Hey, Blonde!

Capítulo 8

Tomás es el hermano pequeño de Alberto, son muy parecidos físicamente a excepción de que Tomás no posee los encantadores y sensuales rizos de su hermano mayor.

-¿Necesitas ayuda?-Se lee notaba preocupado- Puedes venir a mi casa si quieres, esta aquí al lado y estas un poco, emm mojada.

-Muchas gracias, pero no hace falta- digo recordando que su madre es mi profesora de física.

-No, estas demasiado mojada para irte así y más con los patines-dice el- podría prestárte algo de mi madre.

Y con esto Tomás agarra mi brazo y me lleva con el a su casa, después de varios días stalkeando a Alberto ya me se el camino de memoria.

Tras recorrer el pequeño trayecto hasta su casa el se detiene y llama al timbre del portal.

-¿Quién es?- responde Alberto, oh no tenía que estar justo él.

¿Cómo ha llegado hasta aquí antes que nosotros desde el parque?

- Olvidé mis llaves bro- responde Tomás y la puerta se abre- Pasa- me ofrece Tomás sujetando la puerta.

-Gracias-susurré tímidamente

Al entrar llamo al ascensor y subimos hasta el 4.C, la puerta se encuentra entre abierta pero Tomás toma la iniciativa y, cortésmente me indica que pase al interior.

Había venido aquí antes arrastrada por Sasha y Magda a una de las inolvidables y gigantes fiestas que Alberto organizaba de vez en cuándo. Obviamente no está como lo recordaba pues el aspecto de la casa a la luz del día era impoluto.

Después de analizar el sitio me decidí a pasar esperando que el patán del que estaba enamorada no estuviera de ánimos como para molestarme.
Claramente, el destino nunca juega a mi favor porqué nada más acercarme al salón ahí estaba, viendo un vídeo en YouTube.

-Tomás, hermano- dijo a carcajada limpia sin despegar la vista del móvil- Tienes que ver este vídeo, es de una chica en patines que se cae a...- según levanta la mirada me encuentra frente a él con cara de pocos amigos-Mierda, la rubia- dice socarronamente.

-Déjala en paz Alberto- dijo el hermano pequeño en actitud protectora

-No sabía qué estabais juntos

-No lo estamos- dije yo

-Entonces ¿que haces en mi casa?-preguntó curioso

-Alberto, te he dicho que la dejes en paz hermano-cuando dijo esto su mirada se centró severamente en el chico que tenía en frente

Ese simple gesto hizo que algo dentro de mí se removiera. Seguí pensando en ello mientras Tomás me arrastraba a una habitación.

-Gracias-dije mientras cerraba la puerta

-No hay de qué, mi hermano puede llegar a ser muy pesado

-Oh, dímelo a mí- rodé mis ojos mientras que el reía

-Bueno, voy a buscar algo de ropa, no te vayas

Y con esto salió de la habitación dejando la puerta entornada

-Tomás, ¿María es la chica del vídeo?- escuché a Alberto decir a lo lejos

-De verdad eres imposible, ¿quieres dejarnos en paz?

-Pero tu no lo entiendes, es una estrella, ese vídeo es viral y solo lleva 20 minutos en internet

-Alberto,¿tu de verdad quieres que nuestra madre lo sepa, verdad?-se oyeron cajones de fondo

-¿Qué?- dijo asustado-claro que no

-Pues entonces largo

Estaba en un estado de asombro puro,¿que acaba de pasar? ¿Que es lo que pasa con los hermanos Gómez? Guardan un secreto, eso está claro, ¿pero cuál?

No me dio tiempo a seguir divagando porque Tomás, mi salvador, llegó con un montón de ropa en sus manos. Apareció con una gentil sonrisa mientas me dejaba la ropa en la cama

-Bueno, esto es todo lo que he podido reunir

-Muchas gracias, creo que servirá

-Está bien, te esperaré fuera- y seguidamente observé la ropa

Terminé escogiendo unos vaqueros algo ajustados para mi gusto, una camiseta de gruesos tirantes negra y una camisa de cuadros roja y negra que dejé abierta sobre la ajustada camiseta.
Solté mi mojado pelo rubio y me puse de nuevo mis zapatillas. Por suerte la bolsa en la que las llevaba no se mojó.
Salí al pasillo y allí me esperaba Tomás

-Muchas gracias por la ropa- le dije verdaderamente agradecida- en cuanto pueda la devolveré

-No, quédatela- dijo mirándome de arriba a abajo con una sonrisa-mi madre ya no la utiliza y además, te queda bien

-Gracias de verdad, te lo compensaré- sonreí pero ahora me tengo que ir

-Claro, nos vemos mañana María-dijo a la vez que me miraba sonriente

-Hasta mañana Tomás

¿Qué había sido eso?