A eso de las dos y media de la tarde llegó mi hermana con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Dani!
-¡Hey enana! ¿Qué tal te ha ido el día?
-Genial, ha sido genial. He sacado un 9 en matemáticas- dijo aún sonriendo
-¿De verdad? ¡Enhorabuena!
-No, no. De enhorabuena nada Dani. Ya sabes lo que quiero...
-Pues... no. ¿Qué es lo que quieres?- En realidad si lo sabía. Ella quería que le comprara una entrada para el concierto que daba Pablo Alborán dentro de un mes aquí en Madrid. Lo que ella no sabía es que yo ya se la había comprado, pero no se lo podía decir aún.
-Dani venga, no te hagas el tonto- se cruzó de brazos y se hizo la ofendida- Sabes perfectamente que me prometiste que si sacaba todo sobres me comprarías la entrada...
-Pero las notas te las dan en una semana Martina. Cuando las vea pues te diré si te compro la entrada o no. Y ahora venga, vamos a comer que se enfría.- Intenté mantenerme fuerte. Pensaba "No se lo digas Dani, luego la sorpresa le hará más lusión." Pero me estaba costando muchísimo.
-Está bien...- Ahora si, empezó a sonreír. Eso era señal de que estaba convencida de que iba a sacar todo sobresalientes, cosa que yo también veía normal. Mi hermana siempre había sido de sacar muy buenas notas. Tenía gran capacidad para estudiar, aun que a veces no estudiaba nada y aún así siempre pasó del ocho.- ¿Y tu que has hecho hoy?
-Pues...- lo pensé un momento, ¿se suponía que podía contarle lo de Malú? Es que a ver, por un lado no se lo quería contar por si a Malú le parecía mal, pero por otro lado ¡era mi hermana! Después de reflexionar decidí esperar un poco para contárselo.- Nada- dije al fin- Estuve en el estudio, quedé con Teresa... Esas cosas- sonreí
-¿Qué me ocultas?- a veces odiaba que fuera tan lista
-¿Por qué crees que te oculto algo?
-Has pensado antes de contestar y cuando sonreíste, lo hiciste como diciendo "bien, no me ha pillado".- ¿Por qué tenía que tener razón? Esta niña no era normal.
-No me acostumbro a que me pilles siempre Martinita, tienes que plantearte dejarlo algún día- reímos.
-¡Eso ni lo sueñes! Acostúmbrate a que no podrás ocultarme nada- imitó la risa de los malos de los dibujos y no pude evitar mis consiguientes carcajadas.- Va Dani, cuéntame.- sonrió. Y es que ¿como le iba a negar yo nada? Hace tiempo que había perdido facultades para eso.
-Pues... Teresa y yo lo hemos dejado- dije sin perder la sonrisa
-¿Que dices? ¿Y estás feliz?
-No mujer, pero no era mi chica ideal... Además, los dos queríamos dejarlo.
-¿Como sabes que ella también quería dejarlo?
-Por que nos dejamos mutuamente en el mismo momento.
-Ah, que cosa más normal- reímos- ¿Y no ha pasado nada más?
-He conocido a una chica.- Al decir esto se me iluminó la cara y ella lo notó.
-¿En serio? ¿Quién es? ¿La conozco? ¿Es guapa? ¿Cómo se llama?