14' Ese momento

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I'm baaaaaack bitches 💃

Niñaaaaaas este es un Shot súper cortito en el que Steve narra como se sintió cuando Nat lo besó en CAATWS (para que no se confundan)❤️

—Bésame. —dijo en un susurro, sin embargo para mis oídos sonó como si lo hubiese gritado.

De pronto no podía respirar, los nervios comenzaron a acumularse en mi estomago haciéndolo que se retorciera y me causara una sensación incluso más incómoda.

—¿Qué? —es lo único que fue capaz de salir de mis labios.

—Las muestras públicas de afecto incomodan a las personas. —aclaró como si se tratara de una simple palmada en la espalda con el más mínimo afecto que el de dos compañeros que llevan sin verse un par de meses.

Mi rostro se tornó en una muestra de confusión y molestia. Besarla no era necesario para que Rumlow nos evitara, había otras maneras... ¿o no?

—Sí, exacto —escupí en un tono violento.

Sin embargo, aquello no la detuvo en lo más mínimo. Sin precedentes y altibajos, en menos de lo que pareció un segundo, me tomó del cuello y cuando menos pude pensarlo mis labios estaban con los suyos.

Creí que la pelirroja se limitaría a juntar nuestros labios y tan solo esperar a que la escalera bajara, no obstante, aquello fue más que solo un roce de labios.

Y he de ser honesto (pues mentir no se me da), lo disfruté más de lo que debí haberlo disfrutado.

Sentir sus cálidas manos en mi nuca causó que un escalofrío me recorriera de pies a cabeza y solo logré mantenerme en pie cuando puse una de mis manos en su cintura, deseando poder borrar todo lo que nos rodeaba y poder acercarla más a mí.

Sus labios, en cuanto tocaron los míos se movían con energía y vitalidad, voraces. Las sensaciones dentro de mí se intensificaron y entonces tomé control de la situación, quería ser yo el que mandaba en aquel feroz beso. Sin embargo la pelirroja jugaba conmigo, dejaba creerme que era yo el que tenía el control para después advertirme que no era así.

Aquel beso no era una simple estrategia para pasar desapercibidos, era más que eso.

Cuánto hubiera dado por un par de segundos más junto a los labios de la pelirroja.

Me sentí como un niño descobijado y desprotegido en cuanto Natasha se separó de mí bruscamente y se giró sin siquiera mirarme.

—¿Sigues incómodo? —preguntó en un intento de hacerme molestar.

Pero no estaba molesto, en lo absoluto.

—Esa no es la palabra que usaría. —solté con las manos aún temblorosas los labios húmedos y unas intensas ganas de tomarle del rostro y seguir con nuestra deleitosa sesión de besos.

Feliz.

Excitado.

Perplejo.

Cautivado.

Esas serían las palabras que usaría.

Natasha era traviesa y había logrado su objetivo: atraparme en su jugada. Y yo quería jugar con ella.

Romanogers little and big One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora