Lo vio por primera vez en el autobús, camino a la universidad.
Xiumin se había quedado dormido esa tarde, y en vez de tomar el autobús de las 5, se encontraba en el de las 5:35, rogando que su profesor de Fotografía estuviese de buen humor esa tarde. Recorrió el vehículo con los ojos en busca de un asiento, con una mano en la correa de su mochila, y la voz de Sam Smith sonando fuerte en sus auriculares. Caminó hasta la parte trasera y se acomodó en uno de los primeros asientos, con la mochila pegada al pecho, cuando lo vio. Tenía pelo negro y ojos grandes que miraba por la ventana con expresión aburrida. Y estaba disfrazado de vampiro.
Pero no un vampiro como Edward Cullen, uno a la antigua, con la capa negra brillante de forro rojo aterciopelado, el alto cuello y la piel blanca casi translúcida. La gente a su alrededor no parecía reaccionar ante el hecho de que había un "vampiro" en el autobús, y Xiumin se pregunto si él era el raro por estar sorprendido, pero se permitió observar al muchacho por un momento más. Tenía la boca alargada, y sus comisuras estaban naturalmente hacia arriba. Las cejas rectas sobre unos ojos rojos, dándole a entender que traía lentes de contacto, y las orejas bastante prominentes. Su pelo acompañaba el disfraz, engominado hacia atrás de manera impoluta, haciéndolo parecer un mafioso. Un vampiro mafioso. Continuó bajando hasta su cuello, o lo que pudo ver de el, debido al volado de la camisa de aspecto victoriano, encontrándose con una prominente nuez. Tuvo que borrar de su mente las ganas de morderla antes de seguir mirándolo.
Bajo la brillante capa de seda, el chico vestía un traje completo negro. La camisa blanca se perdía bajo un chaleco ajustado, y este bajo una chaqueta un poco más larga de lo normal. Tenía botones dorados, y un broche del mismo color en la solapa derecha, combinando con los gemelos de las mangas. Sin embargo lo que más sorprendió a Xiumin fue la forma en que se veía absolutamente natural en él. No parecía estar usando un disfraz, sino su ropa diaria, y cuando el muchacho se levantó de su asiento para bajarse, cruzaron miradas. Viéndolo parado, notó que este debía ser unos cuantos centímetros más alto que él, y que tenía unas piernas larguísimas.
Devolvió la mirada a su rostro mientras se paraba y se acercaba a la otra puerta esperando su parada final, sobresaltándose al ver los brillantes ojos rojos en él, y justo antes de bajarse, el vampiro le regalo una preciosa sonrisa, toda colmillos y dientes blancos. Caminó hacia la derecha luego de quedarse un momento mirando la capa del muchacho volar a sus espaldas mientras caminaba hacia el lado opuesto.
Volvió a verlo un par de días después, en el mismo horario, y el mismo autobús. El "chico vampiro" no pareció reconocerlo, pero Xiumin no podría olvidarse esa bonita sonrisa de colmillos falsos ni aunque quisiera hacerlo. Además, sería difícil olvidar a un muchacho disfrazado de vampiro en el autobús de las 5:35. Sin embargo tenía que estudiar para un examen, por lo que le dio una rápida mirada a su rostro y se concentró en sus apuntes, hasta que su parada llegó. Guardó los papeles rápidamente en su mochila, y la acomodó en su hombro antes de pararse e ir a la puerta, donde el chico vampiro estaba parado mirando sus zapatos negros de vestir. Levantó la vista un segundo, clavándola en la puerta antes de que esta se abra, y bajó sin dedicarle una sonrisa, haciéndolo sentir ligeramente decepcionado.
Xiumin corrió a la universidad, ya que era un poco más tarde de lo habitual, y no quería atrasarse. Era un recorrido tan habitual que ni siquiera prestó atención a sus alrededores, entrando en el pequeño campus y moviéndose veloz por los pasillos antes de subir las enormes escaleras que lo llevarían al segundo piso, donde el aula 212 lo esperaba con las puertas abiertas y algunos alumnos ya ubicados. El examen no comenzaría hasta dentro de 35 minutos, pero llegar temprano era clave para repasar los últimos puntos y tener un buen lugar. Además de que había quedado encontrarse con Hoseok para estudiar juntos.