Capítulo 2. Lo que siento en realidad

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Kiyomi y Naruto no pararon de platicar. Estuvieron contándose todo lo que habían hecho durante los últimos dos años y medio.
-Por un momento creí que me ibas a golpear por llegar tarde-dijo Naruto un poco nervioso.
-Descuida- Kiyomi sonrió y acarició la cabeza de Naruto- Sakura ya lo hizo por mi. Pero no dejare que lo vuelva a hacer.
Naruto sonrió y abrazo a Kiyomi con mucha fuerza.
-Te extrañe mucho. No sabes lo solo que me sentía.
-Naruto...
-Recuerdas nuestra promesa verdad?
Kiyomi asintió y le regresó el abrazo.
A lo lejos estaban Mamoru y Jun observandolos. 
-Me alegra que Naruto haya llegado- dijo Mamoru- Kiyomi ya estaba comenzando a deprimirse.
-Eso me preocupa- dijo Jun.
-No veo porque. Es bueno que Kiyomi haya encontrado alguien que pueda considerar familia.
Jun suspiró.
-Si te aferras mucho a una persona, puedes resultar herido.
Mamoru frunció el ceño.
-Lo dices por tu familia o por que no has sido correspondido.
-Por ambos. Kiyomi tiende a dejar que cualquiera tome una parte de su corazón. A este paso... Ella será herida cruelmente.

Ese mismo día, cuando el Sol se estaba poniendo, apareció Kakashi sensei con Sakura.
-Kiyomi- dijo Kakashi- Es hora de que Naruto demuestre que tanto ha sido capaz de mejorar sus poderes.  Puedes acompañarnos si quieres.
Kiyomi estaba a punto de decir que sí quería asistir pero comenzó a sentir escalofríos y la imagen de Gaara apareció en su mente.
-Me gustaría. Pero debo hacer algo antes.
No pudo dar mas explicaciones y salió corriendo. Desde la entrada de su aldea, logró hacer una transportación más rápida hacia la aldea de la arena dentro de la oficina de Gaara. No había nadie. Si no hubiera oído las explosiones que provenían del cielo, posiblemente no hubiera visto a Gaara... por ultima vez.
Sin perder un segundo más, Kiyomi salió corriendo hacia la azotea del edificio donde encontraría a Kankuro.
-¿Que haces aquí Kiyomi?
Pero Kiyomi no respondió. Su mirada estaba fija en la nube de arena donde se encontraba Gaara. Si tan solo... hubiera sabido lo que ocurriría después...
-¡Gaara!- gritó Kiyomi, fue tan alto que él lo pudo escuchar, incluso el akatsuki con el que estaba peleando la pudo ver.
-Vaya, vaya...- dijo el akatsuki- esa es la Rosa de Fuego. ¡Pero que suerte!
Gaara actuó rápidamente y con si arena logró tomar su mano izquierda.
-Ni se te ocurra tocarla, Deidara.
Deidara entonces rió.
-Así que el Shukaku está enamorado de la famosa Rosa de Fuego.  ¿No es increíble como es que la historia se repite?
Gaara frunció el ceño confundido, al estar distraído no se percató de que Deidara estaba poniendo su plan en marcha al infectar la arena con sus insectos explosivos. 
-Descuida Shukaku- continuó con tono de burla- no los separaré. Me los llevaré a los dos.
Gaara terminó destruyendo el brazo de Deidara con su técnica Ataúd de Arena por la furia incontrolable que le provocó. Sin embargo, haber perdido un brazo fue lo de menos para Deidara. El plan ya estaba hecho.
-Gané- dijo satisfecho mientras dejaba lanzar una figura de arcilla que de expandió poco a poco. Parecía como si el mismo sol se hubiera estrellado contra la tierra. Kiyomi no pudo creer que de no ser por Gaara y su arena, toda la aldea hubiera sido destruida por esa explosión.  El plan de Deidara en realidad no era el destruir la aldea, sino el distraer al kazekage para que se resguardara en su propio escudo y utilizarlo a su favor ahora que la arena estaba infectada, y así fue. Gaara fue herido gravemente, la explosión le causó que perdiera el conocimiento poco a poco, pero antes de que eso sucediera, utilizó lo poco que le quedaba de energía para alejaron el escudo de arena de la aldea. El impacto no sólo tenía a los aldeanos, sino también a Kiyomi paralizada. Ella seguía sin apartar la vista de Gaara. Su corazón latía muy rápido. Quería ayudarlo, podía hacerlo, iba a hacerlo, pero la luz se apagó  de sus ojos y fue tomada por Kankuro. La mandó  llevar a la enfermería para que la ocultaran. Ese campo de arena no sólo era para proteger la aldea, sino para darle tiempo a su hermano para llevarse a Kiyomi. Él sabía que la estaban persiguiendo. El tenía contemplado que su tiempo llegaría y que posiblemente moriría en el intento, pero primero debía mostrarle a los aldeanos de lo que era capaz. Desde pequeño siempre fue juzgado, fue rechazado, solo tenia a Kiyomi en su vida pero le fue arrebatada y ahora ella estaba protegiendo a Naruto. Sabía, sentía que la había perdido. Ella ya no volvería con el porqué su corazón le pertenece a otro. Sus sentimientos jamás serian correspondidos ahora que había otra persona en la vida de Kiyomi. Y parecía ser feliz,  muy feliz a su lado. Entonces no se interpondrá en su camino, mas sí la protegerá y la amará aunque ella no lo haga. Eso hará, hasta que de su último aliento.
Finalmente la arena fue removida. Deidara de repente se dio cuenta que Kiyomi no estaba.
-Que ingenuo- dijo Gaara- ¿En verdad creíste que ella estaría aquí?  Fue un señuelo que hice con mi arena. Jamás la encontrarás. 
Deidara chasqueo sus dientes. Los ojos de Gaara se fueron cerrando poco a poco mientras que su último pensamiento fue la mirada de preocupación que Kiyomi le había dado hace poco. No le gustaba verla así.  Quería que sonriera.  Que fuera feliz. Una vez que sus ojos se cerraron Deidara tomó su cuerpo y se lo llevó lejos. Kankuro lo persiguió sin tener en cuenta lo que le estaría esperando afuera de la aldea.
Tan cruel fue aquella escena que vio Kiyomi, deseaba que fuera una pesadilla, pero no lo fue.
-¿Que fue lo que pasó?  ¿Porqué no pude salvarlo?
-Aun no eres lo suficientemente fuerte como para enfrentarte a ellos- dijo la Rosa de Fuego.
-¿No se supone que tu eres más fuerte que ellos? Es tu culpa que Gaara fuera secuestrado.
-¿Porqué te importa tanto él?
Kiyomi despertó. Despertó impaciente, sudando frío y sin aliento.
-Kiyomi!- la voz era de Naruto. Kiyomi no tenía idea de como llego a la enfermería ni porque Naruto estaba ahí. Su mente estaba confundida. Fue hasta que escuchó la voz de Kankuro que recordó todo y se levantó de golpe de la cama. Se dirigió hacia donde estaba Kankuro, no le importó que el cuerpo de él estuviera vendado o herido. Su coraje era más fuerte, así que lo golpeó.
-¡¿Porqué?!
-Kiyomi....
-¡¿Porqué me detuviste cuando estaba a punto de ayudar a Gaara?!
Kankuro tuvo que procesar el impacto que tuvo. No sólo él, sino todos los que estaban presentes; Naruto, Sakura, Kakashi, la anciana Chiyo, Jun y Mamoru, se sorprendieron de la reacción violenta de su amiga.
-Kiyomi- dijo Sakura- Kankuro fue envenenado mientras intentaba rescatar a Gaara. Necesita descansar.
-¡No!- volvió a gritar- Más te vale decirme quien era esa persona. ¿Porqué estaban atacandolo? 
-Esta bien. Hablaré.
Kankuro comenzó  a explicar que dos ninjas del grupo akatsuki llegaron con facilidad a la aldea. Estaban en busca de Gaara por ser portador del Shukaku. La única razón por la cual él detuvo a Kiyomi fue porque Gaara se lo pidió.
-Ya nos habían informado de los Akatsuki. Yo le había pedido a Gaara que se mantuviera a salvo de la aldea. Pero le preocupaba más tu seguridad. Así que cuando vio que estabas en la aldea, no tuvo más opción que sacrificarse por ti.
El corazón de Kiyomi se estremeció. No sabía que decir ni pensar. Tuvo que salir corriendo de la enfermería. Naruto la siguió. Ella estaba temblando, miraba al cielo mientras las lágrimas invadían sus ojos. Naruto por alguna razón podía sentir su dolor, así que se acercó a ella.
-Yo... yo solo quise ayudar.- dijo Kiyomi- No quería afectarle. 
-Kiyomi. No fue tu culpa- los brazos de Naruto comenzaron a rodear y a abrazar a Kiyomi. Era un consuelo cálido y necesario. De esa manera pudo recuperar fuerzas. Estaba decidido. Irían a rescatarlo.
No había tiempo que perder. En cuanto Deidara arribó a la cueva, posicionaron el cuerpo de Gaara para poder succionar el Shukaku de su cuerpo. No sentía nada mas que dolor. Poco a poco fue sumiendose en su interior. El escenario comenzó blanco, después ese blanco fue desvaneciéndose, todo su cuerpo comenzó a tomar forma y color. Al principio parecía estar solo, eso no le extrañaba, pero segundos después, una silueta apareció.
-Así que esta es tu forma humana- dijo Gaara mientras que la silueta se iba acercando poco a poco a él- Eres todo lo opuesto a lo que pensé que serias.
-No pensé que estuvieras al tanto de eso. Sin embargo, intentaré no ser tan rudo contigo, ahora que nos queda poco tiempo.
La silueta fue tomando color y luz, revelando una suave tez pálida con marcas curvadas azules, unos impresionantes ojos dorados y un cabello largo y oscuro. Su aspecto era idéntico al de Gaara, él  sin duda no podía creerlo.
-No te ves sorprendido- continuó el huésped hablando- Es muy común  tomar esta forma cuando estoy débil.
-¿Acaso todas las bestias pueden hacer eso?
Shukaku asintió, aunque un poco molesto por la palabra bestia.
-No es como si fuera una forma que nos gustará tener. Pero la obtuvimos cuando el Sabio de los Seis Caminos quiso que tuviéramos más contacto con los humanos. Antes.... no solíamos estar dentro de sus cuerpos, fue gracias a un hombre llamado Hashirama, que propuso esta estupidez de sellarnos para que no causarmos ningún desastre. Antes eramos libres.
Gaara no respondió. Estaba estaba sorprendido de lo que le estaban contando.
-No te sorprendas tanto. No es como si me importará mucho que lo supieras, te lo digo porque.... ya jamás volverás a ver la luz del día. 

Ninja Secrets- El Nuevo Secreto (Naruto Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora