Capítulo I

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Era un día como hoy. Un frío día de diciembre por la tarde, cercano a las fechas festivas de navidad, en donde toda la gente se alegra por las fiestas, prepara las comidas y planea las reuniones familiares para ver a sus seres queridos que se encuentran lejos. Cuelgan luces festivas y se dedican a buscar el regalo indicado a esa persona que aman. Se sientan a asar malvaviscos con el calor abrazador de la chimenea y cantan villancicos.

Eran días acogedores a pesar del frío.

Me dirigía a casa de mis padres para hablar de algo que mi madre había decidido llamar "un tema de gran importancia". Era curioso que todo de lo que, tanto ella como mi padre, tuvieran que decir llevara siempre el título de "gran importancia" y que mis temas de interés siempre se vieran opacados por un "no es conveniente para tu futuro, Soonyoung".

Es de gran importancia que estudies finanzas para trabajar en la empresa de tu padre. Prueba con este estilo de ropa, es de gran importancia que causes una buena impresión. ¿Bailar? No es conveniente para tu futuro, Soonyoung. Toma clases de cálculos avanzados, tu padre y yo los tomamos y fuimos muy bien reconocidos por la universidad. No te juntes con esos jóvenes, son una mala influencia, no es conveniente para tu futuro, Soonyoung.

Oraciones como esas eran habituales de oír desde la boca de mis padres, ambos por igual, pero ya estaba acostumbrado. Había crecido con eso, así que al día de hoy, con mis recientes 22 años, prácticamente soy el resultado de sus restricciones y opiniones.

Llegué a casa y toqué el timbre con las esperanzas de que abrieran rápido porque me estaba congelando.

Mientras restregaba mis manos para apartar el frío, el sirviente abrió la puerta para dejarme entrar.

—Joven Kwon, llega tarde, como siempre. —Dice con un tono burlón.

—Lo sé, lo sé. ¿Están enfadados?

Me saqué el abrigo como acto reflejo y lo colgué en la perchera de la puerta principal. El mismo trabajo hice con los zapatos, poniéndolos en los estantes de la derecha.

—Nerviosos. Usted más que nadie sabe que son personas estrictamente rigurosas en cosa de horarios, así que si algo no está saliendo según lo estipulado, comienzan a preocuparse y a ponerse nerviosos, inevitablemente.

—Ni que lo digas —con la prisa, casi me caigo poniéndome las sandalias para entrar a la casa, pero no caí gracias al sirviente Park— Gracias. Deséame suerte.

—No la necesita joven Kwon. No esta vez. —murmuró lo último, por lo que no le entendí muy bien, pero sonreí de todos modos y subí rápidamente las escaleras hasta llegar al estudio de mi padre.

Toqué la puerta y entré pidiendo disculpas mientras hacía reverencia y los miraba con la mirada gacha.

Mi madre fue la primera en hablar, ya más calmada después de su colapso por impuntualidad de horarios.

—Siéntate querido, tenemos que hablar.

Su tono era extrañamente amable y tranquilo, algo no muy usual en la familia. Casi todos hablaban con nerviosismo y apuro.

Algo no andaba bien.

—💿🎶—
 

—¡¿Qué tengo qué?! —me apoyé de los braceros del sitial levantándome alarmado.

—Hay que expandir los dominios de la empresa y esta es la mejor opción. —explicó mi padre como si nada— Ambos acordamos generar un vínculo que fortaleciera el negocio y que mejor que un vínculo familiar. Así también potenciaríamos la imagen que queremos para la empresa. Será buena publicidad.

My beautiful secret 🌹 H8SHI/SoonhaoWhere stories live. Discover now