Capitulo único

497 50 27
                                    


Diablo rojo



Daiki apenas y miro de reojo a la chica recostada en su silla de trabajo, con el short a medio glúteo, apretado a morir y el top que apenas contenía sus prominentes senos. Ella soltaba suspiros con carácter erótico cada que presionaba un poco más profundo la aguja justo detrás de su muslo, como queriendo provocarlo, sin embargo, el que quisiera estarse retorciendo para acercarse a él solo entorpecía su trabajo, a este paso terminaría por dejar las líneas gruesas.




-Disculpa, ¿podrías dejar de moverte? Si te duele demasiado tengo toallas que te servirán para morder-Los ojos azul profundo se dirigieron a ella con total frialdad, fue entonces cuando la castaña dejo de moverse.




Después de la pequeña reprimenda pudo terminar tranquilo el hermoso dibujo en la blanca piel de la chica, el tatuaje del hermoso ramo de rosas y una cruz. La chica agradeció, él se limitó a limpiar el área en la que trabajo y le indico que fuese a caja para pagarle el ultimo abono a Momoi, su amiga y socia de negocios.




La verdad era que no le importaba conocer chicas guapas como la que antes había atendido, pero amaba más su trabajo que la posibilidad de conseguir un ligue rápido. Suspiro otra vez, sabía que el estar encerrado en esa sala de tatuajes lo iba a amargar eventualmente. Cerro los ojos para descansar un poco la vista, se sentía jodido después de estar tres horas sentado dibujando, fue así como no se dio cuenta de la entrada de la pelirrosa a su estudio.




-¡¡Oi!! ¿Estas escuchando? ¡Aomine!



-Si...te estoy escuchando, Satsuki.




Se podría decir que la chica era la única mujer a la que jamás le pondría un solo dedo encima, no solo porque la veía como su hermana, sino también porque no quería meterse en problemas teniendo que soportar su horrible carácter siendo su pareja, si de por si lo regañaba siendo amigos, no se imaginaba como le iría a su esposo, ¿o esposa? No lo sabía.




-Bueno, sé que no me escuchaste, así que te lo diré de nuevo-Y sí que tenía razón, no había puesto atención. Ella le miraba impaciente, como esperando a que se acomodara mejor en la silla para poder hablar con él. Chasqueo la lengua disgustado, enderezándose.



-Ya, solo dilo.



-Hace una hora me llamo Himuro, parece que encontró a un chico dispuesto a ser tu proyecto para la convención de tatuajes, dice que puedes empezar a trabajar con él la próxima semana-La chica tenía una sonrisa de satisfacción en el rostro, por lo que debía imaginar que ahora la persona que ese emo le había recomendado era de su gusto.

Diablo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora