- La Noche -

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Oliver escuchaba vagamente la voz de su mejor amigo, el cual estaba leyéndole un libro para que se durmiera. El pelinegro dijo repetidas veces que no funcionaría, pero Álex quería demostrarle que estaba equivocado.

-Me aburro - mencionó el azabache con tono victorioso, haciendo pequeñas pausas entre las sílabas.

-Eso es porque no me estás prestando atención - respondió obvio el rubio.

-Eso es porque leer es aburrido - corrigió.

-Eso es porque no quieres demostrar que tengo razón, idiota.

-Bueno... - dijo Oliver alargando la "e".-También puede ser por eso.

El rubio sonrió tranquilamente, mostrando su perfecta dentadura al azabache.

-Venga, Oliver. Escúchame para al menos estar callado, o tu madre se va a enfadar.

El recién mencionado iba a reclamar, pero lamentablemente el contrario tenía razón. Además, Oliver ODIABA los castigos que le ponía cuando se enfadaba... Por lo que decidió hacer caso a su amigo y escucharlo. Se acostó en la cama, mirando hacia el techo.

-Bueno - dijo él, intentando hacerse el "duro".

Su amigo sonrió de nuevo, dispuesto a seguir leyendo. La historia era interesante: trataba de la época medieval. Un libro que Álex había elegido de su estantería especialmente para Oliver, ya que sabía lo mucho que le encantaban los caballeros de esa era.

Una hora después, Oliver despertó de su trance al oír como el rubio cerraba el libro.

-¿Qué? ¿Te gustó? - preguntó.

-¿Ya ha terminado

El azabache sentía pena. Deseaba que esa historia nunca hubiese acabado, a pesar que al principio se resistía a escuchar aquella historia que le había traído.

-Sí. Ya ha acabado.

Oliver puso un puchero, seguido de un suspiro. El de ojos esmeraldas -que se había percatado de tal gesto- se encontrada feliz interiormente, al notar que (efectivamente) le había gustado.

Colocó el libro sobre la mesilla y se acostó al lado de Oliver. Cuando Álex se quedaba a dormir -o bien, al revés- dormían en la misma cama debido a que Oliver tenía pesadillas. A sus padres no les preocupaba que durmiesen pegados (como si de pegamento se tratase) y abrazados, pues ya era costumbre que aquel dúo se pusiesen así de cariñosos entre ellos.

-Buenas noches.

-Buenas noches - respondió Oliver, observando como el flequillo de Álex caía sobre sus ojos.

Pero, en esa noche había algo diferente...

El de ojos castaños no podía despegar la vista de su amigo. Observaba todos sus rasgos, grabándolos en su mente.

-¿No puedes dormir?

Oliver pegó un salto mientras un fuerte sonrojo se expandía por su rostro. No pensaba que el rubio supiese que no estaba haciendo ni un mínimo esfuerzo por dormirse.

No emitió sonido alguno. Sin embargo, el mayor le abrazó aún más fuerte; haciendo que los latidos de Oliver se acelerasen.

-Duérmete.

-Sí, voy... - tartamudeó torpemente.

Esa era la noche donde aquellos sentimientos empezaron a desarrollarse.

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⏰ Last updated: Jul 31, 2017 ⏰

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