Same Place II

Capítulo 17: Entre Las Sábanas

Camila paso la noche con Lauren pero nunca hicieron nada, respeto su enfermedad, su vulnerabilidad y su corazón roto; esta vez trataba de demostrarle que lo importante que siempre ha sido para ella, no buscaba renacer el amor que había echado a perder, buscaba renacer la amistad que una vez fingieron tener. Amistad que con claridad Camila comenzó a recordar mientras su dedo desfilaba por la curva de Lauren que encontraba dormida dándole la espalda.

Esa amistad fue tan buena como pesada, Camila siempre le escribía cartas, le dejaba mensajes de textos de manera anónima, bromeaba con ella y en ocasiones hasta le hacia bullying solo porque adoraba ver a Lauren molesta.

Lauren: Camz, podrías dejar de molestarme.

Camila: No, me gusta mucho ver tu cara enojada.

Lauren: ¿Por qué?

Camila: No lo sé, solo me gusta.

Mientras su dedo seguía caminando sobre el cuerpo de la joven, ella seguía recordando detalle todo lo que habían vivido desde el comienzo. El primero Te Quiero, el primer Te Amo, la primera relación sexual de Lauren que si bien había salido y hasta vivido por años con Halsey; nunca hicieron nada pero eso Camila nunca lo supo, la imagen de Lauren era fría, dura, ruda, rustica, vivaz, templada, fuerte y arriesgada; pero todo era un disfraz. Ella escondía su debilidad ante un mundo cruel que le había dado la espalda, Camila nunca lo noto porque al igual que el resto del mundo se creyó el papel que Lauren jugaba.

Camila: Recuerdo cuando teníamos un mes saliendo, todavía estábamos en el teatro. –Explicó en su oído-. Íbamos a interpretar un musical de Romeo & Julieta. Recuerdo que el papel de Romeo le toco a un tal Zayn, lo odie desde el momento que supe que tendría que compartir amor contigo y robarte un beso.

Mientras Camila divagaba entre los recuerdos; Lauren se hacia la dormida contemplando sus relatos en espera de algo que ni siquiera sabía que estaba esperando.

Camila: Siempre quise ser tu "Romeo". –musitó-. Pero jamás di la vida por ti y eso fue lo peor que pude haber hecho. Y más aún cuando tú si jugabas el papel de Julieta clavándote la daga a expensas de un veneno imaginario.

Las referencias de las obras hacían juego con la suave brisa que entraba; Camila en ningún momento dejo de desfilar su dedo por su cuerpo aun cuando se le escapan las miradas hacia la ventana para sentir el suave fresco, húmedo y pesado que entraba; la luz la vestía mientras el frio la arropaba a la mitad de cada lagrima perdida de Lauren.

Camila: Tus padres jamás me quisieron. –exclamó sonriendo-. No los culpo, siempre tuvieron razón conmigo. Debí demostrarle lo contrario pero me creí Romeo y solo pedí que negaras tu nombre y acogieras el mío, como si Cabello fuese lo mejor que hubiera existido. Ja, que estúpida fui, Lauren y lo lamento.

Lauren guardo silencio durante horas pasaron año para poder escuchar a Camila decir esas cosas, por primera vez sintió que si estaba arrepentida, por primera vez sintió que en verdad la quería y prefirió callarse antes de perderse mejores relatos.

Camila: Siempre fui estúpida. –musitó-. ¿Cómo pude exigirte más de lo que nunca te di? –agregó sollozando.

Siempre busque desnudar tu cuerpo, pero nunca desnudarte el alma mientras por dentro tu corazón se estaba pudriendo y todo por mi causa. Nunca fui tu Romeo y yo sintiéndome prepotente porque me creí un cuento que yo misma relate.

Entre más hablaba, la brisa más fría se convertía y las lágrimas como hilos que brillaban con el sol vestían el colorado rostro de Lauren; sus ojos verdes perdieron color de tanta lucidez. Pronto vendrían aquellas palabras que desconocía pero que quería escuchar.

Camila: Lo lamento, tanto...

No llegaron las palabras pero esas fueron las más reales disculpas que habían venido por parte de Camila, Lauren no resistió más. Volteo hacia ella para plantarle el más largo y hermoso beso que le había dado en años mientras el sol las fotografiaba robándose el momento a través de la ventana, entre las sábanas blancas y el pintoresco amarillo que vestía sus cuerpos.