Capítulo 6: Funeral.

153 24 4
                                    

Ambos chicos caminaban por el palacio ante la atenta mirada de las sirvientas y los guardias que deambulaban en los pasillos del castillo.

–Ven Dylan, te mostrare la biblioteca. –el rey tomó su mano y lo jaló en dirección a la habitación.

– ¿Una biblioteca, enserio? –el rey asintió–Pero ya es suficiente con el librero de mi habitación.

–Nunca es suficiente Dylan. –dijo al abrir la puerta de la gran habitación.

La cara del chico era de total asombro, estaba viendo el cielo ante sus ojos, era demasiado grande, había libros de todo tipo, había escaleras que llevaban a un segundo piso donde había más libros. El joven corrió por toda la biblioteca cual niño pequeño en una dulcería, corrió sin importarle lo que pensara el rey, toco el cuero de los libros con las yemas de los dedos y juraría que sintió como toda su piel se erizaba.

– ¡Dios cuantos libros! –gritó el joven desde la segunda planta.

El rey soltó una risa mientras seguía observando al joven correr ahora por la segunda planta mientras acariciaba los libros con sus dedos.

– ¡Ven Thomas!

El rey volvió a reír negando con la cabeza y subió las escaleras corriendo para ver que hacía Dylan. Lo buscó con la mirada y lo encontró leyendo los títulos de algunos libros.

– ¿Has leído alguno de estos libros? –preguntó Dylan.

–He leído la mayor parte de los libros que tiene esta biblioteca, trate de leer todos, pero son demasiados.

–Me gustaría llevarme algunos, ¿Puedo?

–Dylan, puedes tomar todos los libros que quieras. Es más, la biblioteca es tuya.

– ¿Enserio?

–Si, nadie además de mi viene aquí. Puedes venir cuando quieras y tomar los libros que quieras.

–Está bien, me llevare este por mientras. –dijo mostrándole el libro seleccionado al rey.

–Buena elección. Ven, acompáñame.

Continuaron caminando por el castillo, le mostró cada habitación que hay, le presento a algunos guardias y finalmente fueron a la cocina.

–Mi rey. –pronunció una muchacha que paso a un lado de ellos.

–Espera. –tomó a la muchacha del brazo– ¿Cuál es tu nombre?

–Aria, mi rey.

–Aria, quiero que les informes a todas que cada vez que vean a Dylan también hagan una reverencia, gracias.

–Mi rey. Mi señor.

–Si con eso basta, gracias. –habló Dylan y la muchacha se fue.

–No Dylan, deben decirte príncipe, es lo que eres.

–Si Thomas, pero aún no me acostumbro.

–Hay, eres muy necio. –el rey rodó los ojos.

Continuaron su camino hasta que una bella pelinegra de ojos azules tomo el brazo del rey.

–Mi rey.

–Teresa. –dijo nervioso.

–Escuché rumores, pero no creí que fueran ciertos. –dijo la chica al mirar a Dylan.

–Si, bueno, él es Dylan; mi hijo.

–Un gusto Dylan, soy Teresa.

Dylan asintió y miró a su padre, se veía nervioso, eso hizo que se confundiera aún más. ¿Por qué esa chica lo ponía de ese modo?

"Bastardo Dylan O'Brien." [Dylmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora