noche y después hacer el amor pero era imposible hacer esto a las 4.00 am.

Extrañamente era ella quien después de tanto tiempo preparaba el desayuno para ambos en punto de las 8.am

¿A qué se debe la sorpresa?- Decía el hombre alto con ojos verdes en el oído de su esposa que terminaba de cocinar.

Tengo la impresión de que hoy será un gran día ¿No te ha pasado? Sientes una emoción inexplicable dentro y fuera de tu cuerpo, amaneces mas bello que otro día toda la ropa se ve linda y bueno... - Detuve mi charla al observar que a marido nada le parecía más interesante que su periódico pero qué importa, eso no cambiaría mi estado de animo- Bueno cariño me quede de ver hoy con Teresa en el café para desayunar, te veo al rato- Quité mi delantal y caminé provocativa a lado de mi marido pero fue inútil tener su atención, suspire y salí.

Ese día deje a un lado mis complejos y me puse un vestido negro ceñido al cuerpo hasta las rodillas que hacia resaltar mis grandes caderas y mis 65 cm de cintura, un poco escotado de los hombros y unos tacones del mismo tono con mis medias de ceda, mi peinado era el mismo (una coleta) y claro no podía faltar el dije de mi padre.

¿Eres o pareces?--Decía mi rubia amiga impresionada al verme entrar a la cafetería.

¡Soy!-Dije dando una vuelta en forma de presunción- Me alegra tanto verte después de 6 años - No pude evitar acelerar el paso para abrazarla-.

Nos Dieron las 10Donde viven las historias. Descúbrelo ahora